Misión: Imposible
Con un discreto y entrenado truco de manos, los hombres intercambiaron maletines sin detener su marcha.
Más tarde, dentro del automóvil, el agente secreto comprobó que nadie lo vigilaba, extrajo el mensaje y leyó:
Cambio de misión. Lo sentimos, le comunicamos formalmente su despido por causas económicas. Búsquese otro empleo.
Más tarde, dentro del automóvil, el agente secreto comprobó que nadie lo vigilaba, extrajo el mensaje y leyó:
Cambio de misión. Lo sentimos, le comunicamos formalmente su despido por causas económicas. Búsquese otro empleo.
La crisis y las regulaciones de empleo afectan a todas las profesiones, aunque cada empresario tiene su forma de comunicar al trabajador la tristísima noticia, porque pocas cosas hay más tristes que el que se vuelva "imposible" un derecho fundamental, ya se sea espía o camarero.
ResponderEliminarSimpático, reivindicativo y actual, Vicente
Un abrazo
Tienes razón, Ángel, un despido es algo muy triste y lleno de efectos colaterales.
EliminarUn abrazo de vuelta.
Ingenioso este relato que nos traes con tres partes: el típico cambio de una maleta de manos, el descubrimiento de que el protagonista es un agente secreto y, finalmente, la triste realidad que nos envuelve: el pisto hasta para los agentes secretos.
ResponderEliminarGran título, que no se me pase.
Un abrazo, Vicente.
Pablo.
Jejeje, donde pone pisto quise poner paro.
EliminarJa, ja, ja. Te había entendido a la perfección, Pablo, no te preocupes. Me parece que la situación global del desempleo es alarmante y quise tratar el tema dándole un toque llamativo. Muchas gracias por comentar, estimado amigo.
EliminarAbrazos.
Discrepo. Siempre hay necesidad de un agente entrenado para lo imposible. Sobre todo ahora, que se avecina el invierno y hay que vigilar de cerca a la aurora... Usted ya me entiende, que para eso es espía.
ResponderEliminarUn beso, Vicente.
Mensaje recibido y comprendido, agente Richmond, nos vemos en el camino austral. ;)
Eliminar¡Gracias!
Abrazos.
Vicente. Me inquietó el título. Pensé...que no caiga en el tópico de Bond... que no caiga. Y, no solamente no has caído sino que le has dado una vuelta de tuerca...GENIAL.
ResponderEliminarMil gracias, Salvador, tus palabras sí que son geniales. He intentado no caer y me he salvado por los pelos.
EliminarUn abrazo.
Genial relato Vicente, de una historia de espías nos has transportado a la forma más sorprendente de dar un despido. Por desgracia hoy en día los despidos no son misiones imposibles.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho Vicente, un abrazo.
Así es, Javier, los despidos son cosa de todos los días y sus efectos, lamentablemente, también. Es terrible observar el rostro desesperado de un ser humano tratando, con pocas probabilidades de éxito, de encontrar una forma de ganarse el pan.
EliminarMuchas gracias por leer y comentar.
Un fuerte abrazo.
Me he divertido mucho con las dos primeras partes del relato. Estaba metida en una ficción de espías en blanco y negro cuando, de pronto, he caído en la realidad gris de cada día.
ResponderEliminarOjalá veamos al espía con una maleta para tomarse unas vacaciones.
Enhorabuena, Vicente. Un abrazo.
Estupenda lectura la que has hecho, Carmen, situaciones cotidianas como esta nos arrancan muchas cosas de las manos.
Eliminar¡Gracias!
Un abrazo.
Vicente, ya veo que corren malos tiempos hasta para los espías. Has descrito un despido de una forma muy original. Espero que nuestro futuro no sea una Misión Imposible. Enhorabuena! Besos
ResponderEliminarPues sí, Pilar, son épocas de escasas oportunidades, pero también puede ser un buen momento para replantearse objetivos y explotar la creatividad. Me uno a tu preocupación respecto a nuestro futuro.
EliminarMuchas gracias por tomarte el tiempo de comentar.
Un gran abrazo.
Los espías suelen ser muy listos y precavidos, seguro que no le faltará el trabajo, siempre podrá vender información al bando contrario o al mejor postor. Creo que, como habitualmente, el empresario no ha valorado lo suficiente a su empleado.
ResponderEliminarMuy bueno, Vicente.
Saludos.
Me agrada lo que apuntas, José. Esperemos que este espía y todos los que están en paro encuentren una solución a corto plazo para sus necesidades.
EliminarMil gracias.
Saludos.
Puede que tu protagonista no fuera el destinatario de ese mensaje, quizá fuera el que se lo ha pasado, o cualquier otro espía. Puede que vaya de mano en mano, indefinidamente, al fin y al cabo, no lleva nombre.
ResponderEliminarMe ha gustado, Vicente, solo intercambiamos abrazos, no maletines (por si acaso).
Ja, ja, ja, sí, sólo abrazos y relatos, que salgo ganando.
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Inmóvil, silenciosa y cuidadosamente avizor me has tenido siguiendo a este hombre de negro convencida de que al fin conocería un gran secreto de Estado, como poco, y me he quedado casi tan chafada como él. Si al menos el mensaje se hubiera autodestruido en tres segundos...
ResponderEliminarOriginal y divertido, Vicente, me gusta.
Un cordial abrazo
Menuda sorpresa se ha llevado el pobre agente con la de su despido, Margarita, casi tan grande como mi alegría al saber que mis letras han sido de tu agrado y que además las hayas encontrado originales.
EliminarTe agradezco de corazón tu amable comentario.
Un fuerte abrazo.
Vicente
*Este mensaje se autodestruirá en cincuenta palabras...
Al final va a ser misión imposible tener trabajo fijo, pero tu protagonista tiene una ventaja, seguro que el finiquito es generoso para silenciar la información que seguro posee, jajaja. Originalísimo. Un abrazo, Vicente.
ResponderEliminarJe, je, je, no había advertido yo tales cuestiones. Ojalá le saque provecho. Genial comentario, Salvador.
EliminarOtro abrazo de regreso.
Ay madre mi los agentes secretos se salvan de la crisis y el desempleo. Genial!! Ahí va mi aplauso y mi sonrisa.
ResponderEliminarMe complace muchísimo el que te haya agradado mi relato, Carmen; más aún, haberte arrancado una sonrisa, la cual recibo con afecto acompañada de tu generoso aplauso.
EliminarUn abrazo.
Vicente
Hasta los despidos guardan las formas cuando de agentes secretos se trata ;-)
ResponderEliminarMe ha parecido una idea muy divertida la de tu ERE, Vicente, con ese comienzo de misión al más puro estilo clásico que nos lleva a un desenlace digno de los rocambolescos métodos de la T.I.A., del gran Ibañez.
Me ha gustado mucho tu impecablemente bien escrito relato.
Un abrazo.
Ja, ja, ja. Muchas gracias, Antonio. Reconozco que, por ignorancia aunada a mi ubicación geográfica, tuve que 'googlear' lo de ERE para entender a plenitud tu ocurrente comentario; no así con la T.I.A. y el talento de Francisco Ibáñez que trascienden océanos y fronteras.
EliminarDe nuevo, gracias. Te envío un fuerte abrazo.
Vicente
Parece que salir de la crisis, en algunos lugares, se ha vuelto una “misión imposible”. Los que son despedido e intentan conseguir un nuevo empleo lo viven cada día. Buen micro Vicente, con su tono de suspenso.
ResponderEliminarSaludos.
Lamentablemente, así pinta la situacion en la mayoría de los países, estimado Beto.
EliminarMuchas gracias por leer y comentar.
Hala, pues si ese ex-espía tiene pensado votar en las elecciones, ya sabe el pan que se cuece y cómo escuece.
ResponderEliminarSaludos, Vicente.
Estoy seguro que lo sabe, Notincgas, espero que pronto tenga mejor suerte.
EliminarMil gracias.
Saludos.
No creo que tu protagonista se quede así tan tranquilo. ¿Tendrá una segunda parte? Quizás empiece a trabajar en otra cosa y vuelvan a contactarlo porque su nuevo puesto es clave. Quién sabe...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Vicente.
Un beso.
Oye, me has dado una buena idea. Como bien dices, quién sabe, podría ser...
EliminarQué bueno que te ha gustado.
Muchas gracias, Sandra.
Abrazos.
Quizás por deformación profesional no quiera registrarse en el paro y prefiera mantenerlo en secreto...
ResponderEliminarMuy ingenioso y divertido, Vicente. Me ha hecho mucha gracia. Saludos
Ja, ja, ja, muy cierto, Juana, acostumbrado como está a vivir en el secreto puede llevar su situación al extremo.
EliminarMil gracias por tus palabras.
Saludos.
Al agente en cuestión, podría haberle ido mucho peor, dado lo siniestras que suelen ser las cosas en ese mundo de los espías. Por cierto, otra vez de actualidad -si es que alguna vez no lo ha estado- con el estreno de la película de Spielberg El puente de los espías. Muy buen micro, Vicente, un abrazo.
ResponderEliminarExcelente apunte, Enrique, convivir a diario con la zozobra y el peligro no debe ser nada fácil. En cuanto al estreno de la cinta de Spielberg ha sido una involuntaria y afortunada coincidencia.
EliminarMuchas gracias por leer y comentar.
Otro abrazo de vuelta.
Vicente
Muy bueno, Vicente. Generalmente cuando te despiden te llaman a un despacho o te mandan una carta, en el caso de tu protagonista, no podía ser de otro modo que con un cambio de maletines. Fantástico. Felicidades y un abrazo.
ResponderEliminar¡Gracias, Matrioska! Me alegro de que te haya gustado.
EliminarAbrazos.
Ahora sí que puede decir que tiene una misión imposible: encontrar trabajo. Original y divertido relato con el trasfondo de una dura realidad de la que nadie está a salvo. Felicidades, Vicente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es, Fina, nadie está salvo.
EliminarMuchas gracias por tus palabras.
¡Felices fiestas!
Realmente ingenioso y divertido tu relato, Vicente, si bien su trasfondo es serio y triste. Yo también le veo similitud con las historietas de los cómics, aunque más con aquellas en las que el protagonista acababa cayéndose de espaldas ante la sorpresa final. Me pregunto qué habría en el otro maletín. Y no dejó de asombrarme de las ocurrencias a las que a veces nos lleva la imaginación, sobre todo si esta es tan fértil como la tuya. Enhorabuena, estimado Vicente, y un abrazo.
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Enrique!
EliminarEn el fondo, mi relato ha sido una especie de caricatura o cartón del problema del desempleo, creo que por eso te recuerda a las historietas. El contenido del otro maletín es un secreto..., je, je.
¡Felices fiestas!
Excelente Vicente, muy divertido y genial micro... ahora que el agente esta sin trabajo, que se dedica a investigador privado, le tengo un caso, el asesinato de un viejo músico rockero.
ResponderEliminarSaludos!!!
¡Gracias, Jean! Se lo diré al agente. Por lo pronto, ha tomado un extraño caso en el que están involucrados un payaso y un mimo.
Eliminar¡Saludos!
Vaya, el paro no tiene piedad...
ResponderEliminarMuy original la apuesta de este mes, Vicente, me ha gustado y mucho...
Un abrazo y un deseo; que sigas apostando, igual de bien, en el nuevo año.
¡Gracias, Rosy!
EliminarLo mejor para el próximo año.