Noches mortuorias argénticas
Era la luna llena la culpable: el llamado cosmogónico nocturno.
Abrió su cuerpo y el universo se expandió, una cosa es mirar las estrellas y otra copular con una galaxia, entonces los enigmas cobraron sentido: la vida y la muerte.
Desde entonces busco su cuerpo en esas noches mortuorias argénticas.
Abrió su cuerpo y el universo se expandió, una cosa es mirar las estrellas y otra copular con una galaxia, entonces los enigmas cobraron sentido: la vida y la muerte.
Desde entonces busco su cuerpo en esas noches mortuorias argénticas.
Gracias, Ricardo, por esta invitación a mirar al universo con otros ojos. Particularmente no hay nada que me haga sentir más perdido y ubicado al mismo tiempo que su contemplación.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias por dar lectura Enrique.
EliminarUna prosa llena de poesía que se adentra en los secretos últimos del universo.
ResponderEliminarUn deleite, Ricardo.
Saludos.
Es cierto que los secretos del universo se parecen tanto a la unión de un hombre y una mujer.
EliminarGracias Vicente por comentar.
Y yo que me quejaba porque las noches de luna llena me lleno de pelos y no puedo parar de aullar... Prefiero mi maldición a conocer los secretos del universo, francamente.
ResponderEliminar¡Magnífico, Ricardo!
¡Ahora si he soltado una carcajada! La culpa siempre será de las noches de luna llena por hacernos mas instintivos, pero pudiese ser de algún ser cosmogónico. Gracias Patricia por tu comentario.
EliminarRicardo, después de leer tu micro, cada noche de luna llena al mirar al cielo siempre veré una infinita noche de amor. Me ha encantado. Enhorabuena! Un beso
ResponderEliminarEso era justamente lo que deseaba plasmar. Gracias Pilar por leer.
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