A media noche
Tomó un cuchillo y entró a la recámara sin hacer ruido, para no despertar a su esposo. Se acercó a la mesita de noche y empuñó con fuerza la afilada hoja, hasta hundirla casi con rabia en el corazón de la sandía. Los antojos por el embarazo estaban volviéndola loca.
¡Qué grande! Fabuloso, Diana.
ResponderEliminarGracias por este relatazo y un abrazo navideño.
Tú protagonista ha sido muy considerada por no haber despertado a su marido. Buen relato, Diana.
ResponderEliminarQue pases felices fiestas.
Pablo
Jaja, me encantó. Se abre una expectativa macabra que culmina en algo cómico. Buen micro!
ResponderEliminarJajaja. Me ha gustado mucho ese giro.
ResponderEliminarBesos y Feliz Año 2016.
Que todos los antojos no tengan más consecuencias que esa. Además, las sandías son muy sanas.
ResponderEliminarUn relato sencillo y efectivo.
Un saludo, Diana. Felices fiestas
Ay, ay. Se mascaba la tragedia, pero por fortuna, todo acaba en un susto e (imagino) un charco de agua y pepitas de sandía.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Cómo son los antojos del embarazo y sobre todo de madrugada ...
ResponderEliminarMuy divertido, Diana.
Besos.
Malu.
Muy divertida la escena. Muy considerada tu protagonista al resolver ella solita el tema del antojo nocturno.
ResponderEliminarUn saludo.
Me encanta el suspenso inicial de este relato y mucho más cómo resuelve el final, muy bueno.
ResponderEliminarSaludos.
Menos mal que es una sandía, si llega a hundir el cuchillo a un melón, hubiera habido confusiones. :) Simpático ese giro final. Buen micro, Diana. Un saludo.
ResponderEliminarInquietante micro. Nos lleva por un camino y de repente acaba resolviendo con humor. Me ha gustado mucho. Felicidades y bienvenida. Besos
ResponderEliminar¡Inquietante y delicioso!
ResponderEliminarEnhorabuena, gran giro para cerrar.