Sin trato
Llamó a su puerta y la encontró más guapa que el año anterior. Le sentaba bien el reflejo de la luna aquella noche otoñal. Tenía preparada la misma declaración de amor. Pero ella le puso un montón de caramelos en las manos y lo mandó de nuevo a la calle.
Escrito por Pepe Sanchis
No hubo trato. Y visto lo visto, el truco le valió de bien poco.
ResponderEliminarBuen micro, anónimo (o anónima). Va mi me gusta y un saludo.
Magnífico truco el que has hecho con tu historia; es tan dulce, que se me han puesto los dientes largos.
ResponderEliminarUn saludo
Seguramente él no debió de ir a verla vestido de vampiro. Así lo único que consiguió fue unos caramelos y una sonriente calabaza.
ResponderEliminarBuen micro.
Un saludo.
Pablo.
¡Vamos, que eligió truco!
ResponderEliminarBuen relato
Es presumible que la hermosa a la que embellece aún más la luz de la Luna sea una persona mayor, lo cual le añade mucha originalidad al microrrelato. Si fuese una niña, como el protagonista de la historia, estaría ella también con su grupo de amigos recorriendo casas. Así que el niño, en su arrojo e ingenuidad, va decidido a decirle a esa joven o, quizá, esa mujer madura, que la quiere. Pero todo se frustra y el infante se queda frustrado, quizá soñando en una nueva ocasión y, sobre todo, deseando crecer lo más deprisa posible para tener más posibilidades de conquistar a la bella.
ResponderEliminarPues el truco no debió ser muy bueno, porque ni truco, ni trato. Que se lo prepare bien para el año que viene a ver si hay suerte.
ResponderEliminarBesos.
Malu.
Debe ser larga la espera para este niño si sólo se acerca en Halloween a su amor platónico. Debería de intentar también en San Valentín, y esta vez llevar chocolates él, que nunca fallan. Una cosa es segura, además de caramelos le ha regalado recuerdos aún más azucarados.
ResponderEliminarEstupendo, amig@ anónim@.
Me gusta tanto Halloween, que todo lo relacionado me gusta por extensión. Un micro original con unas calabazas brillantes.
ResponderEliminarUn saludo
El amor es cosa de dos y ahí no hay trucos que valgan. El refrán que dice que la constancia tiene fruto aquí no sirve. Puede insistir cuanto quiera, que nunca habrá trato, sólo caramelos que siempre le sabrán amargos.
ResponderEliminarSaludos
Al pobre no le han dejado ni hablar. Tendrá que pensar en un plan B.
ResponderEliminarMe ha resultado muy tierno y dulce este micro.
Enhorabuena!
Besos
Bien por ese chaval que no se deja vencer por el desaliento y lo sigue intentando. Quien sabe, quizás algún día...
ResponderEliminarSaludos cordiales
Qué tierno. Un amor infantil tan constante. Me ha gustado mucho. También porque no me lo esperaba ni un poco.
ResponderEliminarNi truco, ni trato, yo directamente lo intentaría con flores y un beso.
ResponderEliminarMuy bue relato, me ha gustado.
Saludos.
Ni en la noche de halloween la inocencia de un infantil amor platónico pudo encontar paso. No hay trato, el dulce en el paladar no procederá de un beso, sino de un caramelo.
ResponderEliminarEs un relato tierno y bien conseguido, con la sorpresa de la resolución final perfectamente dosificada. Me ha gustado.
Saludos
Qué bonito!!! Me encantó ese momento enamorado tan fugaz. Al menos, le endulza la vida verla un instante y los caramelos que se lleva. Besitos
ResponderEliminarMe parece que el declarante y la declaración son un poco precoces. Buen relato, buen giro. Me gusta.
ResponderEliminarSaludos.
Angelico, qué lástima. Me has hecho ver al mozuelo plantado en la puerta con las manos llenas de caramelos y con ojitos de cordero degollado. Buen micro, me ha gustado. Un saludo.
ResponderEliminarLo que no me queda claro es la edad del visitante. Igual tiene 40, pero es bajito, y ella algo miope. Ahora en serio, una historia muy tierna, y estoy de acuerdo con los que han dicho que debería intentarlo con más frecuencia.
ResponderEliminarEnhorabuena y saludos.
El amor no correspondido es doloroso y más sabiendo que la diferencia de edad hace imposible el encuentro. Ella nunca lo podrá ver más que como un niño, ni tampoco sabrá que ese niño, tal vez, sufre como un hombre y que esos caramelos los recibe como una dulce humillación simplemente por no haber tomado la precaución de haber nacido antes.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Un beso.