Amigas para siempre
—Madre estaría orgullosa —se dijo mientras contemplaba su hermoso jardín—. Ella que constantemente me repetía que la amistad era como un delicado jardín de flores...
De repente palideció: Lis, su nueva amiga del Face, estaba a punto de llegar y había pasado por alto comprobar si aún le quedaba cianuro.
De repente palideció: Lis, su nueva amiga del Face, estaba a punto de llegar y había pasado por alto comprobar si aún le quedaba cianuro.
¡Enhorabuena, Fina, por partida doble! ¡Por tus diecinueve estupendos relatos anteriores! ¡Y por este, que hace el número veinte y que además es magnífico!
ResponderEliminarEl título apunta ya a algo imperecedero, algo que solemos asociar siempre o a la amistad, o a la muerte. El texto, cuando lo lees, nos aclara que hay algo de ambas.
Va mi me gusta, amiga, y mis felicitaciones por este genial relato. Lo del nombre de Lis, idóneo para la ocasión.
Un beso y nos seguimos leyendo.
Gracias, José Antonio, por estar siempre ahí animándome a seguir intentando ponerme a la altura de esta página.
EliminarUn abrazo y por supuesto que nos seguimos leyendo.
Hasta que la muerte las separe más bien. Parece que esta niña aplica la sabiduría materna de un modo bastante peculiar. Aunque tampoco sabemos cómo es esa amiga de Face, que igual viene con una catana guardada en el abrigo. En cualquier caso le aconsejo que aproveche el jardín para sembrar cicuta. Aparte de ser un remedio natural, así no le falta nunca.
ResponderEliminarEnhorabuena, Fina, y un abrazo.
Pues anda que no me he ido lejos yo con lo del sable.
Eliminar¡Caray!, Enrique. Si buscabas pagarme con la misma moneda, lo has conseguido: tengo el miedo metido en el cuerpo desde que he leído lo de la catana, oye. Es bromaaaaaa. Gracias a ti también por tus siempre amables palabras.
EliminarUn abrazo.
Váya, parece ser que ese jardín no es tan idílico como en un primer momento aparenta, y sus flores tienen (o tenían) talle y talla en lugar de tallo. La jardinera no huele precisamente al mejor perfume...
ResponderEliminarMuy logrado este "amistoso" micro, Fina.Y felicidades por los veinte en total. Saludos
Muy idílico no puede decirse que sea, no, aunque en él se descanse en paz ;) . Muchas gracias, Juana.
EliminarUn abrazo.
Qué bueno Fina. Yo es que le tengo mucha manía al Face y te comprendo perfectamente. Por cierto, ¿conoces la serie de libros de Jussi Adler-Olsen sobre el Departamento Q? Tu relato me ha recordado a Expediente 64 en el que se cuenta un caso parecido, completamente justificado.
ResponderEliminarBesotes.
Pues no la conocía, Patricia, y me alegra saber que no soy la única que ha imaginado tal situación. Como que ya me preocupo menos ;) . Y también me alegro de que te haya gustado esta historia un tanto peculiar. Muchas gracias.
EliminarBesos.
Genial!!! Me encantó el relato y el jardín, aunque asusta un poco. me parece que dice mucho de aquello de la verdadera amistad. Jejeje. Besitos
ResponderEliminarMe alegro de que te guste, Carmen, y gracias por hacérmelo saber.
EliminarUn abrazo.
Tan bonito que nos imaginamos el jardín, que casi olemos la fragancia de sus flores, y la delicadeza queda completamente enterrada en la seguna parte. Y es que eso de tormarse las cosas al pie de la letra...
ResponderEliminarVaya giro, Fina. Creo que voy a seguir alejada del Facebook, no vaya a tener efectos secundarios imprevistos ;-)
Un beso.
Coincido contigo, M. Carme, en que lo de tomarse las cosas al pie de la letra no suele acarrear nada bueno. En cuanto al Face, como todo, con moderación no hace daño ;) . Gracias por comentar.
EliminarUn abrazo.
Esta jardinera resulta pero que muy inquietante. De entrada me pregunto qué tipo de relación tenía con su madre que se acuerda de ella en vísperas de un amiguicidio.
ResponderEliminarY voy mas allá todavía, ¿por qué está tan bonito sel jardin? ¿Aaso utiliza un abono biológico? ¿No estará la madre, precisamente, criando malvas por ahí cerca?
En fin, como decía, Fina, inquietante relato.
Besos.
¡Huy, cuántos interrogantes!, Notincgas. Me da que acabas de abonar el terreno para una posible continuación (je, je, je). Gracias por pasarte por aquí.
EliminarUn abrazo.
Amigas para la eternidad, jajaja. ¡Vaya jardín!, abonado con el bien tan preciado de la amistad. Muy bueno, Fina. Un abrazo.
ResponderEliminarUna amistad eterna, sí ;) . Me alegro de que te haya gustado, Salvador, y gracias por habérmelo hecho saber.
EliminarUn abrazo.
"Mamma mia! Cómo está el mes de diciembre, cargadito de grandes relatos y solo estamos a día cuatro.
ResponderEliminarInteligente, brillante y redondo desde el título hasta el punto final.
Enhorabuena por estos 20 y gracias por regalarnos estas joyas mes a mes, querida Fina.
Yo también me pregunto si la madre está criando malvas en el jardín ... Ya nos dirás.
Un beso fuerte.
Malu.
Eres muy generosa con tus elogios. Está visto que la amistad te ciega ;) . Muchas gracias, querida Malu.
EliminarBesos.
Una protagonista que sin duda ha recibido una educación diferente. Una forma de entender la amistad muy particular; con amigas como éstas no hacen falta enemigas. Como todas las cosas, Facebook es una buena herramienta en su justa medida, otra cosa es el abuso o la adicción, pero si alguien está demasiado enganchado sólo tiene que leer este relato.
ResponderEliminarEnhorabuena por ese número redondo de participaciones.
Un abrazo, Fina
Yo me atrevo a ir más lejos, Ángel: para amigas así, mejor sin amigas :/ . Gracias por esos comentarios tan acertados que siempre haces.
EliminarUn abrazo.
Imagino ese jardín tan bien cuidado lleno de Rosas, Violetas, Azucenas, Narcisos...
ResponderEliminarUn consejo para Margarita, no se te ocurra ir de visita, yo no me fiaría un pelo.
Muy bueno, Fina. Un beso.
Jajaja. Me has leído el pensamiento, Asun.
EliminarDe entrada, voy a borrarla ahora mismito del "feisbuk".
Aprovecho para mandarte un beso rápido y me voy corriendo, no vaya a ser que aparezca por sorpresa.
Gracias, Asun. Me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn abrazo.
Esto… Margarita… ¿Has pensado en utilizar un alias? Es bromaaaaaaaa.
EliminarEnhorabuena por esos veinte relatos llenos de calidad.
ResponderEliminarTe daré un consejo. En la casa de enfrente, las tías de Carl Grant seguro que te dan un poco de cianuro por compasión, eso sí, no les aceptes ninguna copa de vino de bayas de sauco: ellas también coleccionan amigos, aunque en un sótano.
Fina, en resumidas cuentas: tu relato veinte es una genialidad.
Un beso.
Pablo
¡Glups! Por favor, Pablo, no me elimines del Face, que yo no tengo jardín, ¿eh? (je, je, je). Muchas gracias por tus amables palabras.
EliminarUn abrazo.
Aprovechando que estoy en el ordenador pondré bien el nombre de mi querido y admirado Cary Grant y el vino era de Bayas de Sabuco.
EliminarNunca te borraré de mi feisbú, eso seguro.;-)
Me ha encantado, Fina, empezando por el título, pasando por el apego maternal de la muchacha, la metáfora del jardín, el uso de las redes sociales para establecer sus relaciones y acabando por el nombre de la pobre amiga.
ResponderEliminarTú también creces y floreces con cada nuevo relato.
Un beso
Muchísimas gracias, Margarita, pero me temo que aún tendría que crecer mucho para intentar llegar a vuestra altura. No obstante, aquí sigo porque, ¿no dicen que todo se pega menos la hermosura? Pues a ver si es verdad :)
EliminarBesos.
La amistad, como el amor fraternal, hay que abonarlo y regarlo todos los días para que crezca y florezca. Eso es algo que tu protagonista sabe bien. A falta de cianuro, un buen golpe con la azada es mano de santo. Un micro estupendo, Fina. Felicidades y un beso.
ResponderEliminarPues no había caído yo en la azada… Gracias, Matrioska. Por pasarte por aquí quiero decir, no por la idea, ¿eh? ;) . Me alegra saber que te ha gustado.
EliminarBesos.
Una curiosa forma de mantener a raya a los "amigos", pero eficaz, eso sí. Las flores…, eso son otra cosa.
ResponderEliminarExcelente relato, Fina.
Un abrazo.
A raya y bien cerquita. Gracias, Mª Jesús. Me alegra saber que te ha gustado.
EliminarUn abrazo.
De entre todos los asesinos que este mes andan por 50 palabras, este es el más poético. Si me van a matar que sea aquí (con este relato) donde muera. Me gusta, suerte.
ResponderEliminarSaludos.
Para poético el comentario que has hecho, Beto. Si yo fuera un relato, habría cogido celos tras leer semejante cumplido ;). Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Pues, efectivamente, mamá tenía razón: la amistad, como las flores, puede marchitarse con rapidez y a esta flor de Lys no parece haberle sentado bien el riego del 'Face'.
ResponderEliminarBuena hija tu protagonista, pero va a tener que pulir su face-ta de amiga.
Buen relato, Fina. Un abrazo
Lo que no se puede negar es que le gusta estar rodeada de amigas. Me alegro de que te haya gustado, Antonio.
EliminarUn abrazo.
Me has acongojado con la jardinera, el jardín y el cianuro. Jejeje.
ResponderEliminarLíbrame de esas amigas que ya me libraré yo de mis enemigas!
Muy bonito relato Srta. Nieto.
Un abrazo fuerte.
Me alegra saber que te ha gustado, Isidro, y también me alegro un poquitín de que te haya asustado ;)
EliminarUn abrazo.
¡Flor de amiga se mandó la pobre Lis! Muy bueno, Fina. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, Sandra, por hacerme saber que te ha gustado.
EliminarUn abrazo.
Me huele rarito, ese jardín...
ResponderEliminarTendré que controlar a quién admito en mi face... Dolerá mucho eso del cianuro?
Muy bueno, Fina.
Un abrazo y un felicísimo 2016