Detrás del espejo
Hacía tiempo que me incomodaba pasar frente a los espejos, aunque no sabía muy bien por qué. Era algo más intenso que la sensación de sentirme observada. Hasta que un día decidí afrontar mis miedos y me acerqué… hasta caer dentro. Desde ese día soy quien observa del otro lado.
Miedo me da mirarme en un espejo ahora que te he leído, aunque parece que a tu protagonista le han desparecido todos sus temores y ahora vive mucho más tranquilo en el otro lado.
ResponderEliminarUn saludo, Mónica
jaja así parece... debe haber vivido desnaturalizado de este lado y por fin volvió a su lugar. Gracias por tu comentario!
EliminarMónica: este relato, además de tener mucha fantasía, es fantástico. Me ha encantado. Muy pero que muy bueno.
ResponderEliminarUn besote.
Pablo.
Muchas gracias Pablo, Saludos!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMónica muy buen relato.
EliminarSiempre tengo la duda de que hay detrás de un espejo, y tú con tus bellas 50 palabras ,me has ayudado a resolverla.
Un beso y enhorabuena.
Muchas gracias Javier... seguramente hay muchas otras cosas detrás del espejo, será cuestión de seguir indagando. Saludos!
EliminarEstupendo relato, Mónica. Si el espejo me hablara, ¿quién tendría la razón?
ResponderEliminarSaludos.
uf! qué pregunta! jaja. Gracias Vicente.
Eliminar¡Qué inquietante! ¿Y qué hay al otro lado?
ResponderEliminarSaludos, Mónica.
En este caso, aparentemente están los "otros-yo" que nos observan... pero seguro encontramos muchas cosas más. Saludos!
EliminarAsombroso e inquietante el fantástico mundo que se oculta al otro lado del espejo.
ResponderEliminarEnhorabuena, Mónica, muy buen relato.
Un saludo.
Da hilo para muchas historias, no? Gracias María Jesús!
EliminarEn los espejos habita un doble nuestro que nos observa constantemente, alguien que al conocernos a la perfección nos muestra tal como somos, esa imagen auténtica que nunca coincide con la que creemos tener, algo que se acentúa con el tiempo. Creo que seria positivo intercambiar los papeles alguna vez, quedarse tras ese espejo y ser meros observadores de nosotros mismos, contemplarnos como actores que somos en este teatro al que llaman vida, en el que a veces no es fácil ser protagonista.
ResponderEliminarUn saludo, Mónica
Una gran interpretación! Gracias Ángel, Saludos!
EliminarNo debe ser mal sitio ese donde tú eres el que das y no el que recibe, como pasa al otro lado. Un micro original y bien narrado, Mónica. Un saludo y bienvenida.
ResponderEliminarNo se si malo... se me ocurre un tanto pasivo. Lo que da un poco de miedo es haber caído ahí sin haber tenido la voluntad, y para los que estamos de este lado, descubrir que alguien nos observa constantemente. Al menos es la sensación en mi caso jaja. Gracias Matrioska, un abrazo!
EliminarDe pequeño me imponí e intrigaban muchos espejos, especialmente en casa de mi abuela que los armarios tenían por frontal un espejo. Una vez, para saciar mi curiosidad quise ver lo que detrás había. tenía miedo, pero abrí aquella puerta del espejo, chirriaron levemente los pernios y... CONTINUARÁ
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato.
Va mi me gusta y un beso de felicitación Mónica. (Ya sabes... continuará!)
Ay ay! qué habrás encontrado en ese espejo!! habrá que ver cómo continúa esa historia. Gracias Isidro!
EliminarLos espejos, esos misteriosos objetos que se prestan para tantas historias, usted lo ha abordado con mucha imaginación. Muy bueno.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias Beto, me alegra que te haya gustado. Un abrazo!
EliminarInquietante tu relato. Felicitaciones! Un beso
ResponderEliminarMuchas gracias Renate! Saludos!
Eliminar¡Dios mío! ¿Qué mundo se esconde al otro lado del espejo? Quizá sólo un mundo en 2D, reflejo de las imágenes del nuestro, sin todas nuestras preocupaciones y sentimientos? ... o más allá de lo que vemos reflejado hay otro mundo 3D?
ResponderEliminarNunca lo sabremos, a no ser que tu protagonista vuelva hacia aquí de nuevo a contárnoslo.
Saludos y bienvenida!
Carme.
Habrá que esperar la segunda parte de la historia! jaja. Gracias por tu comentario. Saludos!
EliminarMe parece muy interesante, no estaría mal pasarse un día mirando y observando desde el otro lado del espejo.
ResponderEliminarOriginal relato Mónica, bienvenida.
Besos.
Malu.
Quizás podamos descubrir muchas cosas de nosotros mismos si lo hacemos, no? Muchas gracias, Saludos!
Eliminar¡Huy! A partir de ahora me va a dar algo de "yuyu" acercarme a un espejo ;). Buen relato, Mónica, y bienvenida.
ResponderEliminarUn abrazo.
jaja muchas gracias Fina, Saludos!
EliminarMónica, inquietante relato que nos recuerda nuestro miedo a cruzar al otro lado del espejo. Recuerda un poco a "Alicia en el país de las maravillas". Muy bueno. Enhorabuena! Besos
ResponderEliminarmirá, no lo había pensado. Gracias y saludos!
EliminarMe corrió un frío por la espalda... Creo que va a pasar algún tiempo hasta que vuelva a mirarme en un espejo.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un beso, Mónica.
Uy, qué problema para maquillarnos sin espejo! jaja gracias Sandra, saludos!
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