Algo más que palabras
Fueron diseñadas para cautivar a todos. Ahora, relegadas a la categoría de mentiras, sufren el olvido, pero no van a prestarse a más falsedades. Saben que volverán a buscarlas, por eso han huido de archivos y hemerotecas. Las promesas electorales sonríen satisfechas, saben que sin ellas los políticos estarán perdidos.
Cuando se juega con las palabras se prende la mecha del destino. Capaces de crear belleza o esparcir oscuridad, son la senda por la que la esencia de los hombres sale de su físico cautiverio. Pueden ser lo más hermoso o lo más dañino, según los labios que las liberen o las manos que las dibujen.
ResponderEliminarY tú, querido Ángel, afortunadamente, sabes mucho del poder de las palabras para cautivar.
Un abrazo.
La condición exclusivamente humana de las palabras hace pensar que quizá sea cierto que los hombres, y sólo ellos, están hechos a imagen y semejanza de un ente divino. El problema es cuando pierden su significado por el mal uso, entonces esos vocablos se convierten en humo, papel mojado inservible, como bien dices, según en qué labios o en qué manos.
EliminarTú sí que sabes cautivar con tus palabras, que te agradezco mucho.
Un abrazo, Antonio
Me es muy difícil hacer un comentario después de Antonio Bolant, un verdadero crack.
ResponderEliminarÁngel, creo que el pueblo ya no cree en esas palabras prometedoras de los políticos y son nuestras cabezas las que las van haciendo desaparecer del diccionario cuando salen de bocas que, tan solo en precampaña, las utilizan.
Creo que las precampañas, sobran. Sin esas palabras nada tiene que decir.
Como siempre, extraordinariamente escrito y redondo tu relato que, además de atinado en estos tiempos de incertidumbre en los que a los que prometieron se les va cayendo la careta, está lleno de imaginación e ingenio, pidiendo la libertad a esas palabras, esclavas en bocas que no las merecen.
Un fuerte abrazo, Ángel.
Palabras esclavas, tú lo has dicho, Pablo, condenadas a ser vaciadas de significado, sin ninguna consideración hacia quien las recibe. Tienes razón, sería milagroso que surgiese un representante público o aspirante a serlo a quien creyéramos, sin caretas ni otras imposturas. Cada vez nos engañan menos, hasta las promesas electorales se niegan a ser utilizadas.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, amable y atinado como siempre.
Un abrazo fuerte
Buen micro Ángel, me ha gustado mucho, qué haríamos sin las palabras. Abrazos.
ResponderEliminarSin las palabras no seríamos personas. Hay otros lenguajes, como el código de signos o la música, pero a ellas las necesitamos para transmitir convicción, sentimientos y belleza.
EliminarGracias, Carmen. Abrazos
"Prometer hasta el meter", dice la sabiduría popular, y las promesas son la herramienta de trabajo de embaucadores y políticos, valga la redundancia.
ResponderEliminarSiempre es un placer leerte, Ángel. Suerte.
Cuando te otorguen una plaza como académico de la lengua (que camino de ello vas) tendrás el éxito asegurado si añades esta acepción de tu cosecha al término "Palabra": "Herramienta de trabajo de embaucadores y políticos". Tú sí que sabes.
EliminarUn abrazo, Rafa. Gracias
Cuantas promesas incumplidas, cuantas mentiras con tal de conseguir el voto.
ResponderEliminarMuy buen relato Angel, tu siempre prometes buenos 50palabras y cumples siempre, nunca defraudas.
Un abrazo.
Tan saturados estamos de tantas mentiras, que algunos han conseguido que hasta las palabras también se harten.
EliminarMuchas gracias por las tuyas y por estar siempre ahí.
Un abrazo, Javier
Ángel, me ha encantado la idea de una rebelión de las palabras hechas como promesas electorales. Ya está bien que algunos les den tan poco valor. Y lo has contado muy bien. Me gusta.
ResponderEliminarEnhorabuena!
Besos
Pobres palabras, con lo que ellas valen y lo importantes que son y como las tratan. Creo que está bien restituir un poco de esa dignidad que les han robado algunos sujetos.
EliminarMuchas gracias, Pilar. Abrazos
Dicen que una sola palabra puede cambiar el mundo. Los meapilas que gobiernan el mundo han decidido ponernos a todos un bozal. Que no se nos ocurra mentar asuntos o vocablos nocivos, como por ejemplo corrupción, pobreza, violencia...
ResponderEliminarMuy bueno Ángel.
Un beso
Una sola palabra adoptada por una mayoría tiene poder para cambiarlo todo, es cierto. Por desgracia, estos personajes a los que te refieres han logrado vaciar de sentido algunos términos y poner tristemente de moda otros, de manera que todo vocablo que sale de sus bocas está bajo sospecha.
EliminarGracias, Olga. Un abrazo
Mentiras por todas partes. La historia es como uno percibe haberla vivido, y en este caso aquellos que promulgan con sus palabras sus logros, creen en las mentiras que dicen. Verdades a medias. Y después de una elección: el olvido.
ResponderEliminarSaludos.
Es posible que de tanto repetir los mismos términos lleguen a creérselos. Lo que sucede con estas personas es que poseen una capacidad camaleónica increíble, tienen la capacidad de afirmar con rotundidad una cosa y al día siguiente la contraria. Son maestros en utilizar palabras para agradar los oídos de sus destinatarios y, como bien dices, después de las elecciones, "el olvido".
EliminarGracias por tu comentario y un saludo
¡Oh, qué bonito! Que las palabras sean capaces de rebelarse y esconderse es una idea preciosa. ¿Pero dónde estarán seguras?
ResponderEliminarOjalá podamos ir a recuperarlas cuando este mundo deje de girar sobre el eje del poder corrupto.
Y dicho esto, un gran abrazo, diseñador de palabras.
De momento hacen bien en buscar un escondite, tal vez dentro de las páginas de algún buen libro de poesía, seguro que allí no las buscan estos materialistas, aunque pienso que lo mejor es que fuesen a parar a la casa de una autora brillante como tú, que sabrá darles empleo para que luzcan el esplendor que ellas merecen.
EliminarUn abrazo enorme, arquitecta de los vocablos
Ah, muy bien, la rebelión de las palabras que no quieren seguir haciendo el juego a los políticos mentirosos. Ojalá se les unan las cuerdas vocales y más de uno quede mudo para siempre.
ResponderEliminarFantástica crítica a la mendacidad que corrompe la democracia.
Abrazos, Ángel
Te tomo la palabra y pienso que el relato podría haberse titulado "Rebelión", la cual habría tenido un carácter pacífico, ya que ellas no recurren a ninguna violencia, sólo se ocultan. Sin el recurso de su presencia, habrá que ver que otros medios emplean esos mentirosos para venderse.
EliminarGracias, Carles. Abrazos
Las palabras, en su sabiduría, están conscientes que en boca de los políticos se las llevaran el viento y que pronto serán olvidadas. Hermosas son aquellas que no se prestan a falsedades y huyen en busca de quien las pronuncie y las haga perdurar con la verdad. Me gusta tu micro Ángel, hay mucha profundidad en su contenido.
ResponderEliminarSaludos.
Antes de convertirse nuevamente en instrumentos de falsedad, optan por huir. Estoy seguro de que encontrarán apoyo en otros hombres y mujeres que sabrán devolverles su autenticidad.
EliminarMuchas gracias, Beto. Nada como las palabras para motivar y hacer pensar.
Saludos
La relación de las palabras con factores sociales y culturales es evidente, y este cuento demuestra que a veces ellas son el espejo en que no queremos vernos. La efectividad de las promesas viene a la baja.
ResponderEliminarBuen micro, Ángel.
Un gran abrazo.
Las palabras son testimonio y reflejo de su tiempo. Si esta época se caracteriza por algo es por esa baja efectividad de las promesas que tan bien has descrito.
EliminarGracias, Vicente. Otro abrazo grande para ti
Ójala siempre estuvieran las palabras en manos de plumas tan hábiles y honradas como la tuya, amigo Ángel. Un micro fantástico, como siempre es un placer leerte. Un abrazo!
ResponderEliminarLa habilidad a la hora de escribir es algo que tú practicas y que muchos tenemos la suerte de disfrutar con verdadero placer.
EliminarMuchas gracias, Belén.
Un abrazo grande
Si las palabras tuvieran vida propia y decidieran quién las puede pronunciar y quién no, basándose en las verdaderas intenciones, muchos se quedarían mudos.
ResponderEliminarMe encantó el relato. Muy imaginativo.
Un beso, Ángel.
No estaría nada mal un mundo como el que planteas. Mil veces mejor será el silencio que tener que escuchar tantas interpretaciones teatrales vestidas de verdad.
EliminarMe alegro de que te haya gustado. Un abrazo, Sandra
Las palabras se han cansado de ser marionetas y ha decidido cortar las cuerdas vocales de los titiriteros que las obligan a actuar en un espectáculo para el que no fueron diseñadas.
ResponderEliminarPuedes estar bien seguro de que, en su huida, muchas buscarán en ti el hogar confortable que todas desean.
Un abrazo, Ángel
Quizá alguna de esas palabras huidas quiera quedarse conmigo, pero en cuanto te conozcan a ti será muy difícil retenerlas, porque muchas van a querer que seas tú quien las acoja. No tienen que investigar mucho para que eso suceda, bastará con que lean tu fantástico comentario.
EliminarGracias, Margarita. Un abrazo
¡Ay! Si como las palabras fuésemos capaces de revelarnos, que no de huir y escondernos de las falsas promesas. Muy ha gustado tu micro, felicidades!
ResponderEliminarSi nos pusiéramos a elaborar una relación de malas prácticas en el mundo, las falsas promesas ocuparían sin duda un lugar destacado.
EliminarGracias. María. Un saludo
Las promesas no se firman, son como la palabra dada en otros tiempos, cuando el honor era un tesoro preciado; tenía el valor de un documento rubricado a fuego. Las promesas electorales, vacías ahora de contenido, hacen bien en rebelarse y buscar la autenticidad. Muy bueno, Ángel. Un abrazo.
ResponderEliminarTodo promesa debería ser un compromiso de obligado cumplimiento, más aún una si es electoral, pues los destinatarios son a menudo millones de personas, pero ya sabemos como funciona el mundo. Creo que todos estamos con estas letras. Ante la sinrazón, rebelión, aunque sólo sea literaria.
EliminarMuchas gracias, Beto. Un abrazo
Si con palabras a veces no llegamos a entendernos, qué sería de nosotros sin ellas. Lástima que muchas veces sean utilizadas para elaborar esas falsas promesas. Confiemos en las palabras de las personas de palabra, aquellos que están dispuestos a materializarlas con obras. Muy interesante tu micro para la reflexión, Ángel. Un abrazo.
ResponderEliminarAdemás de hacer del lenguaje la mejor vía de entendimiento, todos deberíamos ser personas de palabra. Si con las mías he suscitado alguna sana reflexión ya me doy por contento.
EliminarMuchas gracias, Juana. Un abrazo
¡Ojalá que "algo más que palabras" fueran hechos que nunca lo son y nos defraudan cada día más en todos los sentidos... Muy buen 50 palabras. Escribes muy bien amigo Ángel
ResponderEliminarBesicos
Es una realidad tan triste como cierta. Las palabras reunidas en forma de promesas electorales cada día nos defraudan más. Lo malo es que no parece tener remedio.
EliminarGracias, Carmen. Abrazos
Esas palabras de las que hablas, estimado Ángel, son las que han usado durante décadas individuos que se han dedicado a mancillarlas con discursos torticeros, con mentiras patéticas, con argumentos que le hacen a uno rechinar los dientes.
ResponderEliminar¡Qué pena! ¡Cuántos años desaprovechados! ¡Cuántos pasos dados hacia atrás! ¡Cuánta corrupción de quienes se creían impunes y por encima del bien y del mal y han usado y abusado del país como si fuese su cortijo!
No sé si hemos aprendido alguna lección, creo que sí, que ya hemos despertado en parte del sueño irreal en el que hemos vivido durante tantos años.
Espero que esa rebelión de las palabras sirva para algo, que se vuelvan intratables con tanto zafio que pretende abusar de ellas, con tanto corrupto y sinvergüenza que no sabe cuál es su inmenso valor.
A ver si es verdad que toda esa ralea de políticos se sienten perdidos y anonadados y desaparecen del mapa, y son sustituidos por otros que hablen un idioma comprensible para todos, sincero y basado en la honradez, pues si con la honradez se va a pocos sitios mal vamos y mal le va a ir al mundo.
Tu microcuento toca esa llaga que tanto nos duele a quienes hemos deseado y deseamos un país mejor, un mundo mejor. Pero conocer la enfermedad es el primer paso para luchar contra ella. Mis felicitaciones por tan buen y actual miocrocuento.
Sin citar nombres ni tomar partido, es cierto que todos estamos un poco cansados de que quienes deberían representarnos, o aspiran a hacerlo, no se preocupen sino de salvar su estatus bajo un manto de engaño tejido con el lenguaje, un instrumento hermoso y útil que ellos mancillan al tiznarlo de mentiras encubiertas bajo principios y valores que raramente mantienen.
EliminarComo se nota que aprecias el verdadero valor de las palabras, que no las utilizas en vano, que sabes sacarle el jugo que tienen. No firmo tu comentario porque no me corresponde, pero me adhiero a su esencia.
Muchas gracias por tu tiempo y un abrazo, Enrique
Ay del poder de las palabras, que nacieron libres en la democracia ateniense y las vemos vapuleadas y manipuladas en boca de nuestros políticos actuales. Es un bello sueño que se rebelen, como es ya realidad que los ciudadanos no creemos tales falsedades. Me ha gustado mucho el micro, Ángel. Enhorabuena y un abrazo.
ResponderEliminarAcabas de describir perfectamente el momento en el que nos encontramos, con unas palabras que se rebelarían si pudieran, y unos ciudadanos que, a base de desengaños continuos y generalizados, desconfían de todo lo que suene a promesa colectiva.
EliminarGracias, Carmen. Un abrazo
La enorme importancia de las palabras desde su origen y cómo, en cambio, los políticos -entre otros- se han convertido en unos verdaderos "magos" a la hora de vaciarlas de contenido cuando con ellas construyen sus promesas electorales o de otra índole. Y dado que los embaucados electores a duras penas nos damos cuenta de cómo nos venden la moto, ellas, las palabras que construyen las promesas, se rebelan, reivindicando su importancia para hacernos ver, y hacerles ver, que son algo más que desvalidos vocablos.
ResponderEliminarComo siempre, amigo Ángel, nos sorprendes gratamente. Por ello espero que no te sorprenda que te diga que ahí va mi me gusta y, una vez más, mi reconocimiento como cincuentista de pro.
Un fuerte abrazo y enhorabuena. Nos seguimos leyendo aquí y en otros espacios.
Algo tan perfecto como el lenguaje, nacido para la comunicación, se utiliza para tergiversar la realidad al antojo y conveniencia de unos pocos, con poder para manipular desde su tribuna. Un hecho que demuestra una vez más que los hombres son capaces de grandes creaciones y descubrimientos, pero también de darles el peor uso.
EliminarQué más puede pedir alguien que escribe que aquello que hace resulte grato. Por ello agradezco mucho las palabras siempre sabias que dedicas a las mías.
Un abrazo fuerte, José Antonio
El mundo sería mucho más habitable si las palabras tuviesen voz propia y se negasen a ser nombradas en boca de embaucadores y mentirosos. La de los mentirosos en general y la de los políticos en particular. Muy original ese plante de palabras, Ángel. Felicidades y un beso.
ResponderEliminarAl leer tu amable comentario se me ha ocurrido un posible título que quizá hubiera encajado bien: "Palabras con voz propia". Muchas gracias por tu aportación, que sin duda enriquece el mensaje que he tratado de transmitir con esas palabras rebeldes.
EliminarAbrazos, Matrioska
Palabras que desde el primer día que fueron usadas iban inyectada con una tinta de oscura ambición, por eso todo en ellas fue posible, palabras cantadas, bailadas, gritadas, insultadas. Salió alguna palabra amable, risueña, dulce, pero todas con el mismo fin.
ResponderEliminarLa palabra, que es así de generosa, se presta a todo ser humano, pero solo algunos saben usarlas debidamente, como haces tú, querido Ángel.
Un beso grande, como lo es este micro.
Malu.
El lenguaje tiene el poder de abrir un abanico de posibilidades casi infinito. el problema es cuando algunos se especializan para utilizarlo de forma engañosa, de forma que, de herramienta que enriquece, pasa a instrumento que envilece. Usar las palabras de forma adecuada es algo de lo que tú sabes mucho.
EliminarMuchas gracias, Malu. Otro beso grande para ti
Nunca hay garantía con las promesas y menos aún con las de los políticos. Estamos acostumbrados a que se rompan y maltraten esas palabras, pronunciadas con tanta vehemencia y que están tan desprestigiadas y a tan pocos convencen.
ResponderEliminarHan hecho muy bien en rebelarse, no deberían participar más en ese juego de mentiras y engaños.
Tus palabras en cambio, siempre se muestran luminosas y precisas. Seguro que es por el buen trato que las dispensas.
Un abrazo, Ángel.
La mayoría estamos hartos de que algunos rompan y maltraten las palabras, que además, como bien dices, las pronuncien de forma vehemente, a voz en grito, como si por eso fueran a ser más creíbles. Ellas, si realmente tuviesen vida propia, se rebelarían sin duda, para ir a alojarse a un libro de poesía, a los susurros de unos novios o a la nana de una madre a su bebé. Gracias por decir que las trato bien, no sé si lo consigo pero sí que lo intento; sé que tú lo haces.
EliminarGracias y un abrazo, José
Amigo Ángel, creo que las palabras de las que hablas no son palabras, se visten con un ropaje parecido pero son más bien promesas sobre hechos consumados; que no es lo mismo la hablada que la escrita o leída ya lo apuntaba Larra en uno de sus sobrenombres "el pobrecito hablador", y de esos que ejecutan sus promesas en sus bárbaros mensajes tenemos que cuidarnos, no vaya a suceder como decía el poeta Miquel Porter Moix:
ResponderEliminar"Han prohibit les paraules
perquè no posin en perill
la fràgil immobilitat de l'aire".
Ya les gustaría a tantos que usan las palabras de forma indebida, con promesas que parecen verdades absolutas y luego resultan ser mentiras completas, acercarse a la maestría y sinceridad de Larra, como también tratar al lenguaje con la sensibilidad de este poeta en estos versos que me gustan y agradezco que hayas compartido, al igual que tu comentario. Que nadie prohíba las palabras, menos aún las bellas y honestas
EliminarUn saludo, Pepe
Esas frases parecen las piezas de un disfraz que han huído de donde las habían guardado, una vez acabados los carnavales, hasta nueva ocasión. Se me ocurre ayudarles con nuestra actitud crítica en su justa rebelión, porque no creo que tarden en atraparlas o en invertarse otras nuevas que las sustituyan. Este juego de los políticos resulta tan pueril que no sé cómo les funciona una y otra vez.
ResponderEliminarMuy buen relato, Ángel. Espléndida la puesta en escena de un planteamiento lleno de ingenio.
Enhorabuena y un abrazo.
Has apuntado un detalle clave: cómo es que la treta de utilizar las palabras como ropaje de quita y pon puede llegar a funcionar. Ya sabemos que ellos no tienen remedio, pero lo peor es que, tal vez, nosotros tampoco.
ResponderEliminarMuchas gracias, Enrique. Un abrazo fuerte
Muy bueno Ángel, tus promesas electorales me recordaron los perros pitbull (acabo de leer un micro de perros) que se les enseña a ser violentos y salvajes y adquieren mala fama, pero en el fondo son una ternura de perros. Bueno pasa lo mismo con las palabras usadas por los políticos (igualdad, justicia, pueblo, etc.) que nosotros tontamente comenzamos a tenerle recelo, siendo que al que se de le debe tener recelo, es a esa involutiva y parasitaria criatura llamada "político".
ResponderEliminarBueno, mas o menos se entiendo lo que quiero decir, hoy ando liado.
Saludos!!!
Se te entiende muy bien, Jean. Tomo como hilo la buena comparación que has hecho con los pitbull para decir que estoy de acuerdo contigo, que las palabras no tienen maldad en sí, todo depende de cómo se utilicen. Está claro que ellas sólo son un medio, aunque las de este relato han adquirido una vida literaria que les permite revelarse contra los verdaderos culpables que las han pervertido.
EliminarGracias por tu comentario, siempre lúcido. Saludos
Ay, si las palabras se negaran a ser usadas en caso de mentir... cuantos políticos se quedarían con la boca abierta sin que saliera sonido alguno!
ResponderEliminarBuena historia Ángel.
Un beso
Ese silencio que planteas les estaría muy bien empleado. De paso, llevarían un poco de paz a nuestros oídos, cada vez más hastiados por tanta manipulación y bombardeos de sonidos vanos.
EliminarGracias, Carmen. Un abrazo
Felicidades, Ángel, has escrito un micro a lo Saramago, si me permites, una denuncia sobre la manipulación que los políticos hacen del lenguaje, un lenguaje vacío de contenido porque siempre es incumplido. Ojalá la rebelión de las palabras anunciara una nueva era. Felicidades y un saludo.
ResponderEliminarQué interesante y esperanzadora sería esa nueva era tras la rebelión de las palabras. Como bien dices, "ojalá" fuera posible.
EliminarNi que decir tiene que Saramago lo habría hecho infinitamente mejor, pero agradezco mucho tu comentario.
Un saludo
Dices que los políticos estarán perdidos. Sí pero solo al principio, luego, al ser palabras que el viento se lleva, ellos sentirán una gran liberación y sólo padecerán el temor, como espada de Damocles, de los medios de comunicación, y de periodistas que con micrófono en ristre, periódicos y vídeos, les pueden restregar ante las narices.
ResponderEliminarMe ha encantado como siempre tu relato. Maestro.
Un fuerte abrazo querido amigo.
Los políticos son expertos en decir y desdecir, se queman y resurgen una y otra vez como si el mundo para ellos sólo fuese un juego virtual. Por suerte, se les puede recordar lo dicho en el pasado, es lo que menos les gusta.
EliminarMuy gracias amigo Isidro. Un abrazo XL
Consiguen que las palabras sientan vergüenza de ser lo que son y quieran huir, ocultándose de ese juego de mentiras en el que les hacen participar, para regalar los oídos de los ilusos que aún creen en ellas.
ResponderEliminarLa belleza de estas palabras está en tratarlas con esa maestría, cariño, mimo a la que nos tienes acostumbrados. Lo demás cae en saco roto y además yo ya ni lo escucho.
Un 50 con mucha clase.
Un abrazo bien grande Ángel.
No nos queda más remedio que recibir esas peroratas diarias que nada significan y todo lo pervierten, pero como bien dices, una cosa es oír y otra escuchar. La utilización que tú haces del lenguaje debería ser una de las acepciones de la palabra "maestría" en los diccionarios.
EliminarMuchas gracias y un abrazo enorme, María Belén
Magníficas palabras, como siempre. Un abrazo, Ángel.
ResponderEliminarVoy a aprovechar para decirte que últimamente echo un poco de menos las tuyas, ya sabes que las sigo con interés.
EliminarMuchas gracias y un abrazo, Pedro
Cómo siempre sorprendente en tus palabras. Diciendo verdades sobre mentiras... Enhorabuena Ángel. Me ha encantado. Besitos
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado, Carmen. Que siempre le demos a las palabras el uso que merecen. Sé que tú lo haces.
EliminarAbrazos