Vida, amor y muerte de cincuenta palabras
Nací y morí una breve semana de noviembre. Un lugar intangible fue mi único hogar. Las valiosas palabras de Pablo y Vicente, o el amor de Margarita, apenas un consuelo para una vida dolorosamente fugaz.
Un último "por qué" sin respuesta de un despiadado padre con presuntuosos aires de escritor.
Un último "por qué" sin respuesta de un despiadado padre con presuntuosos aires de escritor.
No, Jean, los micros de 50 palabras nunca mueren!! Se quedan aquí, para que todos -habituales o nuevos visitantes- los podamos ir leyendo una y otra vez.
ResponderEliminar¡Por muchas lecturas!
Carme.
Es lo que le digo a mi micro-relato, pero él me dice que eso no es vida, sino recuerdos, el no quiere ser un recuerdo, sino tener vida.
EliminarEsta tan obstinado.
Gracias Carme por comentar, un gran abrazo.
Bueno, Jean, aparte de precioso, tu relato es toda una reflexión sobre estos "pajaritos de barro", su vuelo más o menos pasajero, su banalidad o trascendencia, el grado de satisfacción que nos aportan.. pero más que nada sobre el sentido o la finalidad, el objeto con que cada uno de nosotros afrontamos esta singular tarea. A mí en particular me sobra con el cariño y la aceptación que implican las respuestas de Pablo, Vicente, Margarita, Jean... y en general de todos los componentes de esta cada vez más numerosa familia de cincuentistas.
ResponderEliminarMi más sincera enhorabuena por esta magnífica propuesta, sencilla, sensible y profunda al mismo tiempo.
Un abrazo, Jean.
Hola enrique, muchas gracias por tu comentario.
EliminarLo del micro relato existencialista es un poco lo mismo que nos pasa a nosotros, que nos mueve, que nos impulsa, a donde vamos, etc.
Que viene después de plantar el árbol, tener el hijo y escribir el libro?
Es lo que quise reflejar un poco en el micro, independiente de la duración (que la da el tiempo), todo tiene un propósito.
Cual sera el nuestro?
Saludos y muy agradecido por tus palabras.
Ay, Jean, te voy a contar un secreto. Bajo la inocente apariencia de esta página se esconde un santuario. Allí van a parar todos los relatos y siguen contando sus historias, que siguen vivas, resonando entre las paredes blancas de ese lugar fantástico, al que acudimos sin querer cada vez que algo nos hace recordar un cuento tuyo, o de Margarita, o de Vicente o de Pablo.
ResponderEliminarEl nuestro es un arte breve, sí, pero intenso.
Un abrazo.
Entonces, hay vida después de la muerte de un micro relato? Como fantasmas? o como una nueva forma artística (poema, novela, comics, etc.)?
EliminarInteresante teoría Patricia, lastima que no existan pruebas "científicas" da tal suceso.
Y ciertamente nuestro arte es breve, pero el mio es artebreve.com (perdón por la publicidad, jaja).
Un abrazo Patricia y mi profunda admiración.
Bueno, Jean: tus micros son inmortales. Solo hay que pasarse por la pestaña de autores, buscarte, y sumergirse de nuevo en todas las palabras que vas dejando en esta casa donde cada vez hay más habitáculos para guardar todos los relatos.
ResponderEliminarPertenecer a ese grupo formado por Margarita, Vicente, y todos los que no caben ni en mil palabras y formamos parte de esta familia, es una de los mayores placeres de nuestra comunidad.
Si encima tienes el gran detalle de meterme en un cincuenta imaginativo y lleno de ingenio (como a mí me gustan), pues me pongo a dar santos de alegría.
Dile a tu micro que no será fugaz: lo voy a poner en mi libreta de favoritos y en un lugar muy especial, para tenerlo siempre a mano.
Eres grande, Jean. Muchas gracias y un fuerte abrazo.
Pablo.
Te agradezco enormemente la generosidad de tus palabras hacia mi. Ciertamente el grupo crece y me parece una casa maravillosa con muchas habitaciones y pequeñas puertas que nos trasladan a mundos brevemente mágicos.
EliminarMi micro levanta su triste mirada al saber que lo dejaras entre favoritos y veo una leve sonrisa surcando su rostro. le has podido dar un consuelo que yo como padre, nunca pude darle.
Va un abrazo y un gracias enorme y por partida doble.
Dicen que todo es pasajero y la experiencia parece demostrarlo, pero esa evidencia señala también que si hay algo que puede perdurar es el arte, incluidas las historias que se cuentan. Hay muchas razones para escribir; en las entrevistas, los autores tienen aprendida alguna respuesta ingeniosa cuando les hacen la inevitable pregunta, pero siempre, pienso, lo que late en las letras un afán de continuidad. En todo caso, tu relato habla de forma magistral de lo efímero y del destino de lo que sale de nosotros una vez que ya no es solo nuestro.
ResponderEliminarUn abrazo, Jean
Hola Ángel, pues toda la razón, el arte puede durar un poco más que la vida, pero como todo en este mundo, esta sometido a un fin.
EliminarAgradezco el tiempo que te has tomado en comentar y también el de iluminarnos con el hecho que debemos tener una respuesta preparada de antemano cuando nos pregunte un "por qué".
Saludos y que tengas una buena semana.
Una, fíjate bien Jean, una sola palabra... ya es vida. ¡Cuánto más cincuenta!
ResponderEliminarUn abrazo y arriba esa pluma, perdón, esos dedos.
Si con tres palabras Dios creo en Universo, con dos nosotros creamos vida (un "te amo" a la persona indicada), con cincuenta (bien utilizadas claro esta) podemos crear mucho... Lastima que se use exactamente para lo contrario en la actualidad.
EliminarUn enorme abrazo Salvador y siempre es grate leerte, aunque sea en comentarios.
Hola Jean, si eres quien me miagino, imaginación no te falta. Pero este relato tuyo parece un acta de rendición, y aquí como Viriato. A resistir, que es lo nuestro, soñando, escribiendo y publicando e para sentirnos orgullosos de ser la tripulación de un barco que va cada vez mas a flote. Creo que no te puedes quedar ni atrás ni fuera de esta singladura. Tu relato, bañado de pesimismo es a pesar tuyo muy buen, aunque no tenga amarras ni condiciones.
ResponderEliminarNo te rindas, que con solo cincuenta se pueden conseguir hermosas historias, a historias hermosas.
SALUDOS
Espero ser quien crees que soy para tener imaginación, :)
Eliminarla idea del relato es el inconformismo del mismo con la vida que le toco, ¿Cual es su sentido? ¿Para que fue escrito? ¿Por qué vivir tan poco?
De pesimismo no tiene nada -al menos desde mi punto de vista- sino la búsqueda del sentido de la vida, desde la existencia del micro relato.
Me halagas diciendo que pareciera que reflejara mis sentimientos de tristeza y rendición, eso indica que la historia esta bien lograda.
Saludos Jose y que tengas un muy buena semana.
Quizá un escrito sea fugaz, pero no el vestigio que erige sobre el que lo escribe y el poso que permanece sobre el que lo lee.
ResponderEliminarCreo que algunos relatos son como cometas; no se recuerdan tanto por su paso si no por la estela que dejan, como muchos de los que has escrito, Jean.
Un abrazo.
Concuerdo contigo Antonio, todos somos destellos que brillamos por un momento para luego desaparecer, solo cambia la duración temporal.
EliminarGracias por tus palabras y por comentar.
Un gran abrazo Antonio.
¿Fugaz? ¡Que te lo crees tú, Jean! Ahora, desde que ya está aquí presente, tu historia deja de serlo para pasar a ser eterna y ocupar su puesto entre tantas y tantas espléndidas historias que, si breves en palabras, no lo son en cuanto vida propia.
ResponderEliminarVa mi me gusta (que esto también ayuda, ;) ) y mi enhorabuena.
Saludos.
Gracias Jose por tus amables palabras, definitivamente el micro relato esta logrando más de lo que se esperaba para él.
EliminarUn fuerte abrazo.
Wow! ¡Esto es un metarrrelato, Jean! Un relato que habla del sentir de un relato a quien se le ha hecho versar sobre un relato... Así ad infinitum. Me has dejado sin palabras, bueno, casi. Aún tengo que alabar un trabajo espléndido en el que incluso has tenido el detalle de listar mi nombre entre otros mucho más brillantes. Una maravilla ese «por qué» donde se mueven todos los que tienen algo que decir.
ResponderEliminarFelicidades y gracias.
Vicente
Wow! ¡Esto es un metarrrelato, Jean! Un relato que habla del sentir de un relato a quien se le ha hecho versar sobre un relato... -Dijo Vicente con total asombro.
EliminarY mientras Jean continuaba leyendo el comentario de su amigo, no pudo evitar sentir como alguien parecía espiar sus pensamientos y dirigirlo a lo que tenia que escribir:
Ciertamente Vicente -tecleo Jean- ¿Quién dice que nuestra vida no es un metarrelato que abarca pequeños metarrelatos en nuestro interior y a su vez nosotros formemos parte de otros metarrelatos aun más grandes?
Dejo de escribir, las palabras arriba vertidas no parecían realmente suyas, se sentía como un lápiz humano que no tenia control sobre sus actos, y sin embargo juraría que poseía autonomía. Sacudió fuerte la cabeza y siguió teclenado:
"Me alegro realmente que te gustará el regalo y sobretodo el pequeño detalle de tu nombre incluido en él, mi idea era sorprender a los citados haciéndolos ser participe del relato".
"Un abrazo y muchas gracias por comentar. Que tengas buen día" -Termino de redactar Jean, y al publicar el comentario, sintió que volvía a recuperar su libertad y dominio de su vida.
un cubo de agua una paleta un saco de cemento y unos cuantos ladrillos y la vida se alza sobre un carretilla elevadora, allí con una fingida pose solemne se alza un albañil pensando en su almuerzo y un féretro oscuro barnizado de muerte
ResponderEliminarHola Canallator, buen relato el que nos das, y que bien se puede aplicar a una hormiga u abeja (sin ofender a los albañiles).
EliminarGracias por comentar.
Saludos.
Querido Jean, lo nuestro es un arte breve, inmaterial y perecedero, pero colorista e intenso. Algo así como una especie de grafiti cargado de sentimientos, emociones y mensajes que plasmamos en la blanca pared de esta página. Que su vida dura justo lo necesario para que el que pase se pare, lo vea (lea), lo alabe, lo valore, lo juzgue… Y todos nosotros, pues eso: una especial y variopinta tribu urbana.
ResponderEliminarFelicidades por tu micro, me encanta.
Un saludo.
Muchas gracias María, que bien que te sea de tu gusto, agradecido por que pasaras, leyeras y valoraras el micro.
EliminarVa un gran abrazo lleno de cariño.
Saludos.
Ten cuidado Jean que se te están rebelando los relatos. Este te ha salido un poco desagradecido. Se queja de su vida fugaz. Tal vez lo tengas que retomar y así, de cincuenta en cincuenta palabras, darle la posibilidad de volver de vez en cuando. Que se explaye y que nos cuente todo lo que tiene dentro. Nosotros estamos dispuestos a escucharle. A ver si así se queda conforme.
ResponderEliminarTu idea me ha parecido muy imaginativa y con mucho juego. Saludos.
Hola Juana, pues si, salio rebelde, pero en el fondo es de los rebeldes que valen la pena, de esos que se rebelan de la vida y tratan de ver algo más allá, de espiar los dobleces que suelen quedar en cada esquina indagando lo oculto.
EliminarMi relato esta feliz con la oportunidad de volver y saber más, te manda muchos besos en agradecimiento y yo mis saludos y abrazos.
Propongo cerrar la ventana y evitar así esas corrientes de aires presuntuosos que bajan la temperatura, golpean puertas, revuelven papeles y enredan el pelo.
ResponderEliminarJean, tenemos amor suficiente y talento y tesón y ganas como para agarrar ese momento fugaz por el brazo y no dejarlo marchar.
Ordenemos las corbatas por colores y saquemos a los monstruos de debajo de la cama; que Vicente traiga la bebida y Pablo algo para picar, y nosotros, a escribir: tenemos un montón de invitaciones que enviar a todos los cincuentistas que andan por aquí.
¡Hogar, dulce hogar!
Qué grande eres, Jean. Me ha gustado, me ha gustado mucho. Y "quererte", aún más.
Un beso, y hasta tres. :-)
Hola Margarita, tu propuesta es decididamente encantadora. Saquemos las sabanas fantasmales, ordenemos cartas, ajedrez, domino y dados, dejemos los cuentos clásicos en una caja y... ¡exiliemos a Hansel y Gretel para que no vengan a comernos nuestro dulce hogar.
EliminarRealmente agradezco que te gustará y te haya hecho "quererme" un poco más (en este momento pateo fuertemente bajo la mesa a mi microrrelato que trata de dar su opinión).
Un enorme abrazo y tres tríos de besos para ti.
PD: Y Vicente justamente debe ir a buscar las bebidas? el pobre lleva años luchando contra su adicción a las bebidas alcohólicas, no lo tentemos que puede recaer.
Jean, hay micros que aunque breves destilan tanta intensidad que se alojan en nuestra memoria y en nuestra vida. Tal vez, un consuelo para darles lo que se merecen es darles continuidad en una nueva historia. Gracias por tus micros. Enhorabuena! Un beso.
ResponderEliminarOh, estaos hablando entonces de reencarnación de relatos, no? Interesante teoría, existirá la reencarnación en relatos? hasta ahora solo había escuchado rumores. Mi relato esta entusiasmado y dice que de haber vida al otro lado, volverá acá a restregármela en la cara... mmm...
EliminarGracias por comentar Pilar, un gran abrazo y un beso para ti.
Ay, Jean, no sólo los relatos son fugaces, también nosotros lo somos. Incluso el Sol, en su escala, es breve.
ResponderEliminarPero eso no es lo más importante, pues incluso el arte puede ser efímero y no por ello dejar de ser arte. Lo importante es SER y en nuestro caso, SOMOS también lo que escribimos y lo que leemos.
Saludos cordiales.
Totalmente de acuerdo contigo Notincgas. Lo importante es el SER.
EliminarGracias por comentar.
Saludos.
Hola Jean, estoy convencido que este microrelato que has escrito hoy, y todos los tuyos permanecen en la memoria de muchísima gente, además seguro que hay un lugar a donde van los relatos perfectos y bellos como los tuyo. Es un placer leerte siempre.
ResponderEliminarAh! y por cierto de presuntuoso nada, eres un escritor en toda regla.
Me ha gustado mucho tu micro, enhorabuena,
Un abrazo.
Gracias Javier por tus amables palabras. Recuerdo que los teosofos postulan que toda idea queda dando vueltas por el mundo mental, posiblemente haya una zona donde queden y se alberguen los buenos relatos (como los tuyos).
EliminarUn abrazo y gracias por comentar.
No, no, querido Jean, los relatos nunca mueren, aunque su hogar sea un lugar intangible.
ResponderEliminarY el padre de la criatura, nada de presuntuoso, un escritor en toda regla diría yo.
Absolutamente genial tu micro de noviembre.
Un beso fuerte.
Malu.
Gracias Malu, lo de presuntuoso lo dijo mi microrrelato, que yo me considere perfecto y mejorando cada día.
EliminarEspera a ver el relato de diciembre, ese te dejara pasmada.
Un beso enorme para ti y muchas gracias por tus palabras.
Arduo papel el de creador, ¿eh, Jean? Dar vida no es tarea fácil y menos cuando sabemos que será efímera. Quizá tu obra se sienta poca cosa, pero no es así, es un deleite que, con solo un clic de ratón, podemos recuperar cuantas veces queramos. Magnífico micro, Jean, dile a tus cincuenta palabras que no estén tristes, que sabemos dónde buscarlas. Un beso.
ResponderEliminarGracias Matrioska, le explique a mi microrrelato lo que me comentaste y se alegro un poco, pero luego me dio la espalda. Creo que es conmigo la bronca, no se que hacer la verdad, supongo deberé llevarla a un psicólogo de microrrelatos a ver que me dice.
EliminarUn abrazo y un beso Matrioska y gracias por pasarte por aqui.
Un microrrelato es un mal hijo que, tan pronto nace, abandona a su padre y se va en busca de independencia. Hay que dejarle ir, sin dolor, a pesar de saber que en el ca-mino asecha el más implacable de los verdugos, el lector, quien decide si vive o muere.
ResponderEliminarMuchas morirán, pero creo que esta historia que nos cuenta sobrevivirá. Dejo un me gusta.
Saludos.
Jajajaja, toda la razón Beto.
EliminarGracias por comentar, un gran abrazo.
De eso nada, estoy segura que pasará a la historia y con mucha gloria y si no espera, alrededor de diez diítas...
ResponderEliminarUna gozada de micro, me has sorprendido y encantado.
Un abrazo
Pues mil gracias Rosy me alegra mucho que te sorprendiera y gustará.
EliminarUn enorme beso y abrazo.
Saludos.
PD: Mi hijo ingrato, el relato existencialista pregunta que qué pasara en 10 días.
Lo bueno, si breve millones de veces bueno... Más que bueno amigo!!! Un abrazo. Fin
ResponderEliminarLo bueno es breve y mas aun si es artebreve... jajaja gracias Carmen, un abrazo enorme para ti. te cuidas.
EliminarQuizás la vida no tenga sentido, ni lo escribimos, ni lo que leemos, ni el universo, ni tu microcuento. En sí mismo nada lo tiene. Pero cobra sentido para nosotros si a nosotros nos importa lo que hacemos. Somos tan poco y a la vez somos lo único que tenemos, y tu micro forma parte de lo que eres, como si fuera una célula más de tu cuerpo. Me ha encantado tu relato existencialista que como tantos se queja de la brevedad de la vida.
ResponderEliminarUn beso, Jean.
Gracia Sandra, te confieso que hay un poquito de mi en el relato, aunque quizás no me queje de lo breve de la vida, sino del poco tiempo que usamos en algo que valga la pena versus el gran tiempo que malgastamos en cosas sin importancia. En fin, hay que tratar de alargar lo primero y acortar lo segundo... aunque es muy muy difícil.
EliminarUn gran abrazo y un beso Sandra.
Saludos y gracias por siempre todo.