Flores
Abuela me impidió besar el mármol, dijo: "En esta tumba no está tu madre, acá hay nada más los huesos". Siguiendo el rastro de las lágrimas de abuela, pregunté: "¿Y por qué le traemos flores si no está?".
Ella frunció el ceño, contrariada, y respondió: "Porque las miran de arriba".
Ella frunció el ceño, contrariada, y respondió: "Porque las miran de arriba".
¡Precioso!, Noelia.
ResponderEliminarUn saludo.
Muy emotiva tu historia, Noelia. Así que va mi me gusta y además mi saludo más cordial.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEs triste la ausencia de los seres queridos, más cuando, como en este caso, es definitiva. Sin embargo, las muestras de cariño para nuestros difuntos nos acercan a la paz y espero que, dondequiera que estén, a ellos también.
ResponderEliminarHermoso relato, Noelia.
Saludos.
Hay preguntas que no tienen respuesta, y más cuando se hacen frente a la tumba de un hijo, pero intentamos buscarlas, aunque sólo sea para tener un motivo que nos obligue a respirar.
ResponderEliminarSaludos, Noelia
Gracias a todos por sus amables comentarios. Un gusto que les haya llegado mi relato. Un abrazo!
ResponderEliminarTriste la historia , pero me parece preciosa.
ResponderEliminarUn beso.
Malu.
Noelia, preciosa historia y quiero creer que es verdadera.
ResponderEliminarUn beso.
Pablo
Una bella historia, Noelia. Un saludo.
ResponderEliminarBonita historia. Nunca se me había ocurrido pensar esa respuesta.
ResponderEliminarSaludos.
Carme.