Lentamente
Sonó un golpe seco y se resquebrajó. Un olor conocido se esparció por la habitación. Aquella sustancia viscosa y trasparente se deslizó lentamente hacia la fuente de calor. Un objeto frío la empujó haciendo resonar ecos metálicos en la estancia. Algo chisporroteaba en la candela... El huevo ya estaba frito.
Escrito por Salvador Pérez Salas
hablar de la clara como "sustancia viscosa y trasparente" ha sido un golpe bajo, por muy verdad que sea.
ResponderEliminarJamas lo hubiese adivinado, la verdad.
Genial manera de contar como se fríe un huevo, me ha encantado, hasta que uno no lee la última frase "el huevo ya estaba frito" ,piensa mil cosas por su cabeza ¿qué se habrá roto? ¿a qué huele la habitación? ¿qué será esa sustancia viscosa?
ResponderEliminarMuy bueno, me ha encantado.
Saludos y enhorabuena.
Rico, rico y con fundamento.
ResponderEliminarPara el mes que viene espero las patatas fritas. Muy ingenioso.
ResponderEliminarUn saludo.
Pablo.
Muy bueno. Desde la primera frase creas tal expectación que hay que hacer verdaderos esfuerzos para no ir directamente a leer el final y averiguar de qué estás hablando. Fantástico. Un saludo.
ResponderEliminarGenial!!! Cuánta creatividad hay por estos lugares. Enhorabuenaaaaa. Besitos
ResponderEliminarPues eso, nunca pensé que tuviera tanta intriga el mero hecho de freír un huevo. Me ha costado mucho parar de reír. Saludos.
ResponderEliminarUn micro de toma pan y moja, desconocid@ 22.1. Bien desarrollado y con las palabras cuidadosamente elegidas para mantener el suspense hasta el final.
ResponderEliminarUn saludo
Se dice que lo verdaderamente insólito está en lo cotidiano y generalmente se escapa de nuestros sentidos. No ha sucedido así con tu narración, anónim@. Con mucha habilidad nos has colmado de detalles tan deliciosos como un huevo frito.
ResponderEliminarEstupendo, anónim@.
Saludos.
Un ejemplo de cómo un suceso sumamente simple, repetido y cotidiano, puede merecer atención y elevarse a nuevas magnitudes cuando se le recubre del arte del buen contar.
ResponderEliminarSaludos
Esto es lo que se llama cocina de autor, merece una estrella Michelín.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Besos.
Malu.
Brillante. Veo que para ti escribir un microrelato de 50 palabras con su tempo, a fuego lento, bien hecho y a punto de sal, es tan fácil como freír un huevo.
ResponderEliminarUn saludo,
¡Cómo nos llenas la cabeza de interrogantes mientras vamos leyendo! Hasta que llega el final y se caen todos, dejando al descubierto una sonrisa :-)
ResponderEliminar...¿Qué será?... Algo escrito con sumo cuidado para no descubrirlo hasta el final.
Original con sorpresa final.
Saludos
Me ha entrado apetito, a pesar de que he cenado, al imaginarse ese huevo frito con su yema dorada y su clara blanca como la nieve y, puesto ya a imaginar, un poco churruscado en sus bordes. Voy corriendo a por un trozo de pan para empezar a untar.
ResponderEliminarLo cotidiano también tiene su poesía, su historia, y el autor de microrrelato ha sabido contarlo con gran maestría.
Nunca imaginé que freir un huevo crearía tanta expectación. Genial micro!
ResponderEliminarEnhorabuena!
Besos
Me ha gustado mucho. Este micro es un claro ejemplo de lo que los talleres de relato denominan "Extrañamiento", ver lo cotidiano como si fuera algo fuera de lo común. Por un momento me he imaginado una criatura viscosa tipo "Alien".
ResponderEliminarUn saludo.
Hum... un huevo, una sorpresa...te ha salido un relato Kinder.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Maravillosa descripción de ese gran momento!! Felicidades
ResponderEliminarSiempre hay una historia que contar ante nuestros ojos, aunque hacerlo tan bien y tan sencillo a la vez resulta complicado. Un huevo muy bien frito, sin duda. Enhorabuena y buen provecho. Saludos.
ResponderEliminarTensión calculada para llevarnos de la mano a un originalísimo desenlace. Muy bueno. Un abrazo.
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