Carguen, apunten... ¡Fuego!
El pelotón, con las armas en alto, miraba fijamente al prisionero. Este los desafió frunciendo el ceño. El mayor ordenó abrir fuego. El primer proyectil le impactó en la cara. El resto empaparon su camisa. El abuelo corrió hacia ellos, y entre risas y cosquillas se fundieron en un abrazo.
Uff, menos mal que todo acaba con risas. Ya me estaba preocupando, ahora a secar bien a los niños no se nos vayan a resfriar. Yo creo ese abuelo les enseña unos juegos de alto riesgo.
ResponderEliminarUn saludo, Stbn.
Jeje, yo estaba igual que Asun, suerte que era todo un juego.
ResponderEliminarUn saludo y felices fiestas Stbn.
Seguro que los padres, cuando vean todo mojado, dirán que es peor el abuelo que los niños. Puede que tengan razón, pero, sinceramente, yo elegiría ser así, pese a las reprimendas, a las acusaciones de malcriar a los peques y al riesgo de un resfriado.
ResponderEliminarUn abrazo, Esteban. Felices fiestas
Me ha parecido muy tierno el final del micro, aunque el principio no auguraba un buen final. La figura del abuelo es imprescindible en la vida de los niños, ya que dispone del tiempo que el padre a lo mejor no tiene. Me ha encantado. Enhorabuena. Felices fiestas! Besos
ResponderEliminarMuy bueno, Stbn. Todos los abuelos son capaces de hacer cualquier cosa por los nietos, prisionero del amor que les profesa.
ResponderEliminarUn saludo.
Pablo
Qué alivio, una muerte bárbara que termina siendo un momento de diversión bárbara en el mejor sentido.
ResponderEliminarBien por ese abuelo.
Saludos, STBN.
Con ese giro de 180 grados nos cambias radicalmente de escenario, lo que se presentaba trágico, lo mutas en una tierna escena con ese abuelo participando de los juegos de sus nietos. Muy bueno, Stbn. Un saludo.
ResponderEliminarPrecioso y bien merecido homenaje a los abuelos, Stbn. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias a todos. Abrazo Grande y Feliz Año
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