No siempre fue así de grosero
Llega cansada. Son las diez de la mañana. La está esperando. Le prepara el desayuno, después se mete en la cama. Le recuerda si no tiene nada que darle. Añora cuando lo conoció; la invitaba a cenar, le decía que era preciosa…
Tres semanas más tarde, le ofreció un trabajo.
Tres semanas más tarde, le ofreció un trabajo.
Que historia más triste, dura y bien contada. ¡Qué rabia da! Porque es una situación real. Me ha encantado el relato y a la vez me ha puesto de una mala leche...
ResponderEliminarUn beso.
Pablo
Primero decirle a Alex que, precisamente hoy "Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer", salga mi micro. Si ha sido intencionado ¡gracias!, en todo caso, me alegro un montón.
ResponderEliminarPablo, muchas gracias por compartir conmigo esa mala leche que también se me pone a mí cuando pienso en casos como este.
Tu niño está precioso. Un besote, con todo mi cariño, para los dos.
Podría decir que sí y quedar a mar de bien, pero ha sido capricho del azar. ¡Pero me alegro también, que conste!
EliminarYa veo que no quieres hablar de la caja de vino y los mazapanes... jajaja
EliminarGracias de todos modos...
Un abrazo
Pues sí, mala leche y tristeza. Pero para eso están también los relatos, para motivar la denuncia y la reflexión. Y, desde luego, tu micro da para mucha reflexión, hoy 25N.
ResponderEliminarUn beso fuerte, Rosy.
Ojalá que la reflexión vaya en ambas direcciones, en mi caso lo escribí con una única intención, denunciar.
EliminarGracias, Patricia.
Un beso enorme.
Un relato donde el desprecio campea a sus anchas, que convierte la realidad en un infierno cotidiano. El título hace pensar en cómo es posible que un hombre se transforme tanto, hasta pasar de príncipe a villano. El desamor es una cosa, pero la violencia, que puede adoptar muchas formas, es otra muy diferente.
ResponderEliminarSiempre espero tus relatos, Rosy, no sólo por tu manera de transmitir y lo que aportas, en este caso denuncia y rechazo, sino también para decirte que me quedé con las ganas de conocerte en persona, aunque por supuesto, no fui el único. Ya habrá otras ocasiones.
Un abrazo grande
Este tipo fue amable hasta que la enamoró, era su propósito. Me temo que existen mujeres que hacen lo que sea por "conservar" a un hombre.
EliminarTriste y cruel, ¿verdad?
Jo, Ángel, me has emocionado, me encanta eso de que, esperas mis relatos... qué amable eres. Yo también me quedé con ganitas de conocerte. A ver si se nos logra en la próxima.
Otro abrazo grandote de vuelta.
Me uno a la mala leche para condenar la violencia, y te doy la enhorabuena por este relato tan rotundo y que tanto cuenta con sólo cincuenta palabras. Un beso, Rosy.
ResponderEliminarGracias, Belén, si pudiéramos con cincuenta palabras sacar a tantas mujeres de las garras de sus explotadores... ¡cuántos micros no escribiríamos, ¿verdad?!
EliminarUn beso.
Se deduce del título, y de toda tu historia, que esa relación nunca estuvo nivelada, y que las pocas muestras de consideración, atención, o incluso cariño que él comenzó dando solo fueron un cebo que hizo pronto su efecto en una persona necesitada de todo ello. Parece claro también el tipo de trabajo que él le ofreció. Una situación tan exasperante como frecuente. Muy triste, Rosy, pero muy bueno.
ResponderEliminarEnhorabuena, y te digo lo mismo que Ángel. Habrá más ocasiones, sin duda. Un abrazo.
En efecto, Enrique, lo has clavado, cuánto miserable, y cuánta necesitada de todo...
EliminarMe ha encantado veros en las fotos, y claro que sí, habrá más ocasiones...
Mientras tanto, te mando un super abrazo.
Muy oportuno este micro para el día que es. No está de más recordar que estas mujeres, engañadas y empujadas a la prostitución, están más cerca de lo que creemos de todos nosotros. Me ha encantado todo lo que has dicho sin tener que hacer ninguna referencia explícita. Bravo, Rosy. Como mis compañeros, también te eché de menos el sábado, a ver si para la próxima nos conocemos. Un besito.
ResponderEliminarSobre la reivindicación del 25, la verdad es que me enteré tres o cuatro días antes de que saliese mi micro, y me "alegré" de que mi denuncia tratase de eso precisamente.
Eliminar¡Ay, Matrioska, me habría encantado darte un abrazo! Gracias por acordarte de mi.
Un besote
Una terrible historia que, por desgracia, es la de muchas mujeres en el mundo. Las hábiles artimañas de chulos, proxenetas, o como quieran llamarles, son un peligro cercano y real. Dicho lo anterior, me sumo a los comentarios anteriores y condeno este tipo de hechos lamentables, además de felicitarte por tan elocuente relato. Muy bueno.
ResponderEliminarTe envío un afectuoso saludo.
Vicente
Ufff demasiadas son las mujeres que padecen ese calvario. Gracias, Vicente, porque tus comentarios son muy especiales para mi.
EliminarUn abrazo
Un 50 acertado en el día, el tema y su narrativa. Nos haces ver en tan poco espacio todo el peso, el sufrimiento, el cansancio y el desengaño de esta mujer, victima del amor y de esta condenada sociedad.
ResponderEliminarMe gusta y mucho.
un beso Rosy.
A la próxima nos conocemos en persona seguro.
Mª Belén, preciosa, qué casualidad que Alex lo colgara ese día.
EliminarA ti también tengo ganas de conocerte.
Un beso y me alegro por todos tus éxitos, sabes que te sigo.
Querida Rosy, el destino ha querido que este relato salga justo hoy para reivindicar, si cabe, más su importancia. A lo largo del día estoy leyendo mucho sobre el tema, lo bueno sería que esto no fuera noticia, pero me temo que para eso queda mucho.
ResponderEliminarMe sumo a todo lo que dicen nuestros compañeros, además de expresar mi rabia por estas situaciones que se dan en la vida de tantas mujeres.
Rosy, te echamos mucho de menos y saliste en más de una conversación el sábado, ojalá puedas estar para la próxima. Te mando un beso enorme.
Malu.
Querida Malu, ayer fueron muchos los testimonios de mujeres maltratadas, y lo peor es que son tantas las formas para conseguirlo que me crispa que seamos tan tontas, en muchos casos y otras, tan débiles, para decir basta y ponerle freno, es que no lo entiendo... ¡En fin!
EliminarQué ilusión que os acordarais de mi, mil gracias. Espero que en la próxima se me logre. Te he visto en las fotos, qué sonrisa tan bonita tienes.
Un beso grande.
Bueno, bueno, Rosy, que me sacas los colores. Lo de la sonrisa, estoy en vías de mejora con unos dichosos brackets que tienen ya los días contados. Gracias y un besazo. Por cierto, algún día les escribiré un cincuenta ... ja, ja, ja ...
EliminarPero la sonrisa es tuya... jajaja
EliminarOtro beso preciosa
Muy oportuno este triste relato-denuncia en esta fecha. Ojalá llegue un día en que no haya lugar para comentar el tema de la violencia de género. Por desgracia, creo que queda todavía lejos.
ResponderEliminarComo te dicen otros compañeros, ojalá podamos conocernos en otra ocasión. Un abrazo.
Que exista un día para recordar que el maltrato existe... ¡cuánta pena me da el ser humano!
EliminarTu también estuviste en la quedada... veo que para poder poner caras a los que están en las fotos, no hay que perderse el evento...
Un beso, y gracias por comentar.
Duro relato que refleja muy bien el despertar de la ingenuidad. Desgraciadamente, mucha gente es educada en la espera, en la paciente expectativa de que la felicidad nos tiene que venir de fuera, de la mano de alguien especial que nos valorará y querrá para siempre.
ResponderEliminarPocos entienden que el verdadero bienestar procede del interior de nosotros mismos. Como tu protagonista, que además tuvo la peor de las suertes con su príncipe azul.
Un relato amargo y muy buen expuesto, Rosy.
Un abrazo
¡Gracias, Antonio!, qué haría yo sin tus fabulosos comentarios.
EliminarY sí, a esta pobre chica, su príncipe azul se le convirtió en un auténtico ogro.
Un abrazo.
Me encanta el comienzo de tu historia: "Llega cansada". Es el resumen perfecto de la vida de esta muchacha, el cansancio vital de llegar a ninguna parte.
ResponderEliminarBien contado, Rosy.
Un beso
Margarita, sí, ese "llega cansada", ya dice mucho de la historia que vendrá.
EliminarMuchas gracias por tus palabras.
Besos.
Un relato que invita a la reflexión y a la autocrítica, algo estamos haciendo mal en esta sociedad. Me ha encantado, Rosy. Un abrazo.
ResponderEliminarSalvador, los telediarios son un muestra de lo que estamos haciendo mal... guerras, violaciones, terrorismo, robos, desahucios... vamos, como para apearse del planeta tierra.
EliminarUn abrazo y gracias por venir.
Se me hiela el alma
ResponderEliminarMe encanta verte por estos lares, Pilar, ¡y a ver si te animas!, que sepan mis compis (por si hay alguno que aún no te conoce) cómo manejas la pluma.
EliminarUn beso, amiga, y gracias por venir hasta aquí.
Una historia que duele, un relato que logra su objetivo. Enhorabuena, Rosy.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Fina, lo realmente triste es que tengamos que escribir estos micros. Más que una denuncia, es un desahogo. Y que esas mujeres digan de una vez, ¡se acabó!, y esos hombres piensen en su abuela, su madre, su hermana, o su pareja... cuando se les ocurre explotar a una mujer.
EliminarUn abrazo.
Muy acertado el tema con la fecha de publicación Rosy, aunque haya sido accidental Alex. Me ha gustado, pero ya sabía que siendo tuyo me iba a gustar ;)
ResponderEliminarUn saludo
Uyyy, no te creas, que siendo animalista le tuve que mandar un par de jamones... no veas cómo come Alex, que aún está en la edad de crecer... jajaja.
EliminarNo, si en el fondo es un cielo...
Muchas gracias, Raquel, espero no defraudarte con el próximo, aunque te advierto que, tenemos los mismos gustos...
Un abrazo.
Qué horror, y al mismo tiempo, qué bien lo has contado, Rosy. Un buen micro condenatorio de la explotación sexual a la que tantas mujeres están sometidas, engañadas por hombres sin escrúpulos que se aprovechan de la soledad de ellas o de su necesidad de ser valoradas y amadas.
ResponderEliminarEnhorabuena, un beso.
Gracias, Asun, con comentarios como el tuyo me voy a dormir satisfecha... ¡misión cumplida!
EliminarValoro mucho tus palabras, de veras.
Un beso
Qué bronca me genera este tipo. "Le recuerda si no tiene nada que darle". Sí, claro que tiene, tiene que darle su mejor adiós y no volver a verlo nunca más.
ResponderEliminarUna historia muy bien contada, Rosy. Felicitaciones.
Un beso.
Que genere bronca, no me extraña Sandra, estos tíos son realmente indeseables. Gracias por recalcar esa frase, para mi gusto, es la que define todo el relato.
EliminarUn abrazo
Bienvendio sea tu relato, Rosy, por poner en el escaparte esta lacra y prestarle tu voz a las mujeres que son obligadas a prostituirse.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Gracias Notincgas, denunciar, ponerles voz a esas mujeres, mi única pretensión, mi mayor premio, te lo aseguro.
EliminarUn abrazo y gracias por tus hermosas palabras.
¡Qué sí, lo sé, llego tarde! pero no podía dejar de comentar. Me encantan sus relatos que denuncian los abusos y maltratos. Rosy siempre al pie del cañón, buen microrrelato.
ResponderEliminarSaludos.