Mi EPOC y yo
Miré al médico. Sus ojos eran fríos, duros. Lo soltó así, sin más: "Tiene EPOC con enfisema". ¿Yo? No fumaba, llevaba una vida sana... ¿qué hago? "Si llega al año, hablamos".
Salí de allí, fui a mi cafetería favorita y lloré. Con odio pensé: "Tengo una cita en un año".
Salí de allí, fui a mi cafetería favorita y lloré. Con odio pensé: "Tengo una cita en un año".
Uf!!!! Maria, me has dejado pensativo, que haría yo si el médico me dijera algo asi, no sé.
ResponderEliminarEn 50 palabras has contado una verdadera historia que le llega a uno.
Me alegra verte por aquí y bienvenida. Ya con ganas dela próximo. .Un beso.
María, menudo relato. Nos has dejado sin aire e impotencia por no poder hacer nada ante semejante noticia. Muy buen estreno. Enhorabuena! Besos
ResponderEliminarLo bueno es que la medicina no es una ciencia exacta, y a veces falla para bien. Muy buen micro, María.
ResponderEliminarUn duro relato, provisto de un gran realismo. Supongo que cuando se recibe una noticia como esta el mundo comienza a mirarse con otros ojos. Se pasa por varias etapas de rechazo, indignación, depresión hasta arribar, espero, a valorar en su totalidad cada instante del que disponemos para vivir.
ResponderEliminarMuy bueno. Enhorabuena.
La determinación de tu protagonista en asistir a la cita seguro que le ayuda a sobrevivir ese año.
ResponderEliminarBienvenida, María, me ha gustado.
Muchas Gracias a todos, agradecida!
ResponderEliminarSaber que somos perecederos es una cosa, que nos confirmen una fecha de caducidad otra. En ese año o menos tu protagonista acertaría si, en lugar de lamentarse, sonriese e hiciera sonreír a los demás, algo deseable en todos nosotros y en cualquier época, con fecha de caducidad o sin ella.
ResponderEliminarUn saludo y bienvenida
Experiencias de la EPOC las encontrarás en el blog Más Aire:
Eliminarhttp://charlasconpacotella.blogspot.com
El blog de los pacientes respiratorios.
He dado un vistazo y me ha parecido un blog muy activo y trabajado, del que se puede aprender. Me han llamado la atención esos tres "mandamientos" del EPOC: "No irme", "no deprimirme" y "no deteriorarme"; en su lugar, "resistir".
EliminarGracias por la información. Un saludo
Un estupendo final para una cruda historia en la que no cuesta nada empatizar con el protagonista. Enhorabuena, María.
ResponderEliminarSaludos.
Hola María, felicitaciones por tu debut en 50 palabras. Lo has empezado con el pie derecho (o debiera decir pulmón derecho?).
ResponderEliminarMuy buen relato.
Saludos!!!
Duro relato para presentarte en sociedad, María. Duro, de acuerdo, pero con un final espléndido, muy humano.
ResponderEliminarVa mi me gusta y con este, mi bienvenida a este grupo cincuentista.
Saludos.
Yo entiendo que por lo menos, tu personaje, va a disfrutar de este, en teoría, "último año" que le queda.
ResponderEliminarMuy bien descrita esa escena en la consulta del médico.
Bienvenida María, un beso.
Malu.
Gran título para un relato muy bien ejecutado y culminado con un buen final ¿Qué más se puede pedir?
ResponderEliminarUn beso, María.
Pablo
Vaya micro! ... y vaya médico, un poco más de tacto quizá le iría bien...
ResponderEliminarLa resolución a sobrellevar la enfermedad es un buen principio.
Como el tuyo en 50 palabras - bienvenida!
Un saludo.
Carme.
Quizás el odio le permita resistir ese año, pero si lo que quiere es vivir, lo que necesitará de veras es esperanza y, seguramente, cambiar de médico.
ResponderEliminarBuen estreno, María.
Saludos cordiales
La sorpresa y la incredulidad dejan paso al coraje. Me gusta cómo nos lo cuentas, María. Un saludo.
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