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En su declive vital y artístico reunió en un pequeño volumen sus más bellos poemas.
Lo presentó con invierno y champagne. Recitó vehemente, emocionada, y los focos insolentes desvelaron el tortuoso cauce de sus lágrimas.
Tras dos meses, se vendía rebajado en atención y precio al fondo de la librería.
Lo presentó con invierno y champagne. Recitó vehemente, emocionada, y los focos insolentes desvelaron el tortuoso cauce de sus lágrimas.
Tras dos meses, se vendía rebajado en atención y precio al fondo de la librería.
Es cruel que a pesar de haber sido una gran figura, en el momento más difícil tus éxitos se olviden y no se tenga en cuenta todo lo que dejó escrito para la posteridad.
ResponderEliminarSomos profesionales en olvidar a ídolos venidos a menos, y sobre todo en nuestro país. Esa es la lectura que hago a tu micro, que por otra parte, está excelentemente escrito.
Un abrazo.
Pablo
Quizá nunca fue una gran figura, los poetas no suelen tener muchos lectores ni reconocimientos que traspasen su microcosmos. Seguro que poder realizar una antología con sus poemas y presentarla en el marco adecuado sea un homenaje que pocos puedan experimentar.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, Pablo.
Un abrazo
No siempre hay alguien cerca para escuchar el último canto del cisne, y si lo hay, puede ocurrir que no sea capaz de apreciar su tremenda belleza. Ese pequeño volumen era sin duda infinitamente más valioso para ella que para el resto del mundo. Pero su belleza, aunque inadvertida, seguro que fue un buen legado.
ResponderEliminarMuy buena tu contribución, Jose, para incrementar la belleza de esta página, rebosa de ella, pero me encanta sobre todo eso de "invierno y champagne".
Enhorabuena y un abrazo.
Hay artistas y creaciones que perduran y otros que nunca alcanzan la gloria. Tal vez haya una explicación lógica o sólo sea capricho del destino. Si al crear y trabajar día a día, disfrutamos con ello, la recompensa ya es enorme. Seguro que ese libro de poemas lo tendrá a su lado hasta el último día y después muchos lectores la recordaran emocionados.
EliminarMuchas gracias, Enrique, por tus siempre generosos comentarios.
Un abrazo.
Deben ser innumerables las obras que no han visto la luz, o que, al hacerlo, injusta o inexplicablemente han quedado relegadas. En cualquier caso, lo que escrito está a alguien, en algún momento, le llegará, como a nosotros estos cincuenta vocablos tan bien engarzados.
ResponderEliminarUn abrazo José
En este lugar de encuentro, todos tenemos la fortuna de leernos y poder comentar los relatos. Nuestro capitán, en su magnánima generosidad, no permite que oficiales, grumetes o incluso algún malencarado polizón, guarde silencio. Espero seguir engarzando algún que otro cuento, así como disfrutar leyendo los tuyos.
EliminarUn abrazo, Ángel.
Tu relato arrastra la aflicción por un final que no se asume, que podría haber sido un satisfactorio broche a una vida dedicada a crear belleza, en lugar de un amargo lamento por la imposibilidad de seguir creándola.
ResponderEliminarUno de los enemigos más acérrimo del humano, más si es artista, es el ego; ese que nos hace buscar afuera en lugar de disfrutar con lo que tenemos dentro.
Un relato muy sugerente, Jose.
Un saludo
Como escribió, Luis Rosales: “he caído tantas veces que el aire es mi maestro”. Es difícil que las personas expuestas al reconocimiento público vivan ajenas a esa montaña rusa que puede llegar a ser la fama y el olvido.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, Antonio.
Un abrazo
El ocaso de los dioses, siempre es una temática rica y recurrente. Te ha quedado un relato muy redondo y literario, rebosante de nostalgia y melancolía.
ResponderEliminarUn abrazo José,
Los poetas nunca mueren, sus escritos perduran y viven más allá de sus cenizas.
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Un fuerte abrazo, Raquel.
Muy bueno, José. Aunque este testamento literario haya abandonado tan pronto el «hit parade» del grueso de los lectores, no por ello pierde su valía y autenticidad. Ni creo, por como lo describes, que el conmovedor llanto de la poetisa se convierta en lágrimas de cocodrilo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que un libro esté en ese "hit parade", aunque sea sólo por dos meses, ya parece un tremendo logro. Seguro que nuestra poetisa está más que satisfecha con el resultado y la trascendencia de su antología.
Eliminarademás he oído que, aunque quiso dar por concluida su carrera literaria, aún sigue escribiendo nuevos poemas.
Gracias por tu comentario, Vicente.
Un abrazo.
Por lo menos tuvo valor para reunir en un libro sus más bellos poemas. Su obra quedará para la eternidad aunque esté escondida en el último rincón de la librería y a precio de saldo.
ResponderEliminarUn beso Jose, el relato es una maravilla.
Malu.
Para dedicarse a la poesía seguro que valor no le falta.
EliminarY es cierto, las librerías y bibliotecas son lugares mágicos, donde se pueden rescatar palabras escritas hace mucho tiempo, por personas con una sensibilidad especial y poder conmovernos a muchos de nosotros, todos diferentes y con realidades tan dispares.
Muchas gracias por tu valoración, Malu.
Un beso.
La gloria eterna está reservada para unos pocos escogidos. En el resto de casos, el éxito suele ser fugaz como las burbujas de tu "champgne", pero, oye, mientras dura, te da una alegría...
ResponderEliminarSaludos cordiales, José.
Muy bueno, Notincgas. Brindo por ese tipo de alegrías.
EliminarSaludos cordiales.
Magnífico... Ni hay mucho más que añadir. Un abrazo!!!
ResponderEliminarUn abrazo, Carmen. Gracias por tu valoración.
EliminarMe gusta tu historia, Jose, pero, si me permites, voy a quedarme con esos "focos insolentes" en el ocaso (vital, textual,...) en el que las luces se atenúan lentamente para que nos de tiempo a hacernos a la idea de que nos vamos apagando; me parecen tan dramáticamente gráficos...
ResponderEliminarUn saludo
Tienes razón, Margarita. Casi siempre van unidas la intensidad de luz interior y de la que se proyecta sobre nosotros.
EliminarMuchas gracias por comentar.
Un abrazo.
En esta vida hay que estar preparado para todo, para el éxito y para el olvido. Tu protagonista al menos es conocedora de su ocaso e intenta recopilar todo lo bueno de su obra. Me gusta mucho cómo lo has narrado, Jose. Un saludo.
ResponderEliminarLa muerte la contemplo como un final, una caída al vacío y a pesar de ello creo que todos queremos irnos en paz y no dejar nada pendiente. En fin, un tema un tanto escabroso que resolveremos dentro de muchos años.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Un abrazo, Matrioska.
Hay cosas que se hacen aunque sea para uno mismo, como puede ser un recopilatorio. Pero si alguien más las aprecia y valora, mucho mejor.
ResponderEliminarCuando tu protagonista llora puede estar emocionada sólo por lo que recita o por el público que le da calor. Pero no es fácil ser el centro de atención durante mucho tiempo seguido...
Saludos!
Carme.