Corazonadas
Papá estaba triste, siempre triste desde que murió mamá. Aquella noche, como todas, no cenó. Sin embargo se sentó a la mesa, para asegurarse de que mi hermana y yo cenábamos en condiciones, como decían antes.
—Mañana —dijo— tenéis que estar fuertes.
Amaneció tumbado, frío y muerto... en la cocina.
Escrito por Chelo Santa Bárbara - Twitter
—Mañana —dijo— tenéis que estar fuertes.
Amaneció tumbado, frío y muerto... en la cocina.
Hay personas que tienen el don de intuir lo que va a pasar, como ese padre, cuya última preocupación fue que sus hijos cenaran.
ResponderEliminarSiento pena por los dos huérfanos, espero que sean lo suficientemente mayores para valerse por sí mismos.
Las corazonadas existen, y tú das fe de ello.
ResponderEliminarUn saludo
he conocido caos en que esa corazonada ha sido real. Muy bien apuntado en tu relato.
ResponderEliminarSaludos
Una triste intuición que se hace realidad. Un padre abnegado hasta el final. Cuando una visión se cumple no es brujería, tiene que haber alguna explicación científica que se nos escapa, quizá el cerebro tiene más capacidades de las que nos creemos.
ResponderEliminarSaludos
Lo único seguro que tenemos es la muerte, y este padre de familia ha sabido reconocer la inminencia de su partida. Se dice que algunos animales salvajes se alejan de la manada cuando advierten que van a morir, quizás el hombre comparta con estas criaturas algo de este último instinto.
ResponderEliminarMuy bueno, anónim@.
Saludos.
Relato en el que la tristeza lo impregna todo, y consume al padre.
ResponderEliminarBuen relato, me ha gustado.
Saludos.
Ainsssssss qué dolor ese padre y qué fuerte somos ante la adversidad. Un abrazo!!!
ResponderEliminarEntiendo que él, debido a esa tristeza, se abandonó y acabó repercutiendo en su corazón. Quería asegurarse de que sus hijos cenaran bien para que estuvieran fuertes físicamente, ahora lo que necesitarán será fortaleza emocional, y eso no lo aporta una buena cena. Me ha gustado. Un saludo.
ResponderEliminarDesoladora microtragedia.
ResponderEliminarSaludos
Bonito, pero muy triste.
ResponderEliminarBesos
A ese padre lo invadió la tristeza y se dejó ir, no sin antes preocuparse por el bienestar de sus hijos.
ResponderEliminarTriste relato.
Enhorabuena por cómo lo has contado.
Besos
Es difícil escribir tan duro y al mismo tiempo tan llano, tan natural y directo. Me gusta mucho.
ResponderEliminar¡Brutal! Muy bueno. Felicidades.
ResponderEliminar¡Oh, qué triste! Solo quiero pensar que los hijos no eran pequeñitos.
ResponderEliminarBesos.
Malu.
Triste relato, la ausencia ha podido con las ganas de luchar por la vida y por sus hijos. Me ha gustado. Un abrazo.
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