Confesiones
Se conocieron en Woodstock, tuvieron tres hijos, cuatro nietos, dos gatos y siete perros. Nunca discutieron hasta esa mañana: "Yo fui groupie de Jim Morrison", se sinceró ella. El anciano, ofendido, decidió abandonarla y se marchó. Cinco minutos después había regresado, no recordaba por qué había salido de la casa.
Un mítico concierto les unió, sólo podía separarles algo ajeno a él. Pasados los años, ella confiesa haber mantenido algún tipo de intimidad con Jim Morrison, líder de The Doors, que no participó en el evento, algo que su pareja considera una doble infidelidad, musical y conyugal. Sin embargo, una vida de convivencia, además de la decadencia física, contribuyeron al perdón y al olvido.
ResponderEliminarYo también confieso que me he documentado un poco sobre Morrison y el fenómeno "groupie" (y lo he hecho encantado) para comprender en su amplitud este relato en el que se concentran mensajes, sentimientos y hasta historia de la música.
Un saludo, Renate
Ángel, gracias por leer, comentar y encima documentarte para hacerlo, sos un sol. Un abrazo!!
EliminarBuenísimo, Renate. Me imagino a esa abuelita hippie confesándole a su marido su infidelidad. Yo también me he tenido que documentar sobre las "groupies", a igual que Ángel.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias Asun, parece que con el tema groupies los he complicado un poco :D
EliminarUn abrazo!
Lo bueno de cumplir años es que aprendemos, entre otras cosas, a poner a nuestro servicio la memoria selectiva. Y eso quiero pensar que ha hecho este encantador y enfurruñado abuelete (a la demencia la dejamos olvidada en la esquina que para eso hay libertad de interpretación).
ResponderEliminarSimpático relato, Renate.
Un saludo
Es cierto! Buscamos en el disco rígido y elegimos lo que más nos gusta! Muchas gracias Margarita, un abrazo!
Eliminarjajaj de algún modo le encontraste un rasgo positivo a la edad y a la falta de memoria... sirvió para mantener unida a la pareja!
ResponderEliminarSi Mónica, es lo que intenté. Gracias por comentar, un abrazo
EliminarMuy buen relato Renate.
ResponderEliminarEstá claro que, lo,que la música unió no podía separarlo la música, aunque fuese por la relación con uno de sus ídolos.
Me ha gustado y enhorabuena.
Un beso Renate.
Sí Javi, que lo que la música unió, el hombre no lo separe. Me alegra que te haya gustado, un abrazo!
EliminarGenial, Renate. Tal vez el anciano debería ser más comprensivo. Como sabes, la magnitud del fenómeno de «El Rey Lagarto» fue tal que hizo que muchas chicas perdieran la cabeza. Me ha gustado mucho tu relato, incluso me aventuro a lanzar al aire un hipótesis lunática: ¿Y si el desmemoriado anciano es el mismísimo Jim Morrison? Recuerda las misteriosas circunstancias de su muerte.
ResponderEliminar*Suena «Break On Through»*
Un abrazo.
Vicente
Y ¿Por qué no? Gracias Vicente, un abrazo!!
EliminarAh, me ha gustado esa mirada desenfadada sobre el tema de la senilidad.
ResponderEliminarBien hecho, Renate
Gracias Notincgas! Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn abrazo!
Renate, cuando uno ha vivido tantos años con una persona y de repente descubre que desconoce algo de su vida, se siente tan traicionado que decide romper. Menos mal que la falta de memoria vuelve a poner las cosas en su sitio. Me ha encantado. Enhorabuena! Besos
ResponderEliminarSi, uno cree que ya lo sabe todo del otro, pero uno nunca lo sabe "todo" ¿No? ¡Muchas Gracias Pilar!¿Un abrazo!
EliminarParece que nuestra anciana tenía un secretillo que le quemaba y esperó a soltarlo cuando menos daño sabía que iba a ocasionar.
ResponderEliminarCoincido en la apreciación del tratamiento sobre la senilidad, me ha parecido ingenioso y de muy buen gusto.
Un saludo, Renate
Algunos secretos están tan buenos que hay que divulgarlos. Muchas gracias Antonio, un abrazo!
EliminarUn secreto largamente guardado, seguro que estaba deseando librarse de esa carga y esperó el mejor momento para confesarlo. Me parece hasta tierno porque me imagino la sonrisa de ella cuando le ve regresar. Me ha gustado, Renate, en tan pocas palabras nos has contado toda una larga historia. Un saludo.
ResponderEliminarGracias Matrioska, me alegra mucho que te haya gustado. Un abrazo!!
EliminarMuchas cosas en este micro. El encuentro de ambos en el 69, la historia familiar,la confidencia de ella al decirle que seguía a Jim Morrison allá donde iba (no fue a Woodstock al pensar que sería un festival de segunda categoría), lo que se le pasa por la cabeza a él y, debido a las rejillas que va dejando la memoria, lo que se escapa de la misma que acaba por hacerlo volver. Aparte, además de creerse engañado ¿quizá a él no le gustaban the Doors?
ResponderEliminarCuando en cincuenta palabras cabe tanto es que se ha escrito una obra de arte, Enhorabuena, Renate.
Saludos.
Pablo
Muchísimas gracias Pablo!!! Un abrazo.
EliminarEs como perseguir chicas y cuando las alcanzan no recuerdan para qué las perseguían.
ResponderEliminarSí Luciano,mas o menos así. Gracias por leer! Un abrazo
EliminarUn relato donde la falta de memoria trae algo bueno :-)
ResponderEliminarElla quería sincerarse, quizá esperó hasta que no le ocasionara consecuencias. Igualmente, aunque no le fallara la memoria, algo de tanto tiempo atrás... En fin.
Buena historia, Renate.
Saludos.
Gracias M. Carme, un abrazo!
EliminarOhhhhhh, me parece muy tierno Renate.
ResponderEliminarCoincido con Pablo, hay mucha información en estas 50 palabras.
Un beso.
Malu.
Gracias Malu, Un abrazo!
ResponderEliminarCuánta dulzura veo en ambos. Me encantó el final.
ResponderEliminarUn beso, Renate.
Gracias Sandra, un abrazo!
EliminarJajajaja que divertido micro, me ha gustado mucho Renate, felicitaciones.
ResponderEliminarUn abrazo y felices fiestas.
Gracias Jean! Un abrazo y muchas felicidades!!
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