¿La pena de quién no merece?
El joven jefe de taller me acompañó a caja.
—¿Pasará la ITV?
—¡Claro, señora, con el esfuerzo económico que hace! Por mí genial, pero ya sabe mi opinión.
Efectivamente, la sabía. Demasiados años para tanta inversión. Pero me enseñaron a no hacer lo que no quisiera que hicieran conmigo misma.
Escrito por Maen Romo
—¿Pasará la ITV?
—¡Claro, señora, con el esfuerzo económico que hace! Por mí genial, pero ya sabe mi opinión.
Efectivamente, la sabía. Demasiados años para tanta inversión. Pero me enseñaron a no hacer lo que no quisiera que hicieran conmigo misma.
Creo entender una excelente metáfora sobre el respeto a nuestros mayores. El cuidarlos cuando nos necesitan, como ellos cuidaron de nosotros cuando éramos niños.
ResponderEliminarMuy originalmente contado.
Saludos.
Pablo
No por ser una persona mayor hay que abandonarla y no cuidarla, al contrario, hay que devolverle todo el cariño que nos han dado multiplicado por mil, a esa edad es lo que más feliz les hace.
ResponderEliminarMuy buen relato, llega al corazón.
Saludos.
Un buen retrato de la vejez. Por la que pasaremos todos (esperemos)
ResponderEliminarBesitos
Bella metáfora. Esperemos que cuando lleguemos a ella nos ocurra lo mismo. Un beso de Gloria
ResponderEliminarAplicar a todos los asuntos el sentido práctico puede resultar tan injusto como peligroso.
ResponderEliminarBuena manera de hacérnoslo ver. Suerte y saludos.
Además del motivo principal de esta mujer para no dejar 'morir' a su vehículo, recibir el mismo trato en un futuro, seguro que el auto tiene para ella un valor sentimental.
ResponderEliminarEstupenda metáfora, anónim@.
Saludos.
En estos tiempos dónde algunos solo ven la rentabilidad dónde deberían ver humanidad. Hay hospitales en los que a los mayores no se les da la atención que necesitan por un ahorro de costes. Es demencial.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Besos
En la vejez albergamos todos los tiempos pasados, todos los cansancios recorridos, todas las vidas que compartimos. Y aquél que envejece a tu lado lleva un trozo de ti y parte de las piezas del mosaico que te componen están hechas con su compañía. ¿Cómo no lo vas a cuidar?
ResponderEliminarBuen relato, desconocid@ 20.1
En estos tiempos de usar y tirar, no sólo objetos, también modas, aficiones, hasta personas, a las que se desecha cuando ya no proporcionan utilidad, aferrarse a algo o a alguien de una manera profunda no es fácil de entender, viene a ser una rareza. Benditas sean esas peculiaridades que nos hacen distintos y humanos. Aparte, respetar la vejez, es respetarnos a nosotros mismos.
ResponderEliminarSaludos
Muchísimas gracias a todos por vuestros comentarios. Así, sí que merece la pena atreverse a compartir nuestros relatos.
ResponderEliminarNunca es demasiada inversión cuando se trata de una persona y menos si es uno de nuestros mayores.
ResponderEliminarBesos.
Malu.
Gratitud y lealtad, dos grandes cualidades que todos deberíamos practicar más. Me ha gustado mucho. Un saludo.
ResponderEliminarSi el coche supiera hablar... Yo espero que, anciano o enfermo, cuando llegue la hora, me pregunten en vez de decidir por mí.
ResponderEliminarEse coche seguro que le trae muy buenos recuerdos. Claro que merece la pena cuidarlo.
ResponderEliminarUn abrazo.