Verano del 59
Todo es distante. Río. Zambullidas. Risas. Árboles. Mantel en el pasto. Bailarinas canciones. ¡Ah! Verano de plateadas noches. Vos radiante. Felices los niños. Fue esa trágica tarde. Si hubiesen escuchado sin correr. Llorando rondo las ruinas. Siluetas deformes. Tenebrosas sombras. Sirenas. Gritos. Mi nombre muriendo en tu boca...
Muy bonito, Analía. A pesar de la tragedia, el ritmo que has dado al relato con esa sucesión de frases tan breves le da un aire un poco naif, como queriendo aliviar la pena del fantasma que lo habita. Pero no te preocupes, que seguro que no he acertado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay temporadas que quedan marcadas para siempre en nuestras vidas. Todos recordamos un año, una estación, un día, un minuto que suena más alto que los otros. En tu historia, el triste final se contrasta con los dulces recuerdos imborrables.
ResponderEliminarMuy bueno.
Saludos, Analía.
Triste final para una historia que comenzó feliz y radiante. Buen micro, contundente. Felicidades
ResponderEliminarGloria
En qué breve espacio de tiempo, el que se tarda en pronunciar tan solo 23 palabras, nos cambia la vida.
ResponderEliminarConsigues un buen contraste entre las dos partes del relato sin abandonar el ritmo frenético que le imprimes.
Un saludo, Analía
Una historia con un final muy triste pero contada de una forma tan bella, que no se le puede poner ninguna pega.
ResponderEliminarBienvenida Analía, precioso nombre, además.
Besos.
Malu.
Como si fuesen golpes de martillo nos vas desgranando unas escenas que, al comienzo, son alegres, pero que, finalmente, terminan en tragedia.
ResponderEliminarVa mi me gusta, Analía y mi enhorabuena por tu habilidad en narrarnos una historia con un estilo tan peculiar. La frase final, además, preciosa.
Saludos.
Muy visual. Me ha gustado muchísimo.
ResponderEliminarUn abrazo Analia
Analiza, como has transformado una bucólica imagen en una tragedia. La de aquel verano del 59. Nada fácil si solo tienes 50 palabras para hacerlo.
ResponderEliminarPablo
Trágicos sucesos mezclados con recuerdos de felicidad y añoranza. Me ha gustado mucho cómo los has ido hilando provocando un batiburrillo emocional de luz y de sombras. Felicidades, Analía. Un saludo y bienvenida.
ResponderEliminarFlashes de colores que se van apagando en plomizos parpadeos hasta sentir los ojos cerrados como puños. De la luz al colapso con un manojo de palabras.
ResponderEliminarImpactante, Analia.
Un saludo