Para todos los gustos
—No quiero hijos —le había dicho siempre su mujer, muy a su pesar.
Sus amigos lo sabían. Por eso se sorprendieron tanto cuando oyeron a un mocoso saludándole:
—¡Adiós, papá!
Y es que, aunque su mujer creía en la familia tradicional con matrimonio indisoluble, afortunadamente había otras mujeres que no.
Escrito por M. Carme Marí - Web
Sus amigos lo sabían. Por eso se sorprendieron tanto cuando oyeron a un mocoso saludándole:
—¡Adiós, papá!
Y es que, aunque su mujer creía en la familia tradicional con matrimonio indisoluble, afortunadamente había otras mujeres que no.
Todo ira bien mientras ese encuentro con su hijo no se produzca en presencia de su mujer, porque entonces y tal como es ella el divorcio es seguro y hasta por la iglesia.
ResponderEliminarBuen relato, me ha gustado.
Saludos.
Y si ella no quiere ni oir hablar del divorcio?? ("matrimonio indisoluble")
EliminarCelebro que te guste Javier.
Saludos.
Dos vidas: una dentro de casa y otra fuera. Ojalá su mujer también la tenga y sea feliz, o lo mande a freír espárragos por cínico.
ResponderEliminarUn saludo.
Pablo
Quizá la mujer le hace la vida imposible y no le permite separarse para buscarse otra vida por su cuenta, o quizá no contemple el divorcio pero sí que "a ratos" cada uno vaya por su lado, o ...
EliminarOtro saludo.
Este hombre ha sabido satisfacer a dos mujeres a la vez, sabe hacerse querer. Lo que no sabemos es si ambas conocen la existencia de la otra, con hijo incluido, aunque tal vez sean muy abiertas y no les importe, quién sabe, hay gustos para todo, como señala el título.
ResponderEliminarSaludos
Cierto, hoy en día creo que lo que podamos imaginar se queda corto con la realidad que hay por estos mundos.
EliminarYo diría que una sabe de la otra, pero como no está escrito en las 50 palabras, vosotros lo decidís.
Saludos.
A saber cuántos niños más tendrá por ahí.
ResponderEliminarMe ha gustado. Un abrazo.
A saber, a saber...
Eliminar-Igual con uno se conforma, porque si tiene más quizá sería tentar a la suerte y su mujer podría ¡quien sabe qué!
Celebro que te guste Asun.
Otro abrazo para ti.
Así es, hay gustos para todos. Pero ya me extraña que la mujer no se haya enterado de ese hijo ¿secreto? Aquí hay mucha miga.
ResponderEliminarMe ha hecho gracia lo de "familia tradicional", a día de hoy quién puede decir lo que es una familia tradicional ... jajaja.
Un beso.
Malu.
Correcto Malu. Eso de "familia tradicional" está desapareciendo como tal. Se lo tendremos que decir a la mujer del micro, que no se entera.
EliminarOtro beso para ti.
Aquí el que promete es el hijo. Pura guasa, como su padre literario. Sí, digiérelo, sé quién eres...
ResponderEliminarY si no lo eres, nos reiremos y le compraré a la criaturita un cucurucho de castañas.
¿Seguro, Patricia?, ya me has mirado bien??
EliminarTanto si lo soy como si no, podemos reirnos antes de saberlo, eso que tendremos ganado.
Juas, juas, jeje, jajajaj, ji-ji (me río de distintas formas para disimular y que no me descubras)
-Ciertamente esto del anonimato es divertido.
¡Hala, Carme! Pues no eras, no, quien yo creía...
EliminarUn besote grande.
Patricia, ya me parecía a mí que pensabas en otro autor, jeje.
EliminarPor si te sirve de consuelo, yo sólo he acertado el relato de Margarita de los que pude ir mirando este mes. =:-O
Otro beso!
Uno desearía que el proyecto de vida de los miembros de una pareja coincidiera, lamentablemente, no siempre es así. El mundo cambia y cada vez hay más personas que se abren a otras opciones para no sacrificar su felicidad.
ResponderEliminarBuen cincuenta.
Saludos, anónim@.
Lo ideal es coincidir en la pareja. Si no, con la mente abierta hay posibilidades infinitas. Pero a veces no están "tan abiertas" como se piensan todos los involucrados.
EliminarAgradezco tu comentario, Vicente, y van otros saludos para ti.
Bueno, no creo que le importase mucho no tener el hijo con su pareja oficial, si ya tenía otro anterior.
ResponderEliminarSaludos
Hhhmmm... pues tampoco está escrito si el hijo era de antes...
EliminarPero con esto de "le había dicho siempre su mujer", el siempre quizá da idea de muchos años juntos, como para que no hubiera un hijo de antes.
Pero todo es posible, claro.
Saludos.
Pues no sé yo si su mujer seguiría creyendo en esa indisolubilidad si en lugar de sus amigos hubiera sido ella la que escuchara semejante saludo al mocoso.
ResponderEliminarComplejas las relaciones de pareja, donde deseos y compromisos se mezclan en la batidora del tiempo.
Buen relato, desconocid@ 11.1
Gracias Antonio por tu comentario.
EliminarQuizá la mujer no contempla que se puedan separar ("lo que Dios ha unido..."), aunque escuche al mocoso. Quizá haga como que no lo ve.
Las relaciones de pareja siempre son complejas, y en este caso que hay una tercera persona ni te cuento. La batidora debe ir a tope.
Saludos, conocido.
Ummh!!
EliminarBueno, yo soy "desconocid@ 11.1" y tú Antonio Bolant, por tanto, conocido ;-)
Eliminarjaja casual o a proposito, pero creo que la vida del hombre este va a cambiar.
ResponderEliminarFelicidades.
Quizá a él ya le gustaría que cambiara?
EliminarGracias José.
Saludos.
Llevar una doble vida debe de ser muy estresante, tanto para el cuerpo como para la mente. Hay que inventarse demasiadas mentiras, hay que andar de un sitio para otro, y seguro que, al final, ni siquiera la mujer que decidió darle hijos está satisfecha con la situación. Y lo más seguro es que, antes o después, todo acabe como el rosario de la aurora o como la novena del ocaso, y el protagonista del microrrelato se quede sin la santa esposa y sin la complaciente amante. En la vida real hay muchos casos como éste o parecidos. Sea como fuere, el tema amoroso es inagotable, en 50 palabras o en quince tomos. Saludos y felicitaciones al autor del micro.
ResponderEliminarMuchas gracias Enrique.
EliminarPuede que el marido tenga una doble vida, o puede que los tres sepan lo que hay y lo lleven sin grandes estridencias.
Saludos!
Si la mujer es de las de matrimonio indisoluble aguantará la situación mientras guarde las apariencias. De lo contrario, yo me andaría con cuidado...
ResponderEliminarBuen relato.
Besos
Pues quizá sea cierto que ocurre algo si no se anda con cuidado. Lo de las apariencias puede que sea importante, sí.
EliminarAgradezco tu comentario Pilar.
Besos de vuelta.
Bien por él, que no se resignó a no tener herederos.
ResponderEliminarMuy buen micro.
Un beso.
Eso es! Ese es el espíritu, Sandra!
EliminarTenía claro lo que quería y buscó una solución (bueno, a su entender, claro está).
Celebro que te guste.
Otro beso para ti.
Doble vida? Y por qué no triple o cuadruple? Ganaríamos en humor, tal vez. Un buen micro. Saludos.
ResponderEliminarPues multiplicando las vidas no sé si ganaríamos en humor o en estrés. Si fueran muchos los implicados, otra opción sería vivir ya todos juntos, y así no se complicarían tanto!
EliminarMuchas gracias Miguel Ángel.
Un saludo.
No sé yo si podrá cumplir con todas las obligaciones que supone la paternidad. Lo que sí veo claro es que antes de casarse tenía que haber hablado sobre ciertas cosas con su futura.
ResponderEliminarSimpático relato que incita al debate. Saludos.
Bueno, supongo que podrá parcialmente, quizá lo mismo que pueden algunos padres divorciados, no sé. Respecto a hablar la pareja, puede que pensaran "hijos más adelante, si eso", y así les ha ido. (Yo también pienso que hay temas que han de estar claros antes).
EliminarGracias Enrique y saludos.
La redacción de tu relato es mucho más fluida que lo que imagino será la relación de esa pareja.
ResponderEliminarUn saludo
Jajaja, cuanta razón tienes!
EliminarGracias por comentar Margarita.
Un saludo de vuelta.
Pues parece que han llegado a un entendimiento y cada uno tiene lo que quiere, él un hijo, y ella un marido “hasta que la muerte los separe”. Me ha gustado. Un saludo.
ResponderEliminarMatrioska, tu interpretación es lo que quería plasmar, aunque la verdad, a la larga, no sé qué tal les va a ir todo.
EliminarCelebro que te guste.
Otro saludo para ti.