Tiempo muerto
Los viernes tenemos fiesta en el cementerio y lo pasamos de miedo. Aunque últimamente estoy un poco agobiada: el cadáver del nicho de al lado se muere por mis huesos y no sé cómo hacerle entender que, después de conocer a tantos fantasmas, ya no creo en el amor eterno.
Escrito por Margarita del Brezo
El amor eterno es demasiado largo incluso para los fantasmas y no queda otra que pedir un tiempo muerto para tomarse un descanso.
ResponderEliminarUn saludo.
Estoy de acuerdo: la eternidad, al lado de un fantasma, tiene que hacerse muy larga.
EliminarGracias por comentar.
Un cordial saludo.
Perdón por el comentario anónimo, me lié. Me descubro y me quito el sombrero.
EliminarVale, pues yo me levanto un poquito la sábana, pero sólo un poquito porque no quiero descubrirme.
EliminarOtro cordial saludo.
¿Juego de palabras??? ¿Quien será será el autor...? Sea quien sea, el relato le ha quedado de muerte.
ResponderEliminarUn saludo y feliz año
Gracias, Raquel. En un cementerio la muerte da mucho juego.
EliminarUn cordial saludo
Relato delicado, con aroma floral y crianza en barrica vieja, fruto de una buena cosecha de uvas recogidas a la luz de la luna. Muy bueno para paladear al comienzo del nuevo año.
ResponderEliminarMis felicitaciones.
Brindemos entonces, Patricia: ¡que no nos falte la luna ni nos cansemos de alucinar!
EliminarUn cordial saludo
Genial el juego de palabras que enmarca un relato tan magnífico. Escrito por una maestra (o maestro) de las 50 y estos juegos que tan bien suenan y se leen.
ResponderEliminarEnhorabuena. Creo que sé quién eres pero guardaré mi sospecha en pos del mes del anonimato. Seas quien seas, soberbio.
Un saludo.
Pablo
Confío en que no me falle el disfraz de momia que llevo puesto. Por suerte es invierno y no da demasiado calor; el problema llega a la hora de la ducha, ¡no veas qué trajín hasta que se secan las vendas!, y este esparadrapo, que se despega con el agua.
EliminarUn cordial saludo
Una difunta esquiva que no está dispuesta a perder el tiempo en complacer las pretensiones del vecino de al lado, ni siquiera para mejorar las relaciones de vecindad.
ResponderEliminarEnhorabuena a su autor/ora. Yo también me huelo la autoría del micro, pero chitón. ;)
Saludos y feliz 2016 a todos.
Es que ya es mala suerte que me haya tocado "el vecino del quinto", con la fama que tienen.
EliminarMe marcho rápidamente a ponerme un poco de desodorante para ahuyentar el olor, que tu olfato de sabueso me da miedo.
Un cordial saludo y feliz Año Nuevo.
Genial!!! Como una animación de Tim Burton. Me ha encantado. Y esos difuntos tienen menos problemas románticos que los vivos... Al menos, ya no pueden morir de amor!!!! Felicitaciones al autor/a y muchos saludos.
ResponderEliminarNo te creas, Silvina, la pobre "Novia cadáver" está a punto de poner un aviso en el tablón de anuncios para ver si "Eduardo Manostijeras" la devuelve a la vida con un beso; está viviendo una auténtica "Pesadilla antes de Navidad", y lo que le queda.
EliminarUn cordial saludo.
Más que muertos, muy vivos están estos fantasmas, y su aut@r sabe darles mucha vida a estas 50 palabras.
ResponderEliminarBuen relato que merece ser leído con tiempo.
Saludos.
Va a ser verdad que hay vida más allá de las tapias de un cementerio. Cuando tenga un poco de tiempo, ¡y de valor!, a lo mejor me doy una vuelta para comprobarlo.
EliminarUn cordial saludo.
Genial desde el título hasta la última frase. Creo que en ese cementerio pasan cosas muy divertidas. Lo malo es que los incinerados están tan quemados que no pueden participar de las juergas.
ResponderEliminarEnhorabuena al autor/a de tan original micro.
No, Asun, a los incinerados les apodamos "Los Fénix" porque, en cuanto oyen la música, resurgen de sus cenizas. ¡Y no veas la marcha que tienen! Eso sí, lo dejan todo hecho un asco.
EliminarUn cordial saludo.
Parece que esta fiesta está de muerte. Quizá podemos pasar un rato a mover el esqueleto...
ResponderEliminarEl estilo nos recuerda a alguien, je je.. (Álex, supongo que una porra no sé puede hacer, verdad? ;-) Se vería demasiado... - como no fuera "secreta"... hmmm, difícil de gestionar.
Me ha gustado.
Un beso.
Lo mejor es que cada uno intentéis adivinar de quién puede ser cada relato y comprobéis vosotros mismos en febrero cuántos habéis acertado; seguro que os lleváis más de una sorpresa.
Eliminar¡Estás invitada, M.Carme! Eso sí, ten cuidado con la porra porque te la requisarán a la entrada; aquí llevamos muy a gala la seguridad y no queremos altercados que puedan fracturarnos algún hueso porque luego los de las autopsias se lían.
EliminarUn cordial saludo.
Me encanta!!! Me sacó una sonrisa. Menuda fiesta jajajja.
ResponderEliminarEs que nuestras fiestas son para morirse de risa.
EliminarUn cordial saludo.
Magnífico relato. Vaya con los muertos. Y vaya con las escogidas palabras de la difunta narradora. Un buen comienzo de año. Esto promete.
ResponderEliminarY no veas qué buena letra tiene, con decirte que es la encargada de escribir los epitafios...
EliminarSi te pasas por aquí, prometo presentártela.
Un cordial saludo.
Ya no se puede una librar de los pesados ni en el cementerio. Si es que no se puede ser tan guapa y dulce y oler tan bien. Empezamos el año con una gran sonrisa. Se agradece... muy buen micro. Enhorabuena. Besos
ResponderEliminarTen cuidado, Pilar, aquí lo que más destaca es una buena sonrisa llena de dientes, y no es de extrañar, los huesos los tenemos muy vistos, o demasiado a la vista.
EliminarUn cordial saludo.
Ja, ja, ja, estupendo. Quizás este par termine en el altar y estén juntos hasta que la vida los separe.
ResponderEliminarSaludos.
¡Ohhh, risas de ultratumba! Suenan a música celestial.
EliminarYa te contaré cómo acaba en la otra vida.
Un cordial saludo.
Muy divertido este relato para comenzar un buen año 2016. Un gran micro, autor/a desconocido/a.
ResponderEliminarFeliz 2016. Besos de Gloria
Aquí llevamos viviendo ya un par de meses del nuevo año porque celebramos nuestro primer día la Noche de Difuntos. Espero que vosotros tengáis un comienzo tan estupendo como el nuestro.
EliminarUn cordial saludo.
Y es que a nadie se le ocurre ya prometer amor eterno, queda uno como un farsante o un charlatán. Y si tal vez éste sea diferente...
ResponderEliminarPor si acaso, haces bien, tienes toda la eternidad para divertirte sin complicarte la muerte.
Muy bueno. Saludos.
El amor eterno pasó a mejor vida y hay que ser muy fantasma para prometer lo que no vas a cumplir. Lo aprendí tarde, pero lo bueno de estar aquí es que tengo todo el tiempo del mundo para recuperar el tiempo perdido.
EliminarUn cordial saludo.
No me gusta el juego de los fantasmas, me dan miedo. Pero el relato es genial aunque no soy capaz de hacer quinielas. Nunca acierto. La originalidad es un importante valor literario.
ResponderEliminarHago ostensible mi felicitación a todos los cincuentistas en mi nombre y en el de la hija del ferroviario.
Pues sí, lo mejor es mantener alejados a los fantasmas, aunque algunos dan mucho juego, y juntarse con las musas, que son mucho más originales y divertidas.
EliminarDos cordiales saludos, uno para cada uno.
Felicidades por este fantástico micro de ultratumba a esa maestra (o maestro) como dice Pablo, de las palabras. Un gran beso artista.
ResponderEliminarQue no es "artista", Matrioska, que es "artisto"
EliminarHay que ver cómo empezamos el años, Luis, no perdonamos una, jajaja. Tú si que eres un artisto. :-)
EliminarNos os preocupéis, chicos: los cadáveres no tenemos género, si acaso algo de sexo cuando nos dejan. Son los fantasmas los que van pavoneándose por ahí de sus "artisteos" y así nos va. Y cuando te pilla uno al lado...
EliminarUn cordial saludo.
Jajajajaja, tu perfume es inconfundible, genial micro nos has traído, lo he disfrutado leyendo con mi mejor corbata de seda que tengo (esa con dibujitos de Krazy Kat).
ResponderEliminarUn abrazo, un beso (enormeeee)...
¡Ohhh, de nuevo mi perfume putrefacto me ha metido en un buen lío! Hablaré con el alquimista y, esta vez, le daré un ultimatum.
EliminarPor cierto, ¿les podrías decir a esos dos de tu corbata que se comporten? Siempre andan como el ratón y el gato, tirándose los ladrillos de los nichos a la cabeza, y así no hay quien viva.
Un cordial saludo.
Para que no te delate el perfume, haz que te haga uno frutal y no de flores, jejeje.
EliminarLe daré tu mensaje a Kat e Ignatz, aunque dudo que me hagan caso...
Saludos y un misterioso "si" para ti.
Lo que no especifica la protagonista es si esos fantasmas son sólo los que ahora le rodean o también los conoció en vida. En el cementerio o fuera de él seguro que tuvo una buena estatura de jugadora de baloncesto, con unos huesos largos por los que se pirran tanto que ha de pedir tiempo muerto.
ResponderEliminarUn relato simpático y ocurrente.
Saludos
Antes, ahora, después... Cuando el tiempo es eterno, no hay manera de conjugarlo.
EliminarEn lo que sí tienes razón es en que aprovechamos las horas muertas para echar unas canastas, ¿te animas? Me pido en tu equipo.
Un cordial saludo.
Supongo que los fantasmas a los que te refieres los conociste estando vivitos y coleando. Así que ahora ni muerta quieres saber nada de alguien parecido. Es lo que tiene ser una seductora nata. Por mucho que te escondas, ellos saben muy bien que la belleza está en el interior. Oye, entre nosotras, ¿tienes alguna flor preferida? Un micro, macro en calidad. Besos.
ResponderEliminarConocí a un fantasma muy interesante una noche en la ópera y vivimos una aventura de película, pero salvo en esa ocasión, lo demás fueron sábanas raídas y cadenas oxidadas, así que huía de ellos como de la peste.
EliminarAhora lo bueno de estar aquí es que tenemos el interior tan visiblemente exterior que es difícil engañar a nadie y enseguida percibimos la belleza de la gente.
Oye, entre nos, me encantan las naturalezas muertas.
Un cordial saludo.
Anónima (o anónimo), me has sacdo la primera sonrisa del año y eso que el escenario suele ser para morirse de... eso precisamente. Al menos en ese.
ResponderEliminarMuy bien narrado y con varios juegos de palabras (desde el mismo título) que lo hacen más atractivo si cabe.
Va mi me gusta. ¡Y viva la juerga! Incluida, por supuesto, la que espero haya en la de la otra vida.
¿Podrías escribirme ese "me gusta" en el epitafio? ¡Por favor, por favor, por favor! Anda que no iba a fardar yo por aquí de conocer al señor Barrionuevo en persona porque por aquí, a lo más que llegamos es al Otro Barrio.
EliminarY por supuesto ¡viva la vida! vivamos en el barrio que vivamos.
Un cordial saludo.
Es fantástico, no he pasado nada de miedo, ese tiempo muerto es de categoría. Lo de creer en el amor eterno o no, eso ya es otra cosa, je,je,je...¿Qué es la eternidad, anónima,anónimo?
ResponderEliminarMagnifico 50 palabras...
Dejaré besicos pero me convertiré en anónimo también. sólo por despista al del nicho de al lado..
Creo recordar de mis años de escuela que la eternidad es el logaritmo neperiano del tiempo cuando este tiende a infinito. Lo bueno de estar muerto es que uno puede inventarse las fórmulas matemáticas que le dé la gana sin miedo a suspender ningún examen, ¡es genial!
EliminarEsos besicos bien visibles, por favor, a ver si así el vecino se da por aludido.
Gracias por comentar.
Un cordial saludo.
Perfecto juego de palabras entre muerte, amor y eternidad. Un relato redactado con mucho oficio y bastante maestría, que ha sabido ampliar el corto espacio de 50 palabras en un vasto escenario repleto de matices.
ResponderEliminarUn relato muy bueno. Enhorabuena.
Un saludo
Por mucho que se empeñen las canciones, pocos amores son eternos, incluso aquí, donde disponemos de todo el tiempo del mundo. De todos modos que no sea por intentarlo porque mientras nos sentimos amados no hay fantasma que se atreva a acercarse.
EliminarLa muerte ya es otra cosa, eterna por naturaleza; incluso cuando estás muerto en vida, el tiempo se estira, se reblandece, se retrasa.
Pero tú no llegues tarde, Antonio. Te esperamos el próximo viernes.
Un cordial saludo.
Te esperamos para bailar, eh, ¡ni se te ocurra morirte!
EliminarHay un despliegue de imaginación y buen escribir en este relato, felicitaciones para el autor o autora.
ResponderEliminarSaludos.
Aquí estoy, moviendo el esqueleto feliz con tus palabras.
EliminarGracias por el comentario.
Un cordial saludo.
Mucho anónimo, mucho anónimo, pero por descarte, yo sé quién no lo ha escrito. A ver, no ha sido Beto, ni Antonio, ni Patricia, ni Juana, ni José Antonio...
ResponderEliminarYo dije a todo el mundo en los e-mails que era buena idea comentarse a uno mismo para desviar la atención, así que nunca descartéis que eso suceda...
EliminarCon tanto anónimo empiezo a sentirme ya como en una película de suspense, y si encima el presunto "anonimero" puede comentar al "anonimado" pues... ¡Luis, por dios, empieza a investigar pero ya! Si lo resuelves, te invito a unos huesos de santo.
EliminarUn cordial saludo.
¡Qué gran micro! (Aunque le falta algo de verosimilitud.)
ResponderEliminar¿Verosimilitud dices? A este lado de la tapia, todo es posible, pero, claro, al otro lado es una cuestión de fe.
EliminarUn cordial saludo.
A ver si, aunque te pases de las cincuenta palabras, me dices que cementerio es, para apuntarme cuando me toque.
ResponderEliminarMira, según sales, la primera a la izquierda. No dejes la calle hasta llegar al tecer semáforo. Allí doblas de nuevo a la izquierda y, después, la segunda a la derecha hasta llegar a la rotonda. Una vez allí presta atención, oirás la canción esa que dice "antes muerta que sencilla, ay que sencilla, ay...". ¿La oyes? Pues déjate llevar. Te esperamos, pero no tengas prisa.
EliminarUn cordial saludo.
Pues yo tampoco me la voy a jugar y apuesto por la opción más evidente, aunque curiosamente las respuestas a los comentarios en algún momento me han hecho pensar en otr@ autor/a.
ResponderEliminarEstupendo (divertido e ingenioso) relato, con un perfecto uso de los elementos disponibles a tal efecto. Creo que la protagonista, que en paz descanse, hace bien en pasar del vecino, que en gloria esté, por más que le asegure que ella es el amor de su muerte.
Un abrazo y suerte.
Vaya, con lo divertido que es jugar... salvo con mi vecino de abajo, al que de vez en cuando le da por vestirse de momia y se pasa las horas aporreando las lápidas y gritando "abre, sé que estás ahí". Al final le abrimos más por pena que por aburrimiento porque en el fondo no es mal tío. Es entonces cuando dice algo así como "truco o trato, truco o trato, truco o trato", no sé, con las vendas en la boca no se le entiende bien. Nadie le hacemos ni caso, pero no desfallece y sigue intentando que alguien juegue con él.
EliminarEn fin, que me enrollo, pero es que estos vecinos dan tanto juego...
Un cordial saludo.
Simpático y bien hilado todo. Por otra parte, estando muerto, ¿un amor eterno?, puf, eso es demasiado largo
ResponderEliminarEso, más que largo, es mejor ni imaginarlo. Más que puf, pufffff. ¡Ni muerta!
EliminarDisfruta del amor tú que estás viva.
Un cordial saludo.
El amor eterno dura un capricho. Que disfrute de esos huesos que tiene toda la muerte por delante.
ResponderEliminarMe encantó el relato. Es una genialidad.
Un beso.
Y hay caprichos que se hacen eternos porque no terminan de hacerse realidad. Quizás en la otra vida.
EliminarMuchas gracias, Sandra.
Un cordial saludo.
Parece que el autor del micro se ha dado un tiempo muerto para escribir sobre tema tan serio. Con utilización genial de las frases hechas nos dejas un micro excelente con toque de humor.saludos.
ResponderEliminarA veces hay que tomarse un tiempo muerto para ir en busca de las horas perdidas.
EliminarQue no nos falte el humor, ni comentarios como el tuyo, ¡gracias!
Un cordial saludo.
Metafórico, irónico y mordaz relato de ultratumba. Me ha gustado mucho. Un abrazo.
ResponderEliminarIrónico, y triste, es que vayas donde vayas siempre te encuentras con algún fantasma.
EliminarUn cordial saludo.
¿Y quién quiere el amor eterno, si es mucho mejor morirse de gusto?
ResponderEliminarSimpatiquísimo relato. Felicidades y saludos cordiales.
Pues eso digo yo, pero la gente no aprende.
EliminarUn cordial saludo.
Me ha venido a la mente aquella canción de Mecano "... no es serio este cementerio ... y los viernes y tal si en la fosa no hay plan, nos vestimos y salimos ..."
ResponderEliminarPero desde luego, lo que me ha quedado claro antes de leer los comentarios es la autoría de este original, ingenioso y genial micro.
Muchísimas felicidades, tienes un sello personal inconfundible y además es absolutamente maravilloso.
Besos fuertes, querida.
Malu.
Por allí anda el hijo de la luna, bastante pálido y ojeroso, aunque con un poco de maquillaje, lo disimula; y claro, se ve mono y se despendola y luego no se puede levantar, pero bueno, es un chico majete y muy querido en el lugar.
ResponderEliminarEsos besos me los quedo, ¡todos!, y si al final no son para mí pues... se siente.
Un cordial saludo.
Simpático y muy bien elaborado micro. Es de los que lamento que no se me haya ocurrido a mí.
ResponderEliminarGenial. Me ha encantado.
Saludos anónim@
¡Gracias, Isidro! He visto tarde tu comentario, es lo que tiene tanta fiesta y estar rodeada de fantasmas. Oye, pásate algún día por aquí y celebramos.
EliminarUn abrazo