La vida se acaba
—¿Cuántos años tienes? —preguntó la margarita.
—Trescientos.
—Eres muy viejo, vecino.
—No, qué va, soy muy joven, aún estoy creciendo.
—Entonces habrás conocido a toda mi familia, ¿verdad?
—Sí, preciosa amiga, pero nunca llegaré a conocer a tus hijas —respondió antes de que lo talaran.
Escrito por Isabel Mata Vicente - Twitter
—Trescientos.
—Eres muy viejo, vecino.
—No, qué va, soy muy joven, aún estoy creciendo.
—Entonces habrás conocido a toda mi familia, ¿verdad?
—Sí, preciosa amiga, pero nunca llegaré a conocer a tus hijas —respondió antes de que lo talaran.
Triste final para un árbol centenario, la vida es así de cruel.
ResponderEliminarBuen relato.
Saludos.
La sabiduría de los bosques es tan grande como desestimada.
ResponderEliminarMuy bonito.
Saludos.
Original e inteligente manera de plantear el tema ecológico, en este relato, especialmente el daño a los bosques. Muy bueno.
ResponderEliminarSaludos.
Qué bonito y qué bien contada una realidad tan dolorosa. Los seres llamados inteligentes no paramos de hacer "burradas" con perdón para los burros... Besitos y Enhorabuena
ResponderEliminarIngenioso diálogo de generaciones con transfondo ecológico. Felicidades. Saludos.
ResponderEliminarAlgunos árboles son de los seres vivos más longevos del planeta con muchos miles y miles de años de existencia, son como ancianos sabios. Como dice tu árbol, él es todavía joven, aunque desgraciadamente, el que no crece y sigue en pañales es el ser humano. Un saludo.
ResponderEliminarDos reflexiones a colación del microrrelato: la de que, inexorablemente, y por muchos años que uno viva, el fin llega, Matusalén también cascó. Y no sólo eso, que nadie tiene asegurado ni un segundo de vida, hay muertes repentinas, decimos. De nada sirve ser joven, llevar una vida sana, o tener buena herencia genética, si la parca te pone en su diana, adiós.
ResponderEliminarPor otro lado, el trasfondo de crítica contra los desmanes del ser humano, entre los que arrasar grandes extensiones de terreno sólo por intereses económicos no es uno de los menores.
Buen microrrelato, enhorabuena a su autor.
Gran metáfora y triste final para tan larga vida. La mano del hombre siempre por en medio.
ResponderEliminarPablo.
Sí, buena crítica ecológica que noscanima a pensar lo que estamos haciendo a nuestra madre Tierra. No me extraña que llegue se vengue mandándonos huracanes, inundaciones, sequías, terremotos y otras lindezas.
ResponderEliminarUn saludo renovado de Gloria Arcos
Siempre tiene que haber una mano negra que rompa el crecimiento. Pero a eso se oponen las manos geniales que escriben metáforas como esta.
ResponderEliminarSaludos
Me gusta el relato-crítica y sobre todo, el título, "La vida se acaba", con esas cuatro palabras ya está casi todo dicho. Ojalá se tomara más conciencia sobre este tema, no solamente por nosotros, sino por las generaciones venideras.
ResponderEliminarBesos.
Malu.
Además del tema ecológico, en el relato vemos que la edad es relativa: joven o viejo? (con 300, 40, 50 años...) Y siempre podemos seguir creciendo, como mínimo en número de relatos ;-)
ResponderEliminarFresco y triste relato.
Saludos.