Vidas idénticas
Lucía, empujada por sus amigas, pregunta a una pitonisa cómo será su futuro. Esta la verá atarse a un novio aburrido, a una hipoteca, a los silencios que llegan tras la luna de miel, a uno o dos críos... y sin necesidad de echarle las cartas. A ninguna de ellas.
Escrito por Cadillac Solitario
Quizá si la pitonisa les dice lo que adivina les impulse a cambiar su futuro. O quizá no, nunca se sabe.
ResponderEliminarComo decimos por aquí: Dios las cría y ellas se juntan.
Me ha gustado. Saludos, seas quien seas.
El futuro es extraño. Si lo que les dice la pitonisa hace que cambien su futuro, entonces la pitonisa les habría contado "ese" nuevo futuro, y no lo que ella ve realmente. Aunque nunca se sabe, porque en realidad no llegó a echarles las cartas. Gracias por el comentario, aunque es posible que sea Asun Paredes, porque Álex me dijo que disimulase.
EliminarEspero que la pitonisa se equivoque porque veo un futuro muy aburrido para la protagonista.
ResponderEliminarBuen relato.
Saludos.
Y parece que no solo para la protagonista, además. Gracias por el comentario, aunque es posible que sea Javier Puchades, porque Álex me dijo que disimulase.
EliminarSi te sales de la monotonía malo porque puedes llegar a la tragedia, y si te quedas dentro estás condenado a ser un hombre gris e infeliz. Que buena es la creatividad que te permite estár en medio de los dos males... Y que buenas son las brujas que aciertan a la primera.
ResponderEliminarY que bueno el relato aunque no tengo ni idea de quien puede ser.
Feliz año a todos
Difícil elección esa que cuentas, pero como dices, ahí está la creatividad. Gracias por el comentario y por disimular, como sugirió Álex, ya que es posible que sea jose maria garrido de la cruz.
EliminarSerá mejor que pregunte a la pitonisa si puede cambiar el futuro... No es muy alentador y menos si te separa de tus amigas. Enhorabuena. Me gusta!!! Besitos
ResponderEliminarA lo mejor no le gusta nada de nada su futuro, pero si ha querido arriesgarse... Gracias por el comentario, aunque no me extrañaría que fuese Carmen Martagón Enrique: se me da bien disimular.
EliminarMe da a mí que esas cartas están muy usadas; hay que escribir unas nuevas.
ResponderEliminarUn saludo
¿Hay alguien que se atreva a escribir unas cartas nuevas? ¿O seguimos con las mismas vidas? Gracias por el comentario. ¿Seré Margarita del Brezo? Por eso del disimulo, digo...
EliminarVivir con intensidad, reinventarse cada día, hallar resquicios para la ilusión, es lo que hace que las vidas no sean idénticas unas a otras. Entre obligaciones, rutinas y ataduras hay momentos para mantenerse vital, también en compañía, y si no los hay se fabrican, bendita creatividad.
ResponderEliminarSaludos
Parece más fácil decirlo que hacerlo. De todas formas habrá que intentarlo, o el futuro nos alcanza sin remedio. Gracias por el comentario. En realidad soy Ángel Saiz, o es posible que no lo sea.
EliminarParece que ser que a simple vista la pitonisa supo leer en su forma de actuar el tipo de chicas que eran y no le hizo falta echar las cartas. Hay personas que el futuro lo llevan escrito en la cara. De todos modos, a veces se prejuzga a las personas y nos equivocamos... Bien contado. Besos
ResponderEliminarBueno, como era una pitonisa se supone que algo debió ver en aquellas caras, en su forma de vestir, de ser, en cómo son las vidas normalmente, en... tantas cosas. Gracias por el comentario. para disimular diré que es posible, o no, que sea Pilar Alejos Martinez.
Eliminar¡Pues sí que era transparente tu protagonista! ¡Y también sus amigas! O la pitonisa era muy mala o simplemente viendo a esas "idénticas" ya previó lo que se les venía encima a todas ellas.
ResponderEliminarVa mi me gusta.
Por cierto, creo que la pitonisa no es de mucho fiar. Le he pedido que me diga quién es el autor, o la autora, del micro y no me lo ha sabido decir... ¡Vaya pitonisa!
Yo creo que la pitonisa tenía más de psicóloga que de adivina. Eso creo. Gracias por el comentario, José Antonio Barrionuevo, que a lo mejor soy yo mismo. La pitonisa no puede decir nada porque se lo ha prohibido Álex hasta el 2 de febrero.
EliminarPues yo les diré el futuro de esta adivina, si sigue dando tan malos augurios, pronto se quedará sin clientela, je, je, je.
ResponderEliminarYa en serio, es triste observar cómo, en lugar de explorar lo que nos hace únicos, muchos se empeñan en encajar en estereotipos de conducta con la finalidad de encajar en la sociedad.
Me ha gustado mucho. Saludos.
El problema es que la gente solo quiere conocer buenos augurios. Y sí, tengo razón (en el caso de que sea Vicente Varas y esté disimulando), a veces los estereotipos nos condicionan tanto que no sabemos ser nosotros mismos. Gracias por el comentario.
EliminarQuien abona bien el presente cosechará un buen futuro. Parece que con sólo mirarlas, a estas chichas, cualquiera le puede predecir el futuro. Buen micro.
ResponderEliminarSaludos.
Hay tanta gente predecible por ahí... De eso viven muchas pitonisas y echadores de cartas en general. Gracias por el comentario, aunque no puedo predecir, o mejor dicho, decir, si estoy disimulando y soy Beto Monte Ros.
EliminarUna pitonisa llamada rutina, acierta un 66%.
ResponderEliminarEstoy por apostar que más de ese 66% que predices en tu comentario, Ricardo Rodriguez. Gracias por él. Puede haber también un 50%, de posibilidades de que en realidad sea yo mismo el autor del relato.
Eliminar¡Madre mía, qué trastorno de la personalidad!
ResponderEliminar¿Y si fuera el propio Álex que he elegido este día para publicar mi relato en vez del último para que nadie lo sepa? La solución el 2 de febrero.
EliminarMe ha gustado cómo cuentas, con pitonisa incluida, el futuro de estas chicas que parecen que están viviendo los últimos años de felicidad de sus vidas. Menos mal que, como dice Dylan, los tiempos están cambiando y hasta el futuro puede hacerlo, si ellas ponen de su parte.
ResponderEliminarTus comentarios: geniales.
Pablo Núñez, el posible autor, ¿o no?
Me doy las gracias a mí, mismo, Pablo Núñez, por el comentario, por si acaso lo fuera. En cuanto a las chicas, deberían hacer más caso a Dylan que a un pitonisa, y sin disimular, y tratar de ampliar esos años de felicidad un poquito más.
EliminarLa vida nos sorprende a veces. Si no, las pitonisas lo tendrían demasiado fácil.
ResponderEliminar¿Qué sería de nosotros si no? Plácido Romero (gracias por el comentario) ha dado con la clave. Me hubiera gustado a mí mismo, si es que no lo soy, haber estado tan atinado.
EliminarAutor/a, a ver si tu pitonisa adivina quién es quien comentas o comento, eso sí, disimuladamente. Seguro que eso no lo tiene tan fácil como con las amigas que, por probabilidad, no es difícil acertar que acabarán esposadas a una vida insulsa, pero “normal”. Iz Rossii s lyubov'yu. :)
ResponderEliminarGracias por el comentario, pero es que ni siquiera la pitonisa, disimuladamente o no, podría decirlo con precisión (además sería excomulgada por Álex). Y eso que como todos los "adivinadores" es más psicóloga que otra cosa. Te ha quedado genial lo de esposadas a una vida insulsa. Por cierto, ¿a que he elegido bien el pseudónimo?
EliminarYo creo que esta pitonisa se curra poco las cartas y la imaginación. Hasta en las vidas aparentemente anodinas ocurren hechos extraordinarios. ¿No será que las idénticas son las pitonisas, utilizando idénticas engañuflas? Saludos
ResponderEliminarQuizá no en todas las vidas anodinas ocurran hechos extraordinarios, y entre esas estuvieran las de Lucía y sus amigas. Por eso lo vio la pitonisa así, aunque es posible (me inclino porque sea así) que la adivina sea tan engañufla como todas las de su gremio, sin menoscabo de que aquellas vidas resulten tan idénticas como imagina. A estas alturas ya no sé ni quién soy. Gracias por el comentario, Juana.
EliminarEn esa historia la que gana es la pitonisa, trabaja sobre tópicos y suposiciones y cobra.
ResponderEliminarDiría que esa es exactamente la forma de trabajar de los adivinos, aunque lo curioso en este caso es que el futuro lo adivina sin echarle las cartas (a ninguna, claro). En realidad qué más daba. Gracias por el comentario, Crispín, en el caso de que no sea yo mismo el autor/a.
EliminarAparte de la impresión que causen las tres amigas, como para verlas dentro de las "vidas rutinarias", el texto ya nos condiciona a adoptar esta óptica: "empujada por las amigas", "atarse a" , "novio aburrido", ... Así que ese efecto está conseguido ;-)
ResponderEliminarQuizá lo que hemos de valorar es la particularidad de cada "vida rutinaria" de las que vivimos, pues pueden parecer bastante iguales pero la gracia está en los pequeños detalles y su valoración (para que no sean tan pequeños a nuestros ojos).
Un beso, que ya puestos podría dármelo a mí misma, por si acaso fuera yo... jeje
Esos pequeños detalles, tan fundamentales, a veces ni siquiera las pitonisas son capaces de ver, y cada vida rutinaria a nuestros ojos (a ojos externos) no lo sea para cada "afectado". ¿Que sabemos en realidad de la vida de los demás? ¿Quién es el autor de este relato? Has hecho bien dándote un beso, por si acaso, como dices. Gracias por el comentario, seas quien seas, incluso si no has disimulado, M. Carme Marí.
EliminarPienso como Carme; mirados con zoom todos somos especiales, sin duda, pero conforme alejamos el objetivo las singularidades van desapareciendo hasta convertirnos en entidades similares y predecibles en su conducta, al menos a grandes rasgos. Pero para eso estamos nosotros, para hacer primerísimos primeros planos de cada una de nuestras particularidades y para descarriarnos sanamente y en la medida de lo posible de la manada.
ResponderEliminarInteresante tu historia, al tiempo que estimulante para el pensamiento. Cuánto me gustaría poder firmarla.
Saludos (o autosaludos).
Qué bien explicado está eso de los primeros planos, las particularidades y los "descarriamientos" para distinguirnos de la rutina. Ya que a ti te gustaría poder firmar el relato (claro, en el caso de que no disimules y seas de verdad el autor), a mí tampoco me hubiera importado realizar tu comentario o darte las gracias por él en su caso, e incluso, firmar alguno de tus relatos como si fuera el mismo Enrique Mochón Romera.
EliminarHabrá que preguntar a las pitonisa por el autor/a de este micro. Felicidades.
ResponderEliminarA no ser que ya sepas quién lo ha escrito, en el caso de que seas tú mismo el autor. Por si no lo fueses, y lo fuera yo, que todo es posible, te doy las gracias por las felicitaciones.
EliminarMaldita estadística! Cuando la muestra es toda la población estamos abocados a la generalidad, menos mal que siempre queda la desviación individual. Muy bueno. Un abrazo.
ResponderEliminar¿Cómo se abraza uno mismo? Es igual, ya lo intentaré, y aprovecho para ser original y escapar de la estadística, y también para darte las gracias por el comentario, aunque es posible que esté disimulando, de todas formas.
EliminarQué oportuno que alguien llamada Lucía, como la patrona de los ciegos, necesite la guía de otra persona para ver su futuro.
ResponderEliminarSaludos cordiales
No sabemos cómo se llama la pitonisa, pero parece que tiene la clarividencia necesaria para adivinar el futuro sin necesidad de echar las cartas. ¡Ay, Lucía y sus amigas, que no ven más allá de sus narices! Por cierto, me gusta mucho icono que has colocado como imagen, tanto que es posible que lo haya elegido yo mismo, sin ir más lejos, así que te doy o me doy las gracias por comentar, aunque lo hayas hecho con nombre falso o inventado. Quién sabe.
EliminarBueno, ya puedo dejar de disimular, ¿no? Porque puede que sea yo la autora del relato, de hecho, estaría encantada de serlo si fuera así. Ja,ja, ja. Me encanta el relato, me encantan los comentarios y las repuestas a los mismos.
ResponderEliminarY no es por nada, pero sé quien es el/la autor/autora, porque eres tú, ¿a que sí?
Un beso.
Malu.
Me quito el sombrero ante el disimulo de tu disimulo (que incluso puede ir mas lejos si soy yo, Malu, el autor/a del relato, al realizar este comentario y su réplica; una jugada maestra). En el caso de no serlo, da igual, el autor/a te agradece el comentario al relato e incluso a los mismos comentarios. Aunque... he de decir que tienes toda la razón y me has descubierto. Efectivamente, con permiso de Álex, te diré que el autor/a soy yo, para qué voy a mentirte.
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