Certidumbres
Está rígida, frente a él, con los dedos crispados y la piel cerosa. Su cuerpo se descompone, pero su espíritu jamás le dejará vivir en paz. Receloso, busca alguna señal entre los pocos que la velan. Da un respingo cuando Morgana, la gata de su suegra, salta sobre él bufando.
Este relato de espíritus y reencarnaciones, tiene la sutiliza del humor de algunas películas de miedo, al estilo de “Beetlejuice”. Muy bueno Matrioska, sobra decir que me gusta.
ResponderEliminarSaludos.
Muchísimas gracias, Beto. Qué buenísima es esa peli. :) Saludos.
EliminarTu protagonista está tan seguro que el espíritu no le dejará en paz que parece que se tranquiliza cuando el gato salra sobre él.
ResponderEliminarBuen relato Matrioska, me ha gustado.
Besos.
Mi protagonista lo que sabía es que esa arpía no se iba a ir sin más, lo que no esperaba es que fuese a por él tan pronto, ni con esa agilidad. Muchas gracias, Javier. Un beso.
EliminarQué miedito, Matrioska, has logrado una atmósfera muy inquietante y a mí me encanta este tipo de historias cuando están bien contadas, como has hecho tú. Besos y enhorabuena.
ResponderEliminarMuchas gracias, Belén. Ya vi cómo te las gastas en tu micro “1994”, que por cierto, era uno de mis favoritos. Un beso grande, guapa.
Eliminar"1944". No sé en qué estaba pensando. :)
EliminarMatrioska, consigues crear la atmósfera de tensión apropiada para al final darnos un zarpazo con el bufido de la gata. Tu protagonista parece que teme a su mujer muerta. Seguramente por algún motivo que desconocemos no está muy tranquilo.
ResponderEliminarHas conseguido que de un salto al leer tu micro.
Muy buen relato.
Enhorabuena!
Besos
En realidad, la que está de cuerpo presente no es su mujer, sino su suegra, ya sabemos que algunas dan bastante miedito y esta era una de esas. Muchas gracias por tu comentario, Pilar. Muchos besos.
EliminarDebe ser por ello que los gatos tienen tantas vidas.
ResponderEliminarCreo que el doliente esposo no está muy tranquilo, por algo que dejas en el aire para que nuestra imaginación llegue a ello y eso es fabuloso. Un salto que le provocará seguro algún que otro escalofrío igual que yo al leerlo.
Genial Matriosca, me encanta.
un beso enorme bonita.
Parece que al no querer decir expresamente que la muerta era la suegra, he llevado a confusión en la lectura del micro. El protagonista es el típico pobre hombre al que la suegra (y posiblemente también su santa esposa) le lleva por la calle de la amargura, tanto que sabe que, aun descomponiéndose, ella hará lo que sea para seguir haciéndole la vida imposible. :) Muchos besos y muchas gracias, bella dama.
EliminarMagnífico relato de tinte psicológico. La narración nos envuelve de tal forma que sentimos sobre el pecho el peso de los actos de este viudo misterioso.
ResponderEliminarGenial, Matrioska.
Un gran abrazo.
Muchas gracias, Vicente. En esta ocasión quería hacer un poco de terror con un toque de humor, ya se sabe que las suegras dan mucho juego, aunque creo que a mi protagonista la suya no le hace ninguna gracia. :). Un abrazote.
EliminarBuenisimo, como todos los tuyos. Lo que me gustado es que dejas que nosotros hagamos historias con él . Enhorabuena, besos a estalla.
ResponderEliminarTú seguro que las harías fantásticas con esa imaginación tuya tan prodigiosa. Muchas gracias por pasarte a comentar, Maite, sabes que me hace mucha ilusión. Besazos a esgalla.
EliminarAnte su mujer de cuerpo presente, él, en lugar de llorarla, siente gran temor de que pueda reencarnarse. Tiene que haber un motivo que desconocemos, precisamente ese es el mayor valor de este relato, ya de por sí enmarcado en el misterio, lo que no se dice, que todo lo condiciona, dejándolo a la imaginación del lector.
ResponderEliminarUn abrazo, Matrioska
Muchas gracias, Ángel. Como le comento a Mª Belén, algo he debido hacer mal cuando sois muchos los que pensáis que es la mujer la que está muerta. En este caso el protagonista temeroso es un santo varón que ha vivido amedrentado por la bruja de su suegra. Una vez muerta debería el pobre serenarse pero sabe que ni muerta le dejará vivir en paz. Un abrazo fuerte y ya aprovecho para felicitarte por todos tus éxitos literarios. ;-)
EliminarLas únicas certidumbres de tu relato son el respingo que damos también nosotros con esa gata mediadora -precioso nombre, por cierto- y la cantidad de incertidumbres que creas.
ResponderEliminar(A pesar de los comentarios de los compañeros, yo sigo pensando que la difunta es la suegra).
¡Cuéntanos más, Matrioska, por dios!
Un beso
¡Gallifante para Margarita! Jajaja. Bueno, parece que al final me haré el harakiri, pero solo un poquito. Creo que ya he contado todo lo contable sobre la historia, lo único que te puedo decir es que la gata, ahora que la bruja de su dueña se ha ido a criar malvas, irá a vivir a casa del protagonista. ;-) Un beso, guapa, y gracias por comentar.
EliminarY ahora tiene siete vidas para hacer la suya insoportable, jajaja. Muy bueno, Matrioska. Un abrazo.
ResponderEliminarAsí es, Salvador, este pobre infeliz ya no va a tener descanso, jajaja. Gracias y un abrazo.
EliminarVeo un cierto tono de inquietante humor en un relato repleto de matices alrededor de la palabra crispación. Aparece explícita en los dedos de la difunta delatando la situación entre ambos cuando vivía. Se adivina en el sentimiento del protagonista en el velatorio, a la espera de una señal que finalmente irrumpe con ese animal y que parece haber sido enviado/poseído para continuar con la situación de crispación 'post mortem'.
ResponderEliminarUn relato muy bueno, Matrioska. Con una historia original y macabramente bien contada.
Un abrazo
Muchas gracias, Antonio. Has hecho, como acostumbras en todos tus comentarios, una interpretación exacta del micro. Eres un fenómeno, porque en esta ocasión dejé demasiadas cosas en el aire y no era nada sencillo. Me alegra tenerte de compi por lo generoso que eres siempre con todos. Un abrazo fuerte.
EliminarMe encantó tu relato, Matioska. Excelente descripción de la muerta, que yo también interpreté que era la suegra. A continuación, la frase fundamental: “su espíritu jamás le dejará vivir en paz” y después la confirmación de que así será, con el salto de Morgana.
ResponderEliminarMuy adecuado el nombre de la gata con su implícita carga de hechicería.
Genial, como todo lo que tú escribes.
Besos
Así, entre nosotros, te diré que la señora era de armas tomar, una bruja piruja de mucho cuidado. ;-) Muchas gracias, Georges, es un placer verte por aquí. Muchos besos.
EliminarLa tiene difícil. Demasiado miedo tiene, ni muerta la suegra haya paz.
ResponderEliminarCincuenta palabras bien aprovechadas, la verdad
Muchas gracias, Luisa. Me temo que, como dices, este pobre no tenía ninguna esperanza de librarse de la suegra y poder vivir tranquilo. Un beso.
EliminarLa conciencia no la tendrá muy tranquila ya que en vez de pena tiene miedo. Y ya sabemos donde está el espíritu de ella. La gata no lo va a dejar vivir en paz.
ResponderEliminarMe parece un relato muy bueno, Matrioska.
Un beso.
Pero si mi protagonista es bueno hasta decir basta, solo faltaba que después de amargarle la existencia su señora suegra, tuviese que sentir pena por ella. :) Como dices, la tiene más miedo que a un nublao, y gastándoselas como se las gasta, como para no tenérselo. Muchas gracias, Pablo. Un beso.
EliminarUna gata con nombre de maga poderosa, Morgana. Ya ella nos cuenta, que el espíritu de la muerta no le dejará descansar. El por qué... lo sabe la autora, nosotros lo intuimos.
ResponderEliminarMuy bueno, Matrioska. Un beso.
El nombre a la gata se lo puso la buena señora, algo se traía ya entre manos. :) En cuanto al porqué, supongo que la mala gente no necesita de ellos. Gracias por la visita, Olga, y un beso muy grande.
EliminarLa única certidumbre, de entrada, es que se trata de un magnífico microcuento en el que se mezclan el misterio, el miedo y la ironía.
ResponderEliminarLa santa esposa , o su suegra, como apunta Margarita, en el féretro, cerosa y descomponiéndose, pero con aviesas intenciones desde un más allá inquietante, y la gata –el que se llame Morgana ya hace temor lo peor-, ese leopardo en miniatura, dándole un susto de muerte, por otra parte, nada tan apropiado para un velatorio. Algo temible se cuece y cada uno tendrá que adivinar qué.
Un abrazo Matrioska y mi enhorabuena por la originalidad del microcuento.
Si hubiese tenido un puñado de palabras más, podría haber descrito cómo, tras el ataque de Morgana, a la “durmiente” se le relajaban los dedos y se le adivinaba una extraña sonrisa en sus labios muertos. Muchas gracias, Enrique, por tu comentario. Un abrazo.
EliminarMaravilloso relato de terror y humor. Con el miedo que dan los gatos desde lo de Poe... Besos, Matrioska.
ResponderEliminarNosotros nos reímos, Carmen, pero a mi protagonista poca gracia le hace la historia. :) Un beso, guapa, y muchas gracias.
EliminarEsta suegra, al parecer malvada, implacable e inmortal, da bastante miedo, Matrioska. Si fuera una película supongo que tu desgraciado protagonista acabaría encontrando la forma de eliminarla definitivamente. O casi...
ResponderEliminarMuy bueno, Matri.
Un abrazo.
No sé yo, hay bichas que saben cómo buscar la manera, y ni achicharrándose en el averno, son capaces de dejar de hacer la cusca a los demás. Muchas gracias, Enrique, y un abrazote.
EliminarParece que de las suegras no nos salva ni la muerte. Muy divertido, y tétrico...
ResponderEliminarUn beso grande, Matrioska.
Así es, Sandra, es un tópico lo de las suegras, pero en algunos casos es rotundamente cierto que son aterradoras e infinitas. Muchas gracias, guapa. Un besazo.
EliminarHay suegras que son verdaderamente unas brujas. También las hay encantadoras, claro.
ResponderEliminarDivertido e inquietante relato, Matrioska, aunque le has dejado un buen muerto al protagonista.
Besos
Le he dejado un mal muerto más bien. Con un poco de suerte aparece por allí el padre Karras y exorciza a Morgana. :) Muchas gracias, Notinc. Un besico.
Eliminar