El globo
Cuando el reloj de cuco anuncie la media noche y pierdas tus zapatos de cristal junto a un recipiente repleto de botellas, acariciarás llorando mi piel de látex y mi cuerpo flácido. Entonces, entre campanadas y suspiros, recordarás que hubo un día que retuve tu aliento y alimenté tus fantasías.
Escrito por Luis San José - Web
Me gusta esta versión de "cenicienta", pero sobre todo esa frase final "retuve tu aliento y alimenté tus fantasías" es preciosa.
ResponderEliminarMuy buen relato, enhorabuena.
Saludos.
Si es que los ancianos son desechos. Que penita. Conmovedor. Buen símil, buen relato.
ResponderEliminarSuerte
Creo ver la perdida de la inocencia, junto a los restos del globo, que elevó su fantasía.
ResponderEliminarHa sido agradable leerte.
Leyendo un y otra vez este relato me percato de las diversas lecturas y fantasías que nos lleva, el lograr esto merece mi reconocimiento.
ResponderEliminarMucho me temo que Cenicienta se estaba fumando un porro, el cual ha acercado a su amado muñeco de látex, y se lo ha cargado. Y, al pobre, se le ha escapado todo el aire, y en su flacidez, como al replicante Roy, en Blade Runner, sólo le queda recordar los buenos momentos; en este caso no son ni Orión, ni la Puerta de Tannhäuser, sino esas horas íntimas llenas de fantasías y de deseos poco confesables.
ResponderEliminarMagnífico microcuento desmitificador, irónico sobre la Cenicienta y sobre las muchas caras de eso que llamamos amor. Recuerdo ahora la película de Berlanga, Tamaño natural, y otra más reciente, Air doll, del director japonés, Hirokazu Koreeda. Luego, cinematográficamente hablando, el tema amoroso entre el ser humano y sus creaciones ha degenerado aún más, pues en Her, el personaje que hace Joaquin Phoenix se enamora de la voz femenina de un sistema operativo. Vivir para ver. Por cierto, en todas las películas citadas, el protagonista humano es un hombre, en tu microcuento, das un giro a la versión, diríamos más clásica, y es una mujer, la famosísima Cenicienta. Enhorabuena.
Al hilo del comentario de arriba de mi admirado Enrique, también me parece apreciar en el narrador y coprotagonista un muñeco de látex que, desinflado, hace ver a su dueña que en virtud de una ley pendular no escrita, tras la fiesta y la euforia sobreviene un cierto bajón, en este caso acompañado de una amarga soledad.
ResponderEliminarSaludos
Curiosa versión del cuento clásico. No acierto a descifrar el significado pero me gusta su sonoridad y las imágenes que recreas.
ResponderEliminarSaludos.
Magnífica metáfora de la fragilidad de la fantasía, comparándola con un globo: le damos cuerpo con nuestro propio aliento, haciéndolo crecer gradualmente hasta que llega el inevitable momento del vacío, el duro contraste de la realidad con la ilusión. En el caso del personaje de la historia, lo anterior se acentúa pues se describe un camino entre las zapatillas de cristal de un cuento de hadas y un alcoholismo que se adivina.
ResponderEliminarExcelente.
Saludos, anónim@.
Quizás nostalgia por algo o alguien más bien, que no supo apreciar en su momento, atraída por orden otras fiestas y pompas, y que ahora echa de menos... No se, es un relato complicado o al menos con muchas lecturas.
ResponderEliminarMe ha gustado.Suerte
Excelente forma de contar cómo la medianoche anuncia la tristeza que sobreviene cuando las ilusiones estallan como un globo.
ResponderEliminarUn beso.
Este relato me ha llegado como una metáfora genial sobre el abandono, nuestra debilidad y la vejez. Un abrazo.
ResponderEliminarEn el relato veo a una mujer que dejó de ser niña, con problemas de alcoholismo y soledad, que recuerda con tristeza sus días de infancia y fantasía.
ResponderEliminarMuy bien contado. Me gusta.
Enhorabuena! Besos
Dicen que las buenas historias son las que cuentan sin contar, y aquí hay mucho cuento.
ResponderEliminarUn saludo
Creo que ese príncipe, en el que esta inocente Cenicienta había puesto tantas ilusiones, ha resultado todo un tongo. El título muy acertado. A veces nos dejamos hasta el último aliento en proyectos que estallan en el aire, o se nos escapan de las manos al menor descuido. Un relato muy aleccionador. Saludos
ResponderEliminarMás de una lectura tiene este micro. Yo la consenso enel inexorable paso del tiempo que no nos devuelve las ilusiones pasadas.
ResponderEliminarUn saludo
Pablo.
Un micro fantástico, me ha encantado. Mi enhorabuena al autor/a. Un saludo.
ResponderEliminarPrecioso. Yo también asoció el globo con la inocencia y la juventud pérdida. Uno de los mejores relatos de Enero de momento.
ResponderEliminarPues sí que tiene lecturas tu relato, estupendo, redondo, por cierto. Yo no descarto la de que el narrador sea un miembro viril.
ResponderEliminarEnhorabuena y saludos.
La verdad es que he leído el micro unas cuantas veces, desde el día que salió hasta hoy y cada vez le doy una lectura diferente y no sé con cuál quedarme. Me parece muy rico y por lo tanto candidato a finalista, te doy mi enhorabuena.
ResponderEliminarUn beso fuerte.
Malu.