Tu cumpleaños pero sin ti
Cuando llegó el cumpleaños de él, horneó un pastel, añadió Candy Cotton y puso velas. Jamás dejaba pasar esa fecha, cuando nació el ser que más amaba. Sus gorriones se afinaban en la ventana para cantar.
—Feliz cumpleaños, caro mío.
Susurró a su ausencia mientras sostenía el llanto y sonreía.
—Feliz cumpleaños, caro mío.
Susurró a su ausencia mientras sostenía el llanto y sonreía.
¡Vaya! Terminas el relato y te queda como un mohín en el corazón. Triste, pero bien contado, Geyna.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Muchas gracias Notincgas, me alegra que me digas eso. Saludos recibidos. Abrazos
EliminarMe recordó "Carta de una desconocida" de Stefan Zweig.
ResponderEliminar¡Excelente!
En cuanto te he leído me puse a buscar el libro. Me halaga que te recuerde esa historia. A media noche me ha entrado la curiosidad por leer, aunque me siento casi muerta de cansancio. Gracias Ricardo, un abrazo.
EliminarQuizás si el ausente pudiera soplar las velas y soltar un deseo de cumpleaños, pediría estar al menos ese día con tu protagonista, Geyna. Muy bonito.
ResponderEliminarSaludos.
Pues Vicente, será que le preguntaremos al ausente un día de éstos si Dios quiere. Mi protagonista no se cuestiona hasta ahora, pero habrá que salir de dudas. Muchas gracias por leerme. Besos y abrazos.
ResponderEliminar¡Ay, las ausencias! Las de los seres más queridos siempre planean sobre nosotros; al principio, como heridas sin cerrar; más tarde, cuando creemos estar resignados, hay momentos, sueños, fechas especiales que, de pronto, reavivan los recuerdos en toda su nitidez. Me ha llegado mucho tu relato, Geyna, en el que hasta los gorriones, contagiados de ese amor tan intenso, siguen celebrando ese sentido, pero imposible, cumpleaños feliz. Felicidades, por este entrañable relato. Saludos.
ResponderEliminarGracias Juana por sentirlo junto a mi protagonista y junto a mi. Esas fechas siempre están ahí aunque uno no quiera recordar, a veces con dolor otras con alegría. Que los gorriones lleguen hasta tu ventana para darte un canto y de nuevo darte las gracias. Abrazos y saludos.
EliminarTriste cumpleaños al que no falta tu protagonista ni la tarta favorita del ausente.
ResponderEliminarMuy bien ejecutado.
Un beso, Geyna.
Agradecida estoy Pablo de que hayas leído y de tu comentario. Mi protagonista también te da las gracias. Un saludo enorme
EliminarEstoy segura de que pidió un deseo antes de soplar las velas.
ResponderEliminarMuy dulce, Geyna. Felicidades.
Un beso
Yo también creo lo mismo Margarita, sin deseo no se soplan las velas. Ojalá puedan estar juntos de nuevo. Muchas gracias. Un beso de regreso y saludos
EliminarSeguramente, un cumpleaños que celebrará año tras años hasta que los huesos de sus manos le impidan hornear ese pastel. Una historia triste pero muy bien narrada. Un saludo, Geyna.
ResponderEliminar¿Triste verdad? ¿Y te confieso algo? Es una historia verdadera a medias, y lo peor que mi protagonista en plena juventud tiene fiebre reumática pero me ha asegurado que jamás olvidara su fecha. Gracias por leerme Matrioska. Un saludo y un beso.
EliminarGeyna, triste pero a la vez precioso micro. La pérdida de un hijo es la peor de las pérdidas e imposible de olvidar. Enhorabuena! Besos
ResponderEliminarNo puedo imaginar y no quisiera Pilar pero lo entiendo cuando hay pérdidas de algún ser querido mas cercano (padre). Mi protagonista lleva el luto por una persona viva y se que no se compara jamás por alguien que ya no está entre nosotros. Gracias por leerme. Un abrazo grande.
EliminarEl relato deja una sensación de tristeza infinita... Yo también me había imaginado que la protagonista había perdido un hijo.
ResponderEliminarSi se trata de alguien vivo, pero con grave enfermedad... supongo que, según el estado en que se encuentre, podría ser igual o más duro.
Saludos.
Carme.
Gracias Carme, me alegra que me leas. Y tienes razon, de todos modos es duro. Un abrazo grande.
EliminarTodos somos únicos y sabemos que estamos de paso, pero algunas personas dejan huecos imposibles de llenar, vacíos presentes que braman con estridencia en determinadas fechas, sobre todo en los cumpleaños.
ResponderEliminarSostener el llanto y sonreír refleja una triste realidad, pero tal vez también la esperanza de que esas dos almas alguna vez y de alguna forma puedan llegar a encontrarse.
Un abrazo, Geyna
Claro que sí Ángel, incluso yo tambien espero que pronto se reencuentren, muy probablemente sean felices como en algún momento. Esperemos que sea en su próximo cumpleaños. Gracias Ángel, abrazo recibido y de regreso un saludo enorme.
EliminarMe dejas el alma encogidita...
ResponderEliminarBuen micro.
Un abrazo
Gracias Rosy, por sentir junto conmigo. Tu abrazo ha llegado, de regreso muchos besos.
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