Volver
Cada mañana, el mismo ritual con sus hijas. Nunca olvidará cuando no besó a María, estuvo tres semanas sin hablarle.
Un beso suave pero sentido, tal vez el último. Su pequeña siempre le dice: "Papi, otro, y no olvides volver".
Su trabajo como probador de antídotos para venenos era arriesgado.
Escrito por Javier Puchades - Twitter
Un beso suave pero sentido, tal vez el último. Su pequeña siempre le dice: "Papi, otro, y no olvides volver".
Su trabajo como probador de antídotos para venenos era arriesgado.
Difícil cometido el de tu protagonista. No me extraña que bese a sus hijas como si ese fuera su último beso.
ResponderEliminarOriginal propuesta la tuya.
Un fuerte abrazo de Gloria
Gracias por tu comentario Gloria.
EliminarSiempre el último beso que damos puede ser eso, el último.
Besos.
Relato que muestra el mucho cariño de un padre hacia sus hijas debido a su trabajo.
ResponderEliminarBuen relato.
Saludos.
Gracias por tu comentario Javier.
EliminarTal vez suene duro pero todo padre o madre cuando sale de casa a lo mejor es la ultima vez, tenga el trabajo que tenga.
Besos.
Sólo puedo decir que al final logró sacarme una risa. Muy bueno tu micro.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Ricardo.
EliminarBesos.
Deberíamos considerar cada beso que damos como si fuese el último, así lo apreciaríamos como el tesoro que es, no como un gesto a la ligera. En general, nunca hay que descartar la posibilidad de que cualquier acción pueda no repetirse más, no sólo por tener, como es el caso del protagonista, una profesión de riesgo; en realidad todos vivimos en un riesgo constante, cada día no deja de ser un pequeño milagro.
ResponderEliminarSaludos
Gracias por tu comentario Angel.
EliminarTienes toda la razón en lo que dices.
Yo todos los días cuando me voy a trabajar lo último que hago siempre es darles un beso a mis hijas y a mi pareja, y mi profesión no es arriesgada, pero nunca sabes.
Besos.
Interesante giro final, un trabajo “arriesgado” con el que nunca se sabe cuándo habrá un fallo.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Beto por tu comentario.
EliminarBesos.
Nadie tiene la vida comprada y en cualquier instante, independientemente de nuestra labor, podemos toparnos con la muerte. Hace bien este personaje en aplicar más o menos aquello que se dice: «Nunca te vayas sin decir te quiero».
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Vicente por tu comentario.
EliminarQue razón tienes en lo que dices Vicente, y que bonito eso de "nunca te vayas sin decir un te quiero"
Besos.
Siempre hay que besar con todo el sentimiento, quizás pueda ser el último, pero en este caso con más tesón , pues su oficio es un tanto arriesgado.
ResponderEliminarBuen final.
un saludo
Gracias Mª Belén por tu comentario.
EliminarY sí, siempre puede ser el último beso.
Besos.
Fuerte sentimiento. Siempre debemos besar y abrazar a la gente al despedirnos, ya que no hay garantias y menos con ese empleo fatal.
ResponderEliminarSaludos y felicidades.
Gracias por tu comentario José.
EliminarA mí me encanta abrazar y besar a la gente cuando me despido, nunca sabes que puede pasar.
Besos.
Debe ser muy duro el despedirse de los hijos cada mañana sin saber si va a ser la última vez que los va a besar.
ResponderEliminarTriste trabajo aunque pueda salvar vidas.
Un saludo.
Pablo.
Gracias Pablo por tu comentario.
EliminarSi su trabajo es arriesgado y tal vez ni vuelva, pero creo que todos trabajemos en lo que trabajemos siempre tenemos el riesgo de no volver. Siempre hay que besar como si fuese la última vez.
Besos.
Hay muchos profesionales que arriesgan su vida cada día, pero nadie sabe que le depara el destino. Siempre es mejor una buena despedida y ningún te quiero por decir, por si acado. Ya dicen que hay que vivir cada día como si fuese el último y "que nos quiten lo bailado".
ResponderEliminarMe ha encantado ver el amor de ese padre por su familia, extrapolable a cualquier madre que trabaje fuera de casa...
Muy bien contado.
Enhorabuena. Besos
Gracias Pilar por tu comentario.
EliminarTienes toda la razón en lo que dices, todos los padres o madres que trabajan, siempre que salen de casa puede ser la ultima vez. por eso hay que besar y decir te quiero al partir.
Besos.
La vida es tan corta que no merece la pena malgastar los días sin demostrar cariño y amor a los que queremos, el día que no volvamos será uno de los motivos por los que nos recordarán. Por eso siempre besos y abrazos a diestro y siniestro, nunca se sabe cuándo será nuestro último día.
ResponderEliminarMe ha gustado este relato y por cierto, lo importante, además de los besos es siempre volver, bien escogido el título.
Besos, cómo no, besos mil para este relato.
Malu.
Garcias por tu comentario Malu.
EliminarComo tú dices nunca se sabe cuando será el,último día, el último beso, por eso hay que aprovechar cada instante y vivirlo, y besar y querer.
Besos
Supongo que este tierno ritual le hará sobrellevar mejor su arriesgado trabajo. Espero que tenga derecho a jubilarse anticipadamente y así poder besar y abrazar a sus hijas sin tanta presión. Emotivo micro. Saludos
ResponderEliminarGracias Juana por tu comentario.
EliminarSeguro que podrá abrazarlas sin pensar que sea la última vez.
Besos
Qué arriesgado el trabajo de ese padre, sabe que en cualquier momento puede ser el último día en que vea a su familia.
ResponderEliminarSaludos!
Gracias Paste por tu comentario.
EliminarBesos.
Nunca hay que dejar nada pendiente. El destino siempre puede darnos una sorpresa.
ResponderEliminarGradias por tu comentario Crispín.
EliminarTienes toda la razón no hay que dejar nada pendiente.
Besos
Mira, ya me quedo más tranquila. Y es que cada vez que alguien a quien quiero se va, siempre le pregunto: ¿vas a volver? Es como un ritual que aplaca mi tensión ante la posibilidad de que les pase algo. En casa ya me lo dicen sin necesidad de preguntar: "me voy, y sí, voy a volver". Y yo tan contenta.
ResponderEliminarEn fin, podría ser peor ;)
Un saludo
Gracias Margarita por tu comentario.
EliminarYo también siempre que se van de casa les digo "pero vuelve, vale" Y siempre, siempre un beso.
Besos.
Vivir es ya lo suficientemente arriesgado como para hacerles saber todos los días a los nuestros que les queremos. Buen micro. Un saludo.
ResponderEliminarGraxias porntu comentario Matrioska.
EliminarSí, todos los dias hay que decir te quiero a las personas que nos importan.
Besos.
Y pensar que en casa se enfadan conmigo porque me como los yogures caducados. Un relato muy simpático en el que destacaría ese mensaje implícito de lo importantes que nos hacen para los que nos rodean los vínculos afectivos (por no hablar de los de sangre).
ResponderEliminarEnhorabuena y saludos.
Gracias por tu comentario Enrique.
EliminarPues ya somos dos, conmigo tambien se enfadan en casa cuando me como algún yogur caducado.
Y tienes razón los lazos afectivos son muy importantes.
Besos.
Una historia bonita que aborda de una forma sencilla y efectiva el tema del amor en el seno de la familia. Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias Carles por tu comentario.
EliminarBesos.
El tema de la precariedad de la existencia se canaliza a través de esos besos a las hijas antes de enfrentarse al veneno cotidiano de vivir. La ocupación de tu protagonista me parece un símbolo acertado del puro milagro que es la vida. Me gustó y saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario Miguel Angel, muy acertado.
ResponderEliminarBesos.
Se entiende el enfado y el comentario de volver, con ese trabajo! Cierto es que siempre puede ocurrir algo, con ese trabajo él es más consciente de ello.
ResponderEliminarSaludos!