Cuidados paliativos
Cada mañana aparecían exhaustos por el paseo marítimo. Sonreían aun sabiendo que recibirían otra bronca, pero vivían sin pensar en mañana, convencidos de que, si hoy morían, lo harían felices. Venían de improvisar relatos, musicados por un mar agradecido, hasta que el sol les recordaba que debían tomar su medicación.
¡Ohhhhh!!!!
ResponderEliminar¡Ahhhhh!!!!
Eliminarjejeje
A pesar de la enfermedad y del dolor, siempre es hermoso VIVIR. Gran micro La Marca Amarilla. Abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Carmen!
EliminarUn placer!!!
VIVIR!!!
Somos unos seres curiosos los humanos. Suelen ser las contrariedades las que nos desnudan ante aquello por lo que merece la pena estar vivo. Nos despojan de orgullos y ambiciones, y hacen que nos fijemos en esas pequeñas cosas que siempre han estado ahí, a nuestro alcance; incalculables, incontables, intensas y gratuitas.
ResponderEliminarY este elegante relato nos cuenta todo esto,en una historia muy buena y perfectamente desarrollada.
Saludos.
Muchas gracias por tu comentario, Antonio!!!
EliminarHas dado en el clavo!!
Un saludo! ;)
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ResponderEliminarJavier Puchades14/2/16 19:06
La vida hay que vivirla al día, nunca sabes lo que te espera mañana, y más si padeces una enfermedad terminal.
Buen 50plabras, me ha gustado La Marca Amarilla.
Saludos.
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Un saludo también para ti, Javier!!
EliminarGRACIAS!! ;)
Un gran ejemplo de que la vida hay que bebérsela día a día.
ResponderEliminarMuy bueno, como siempre, Marca.
Saludos.
Pablo.
Muchas gracias, como siempre, por tu comentario, Pablo!!
EliminarUn saludo! ;)
Con tu micro ha quedado claro que "el futuro es hoy".
ResponderEliminarUn buen relato sobre lo bello que es vivir hasta el último suspiro.
Enhorabuena La Marca Amarilla! Me ha gustado.
Besos.
Gracias, Pilar!
EliminarEl futuro es hoy!!! Sí, señora!! ;)
Un saludo!
Una filosofía de vida que no entendemos hasta que la vida nos pone en un brete. Disfrutar a tope de las pequeñas cosas y vivir cada momento como si fuera el último, es tan esencial como difícil. Muy buen micro, Marca. Un saludo.
ResponderEliminarTan esencial como difícil, muy cierto, Matrioska!!
EliminarMuchas gracias por tu comentario!!
Un saludo!! ;)
Apurar cada minuto para hacer lo que mejor saben: vivir y contar, como si no hubiera un mañana, porque puede que no lo haya, lo saben y actúan en consecuencia. Un relato sobre las ganas de aprovechar la existencia y de inventar otras vidas e historias, contado por un relatista de raza.
ResponderEliminarUn abrazo, campeón
Ay, Ángel!! Campeón eres tú, y todos los sabemos! jejeje
EliminarGracias por tus acertados comentarios!!! Un placer!
Saludos! ;)
Cada instante cuenta, cada sentimiento hay que vivirlo, cada palabra de tu 50 suma belleza a la historia.
ResponderEliminarMe encanta lo se descubre tras su lectura, todo un buen hacer de un gran relatista.
Abrazos Marca.
Abrazos, los que quieras, MªBelén, viniendo de ti.
EliminarGracias!! ;)
¡Que bello microrelato! La marca amarilla nunca me decepciona.
ResponderEliminarUn saludo,
Eso espero!! jejeje Es un placer!!
EliminarGracias, Raquel!
Un saludo! ;)
Me parece un precioso homenaje a todos los que somos felices escribiendo micros. Aun enfermos, mantener la ilusión de escribir e imaginar puede ser verdaderamente un estupendo cuidado paliativo. Felicidades y un saludo, Marca Amarilla.
ResponderEliminarUn saludo también para ti, Juana!!
EliminarSí, mi intención era homenajear a todos aquellos locos que vamos por la vida inventándonos relatos que complementen nuestra existencia!!
Gracias!! ;)
Extraer el jugo a la vida en un presente efímero y hacerlo contando historias a la orilla del mar y con el calor del sol. No se le puede pedir más a este micro lleno de belleza. Un placer, Marca. Y un abrazo.
ResponderEliminarEl placer es mío, Carmen!
EliminarGracias por tu comentario!!
Un saludo! ;)
Hay que disfrutar de la vida mientras se tenga. Nunca sabemos lo que nos deparará el destino. Escuché decir a una persona que creía que iba a morir, que ya nunca más tenía vino del bueno en su bodega... No hay que reservar los días, hay que disfrutarlos.
ResponderEliminarFeliz martes, pues...
Besos
Hay que disfrutarlos, como bien dices, Olga!! ;)
EliminarGracias por tu comentario!!
Un saludo!!
Trovadores de la palabra improvisando historias y viviéndolas con la premura y la intensidad que da la enfermedad. Muy bueno, Marca. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Salvador!!
EliminarMuy agradecido!! ;)
Un saludo!!
Ellos si que practican el Carpe Diem.
ResponderEliminarMagnífico relato.
Un abrazo y un like it
Gracias, Isidro!!
EliminarEllos sí que saben vivir! jejeje
Un saludo!! ;)
¡Qué bonito es vivir con los ojos cerrados!
ResponderEliminarUn gran relato que nos deja una enseñanza, no esperemos a estar con cuidados paliativos para hacer lo que nos gusta, para disfrutar de la vida, para escribir relatos escuchando el sonido del mar o haciendo lo que a cada uno le llene la vida.
Es una lástima que precisamente aprendamos a disfrutar de la vida cuando se nos va de las manos.
Grandísimo relato con sello personal de La Marca Amarilla, como siempre, dejando marca, felicidades.
Y aprovecho para decir que este mes de febrero esta dejando unos relatos de quitarse el sombrero, qué maravilla.
Malu.
Pues sí, Malu!! No esperemos más...
EliminarY bendito mes de febrero, me apiado del jurado! jejeje
Gracias por tu comentario!!! Un saludo!! ;)
Seguramente la compañía, los relatos y el mar son su mejor medicación.
ResponderEliminar(Aunque está muy bien que vayan a tomar también las pastillas).
Buena historia.
Un abrazo.
Sí, M.Carme, no hay que descuidar nada!! jejeje
EliminarGracias por tu comentario!!!
Un saludo! ;)
Carpe diem con mar de fondo. Me gustó tu relato. Saludos.
ResponderEliminarGracias, Miguel!!
EliminarHay que disfrutar de la vida!!! ;)
Un saludo!!!
Un relato de primera marca (supongo que no soy el primero que te dice algo así, jaja), y no de las blancas, claro está.
ResponderEliminarEnhorabuena, Marca. Siempre que dudo de la importancia que pueda tener este entretenimiento nuestro, aparece algo como tu relato y dejo mis dudas para otra ocasión.
Un abrazo.
Por supuesto que hay que dejar las dudas!! Jajaja
EliminarGracias por tu comentario, Enrique!!!
Un saludo!!;-)
Bien, pues, tres Hurras por esos cuidados paliativos.
ResponderEliminar¡Hip, hip, Hurra!
¡Hip, hip, Hurra!
¡Hip, hip, Hurra!
Saludos cordiales, Miguel Ángel.
Saludos cordiales, Carles!
EliminarJejeje
Gracias!!