El ciclo de la fantasía
Había una vez un cuento que relataba las fantasías de los niños para acostar a sus personajes, cimentaba leyendas con juegos y acababa arropándolos entre sus páginas cerradas. Así, en impaciente duermevela, aguardaban inquietos el amanecer de unos ojos por los que deslizarse hacia los infantiles lienzos de la imaginación.
Para que la semilla de la fantasía germine es necesaria tierra fértil. Por fortuna, es bien sabido que los niños cuidan mejor que nosostros los adultos el tesoro de la imaginación. Alguien dijo: «Al crecer derribamos puentes con nosotros mismos».
ResponderEliminarFabuloso, además literalmente, Antonio.
Un abrazo.
Vicente
Gracias por tu comentario, Vicente. Afortunadamente, creo que no todos los puentes son derribados y a veces aún podemos comunicarnos con nuestro yo de ayer.
EliminarUn abrazo.
Antonio, FANTÁSTICO, con mayúsculas.
ResponderEliminarEl cuento desde el punto de vista de los personajes del mismo, esperando unos ojos para ser leídos, y llegar a la imaginación. Esa frase final es una obra de arte: "deslizarse hacia los infantiles lienzos de la imaginación". Es buenísimo este ciclo de la fantasía que va de cabeza a mí libreta de relatos favorito.
Antonio, ¡muy grande! ¡Enhorabuena!
Un abrazo.
Pablo.
Pues es un honor para mí quedar arropado entre las tapas de tu libreta, querido Pablo. Pocos sitios mejores que un lugar donde abunda la imaginación.
EliminarMil gracias. Un abrazo.
Ya han dicho "fabuloso" y "maravilloso", y yo le copio a Pablo las mayúsculas y te diré que este Ciclo de la fantasía es MARAVILLOSO, bonito desde la primera letra hasta la última y me quedo con esos ojos para deslizarse ... Precioso.
ResponderEliminarBeso grande Antonio.
Malu.
Gracias Malu, muchísimas gracias por la consideración que siempre tienes conmigo. Como ya te he dicho, tengo mucha suerte de que una me leas, tenemos mucha suerte de que escribas.
EliminarUn gran abrazo.
Antonio genial relato, cuentas un cuento pero desde el otro lado, bajo las sensaciones que vive el libro de cuentos. Ese esperar a ser leído con la imaginación de un niño me encanta.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho Antonio.
Un abrazo.
Los niños son las puertas de la imaginación que demasiados dan por cerradas al crecer, y así nos va.
EliminarMe alegro mucho de que te haya gustado, campeón. Un abrazo.
MÁGICO. La primera frase es magistral. Y todo el relato, entero y verdadero. ¡Es precioso!
ResponderEliminarY colorín colorado, este comentario se ha acabado, con las plumas de mi sombrero ondeando al compás de la mazurca que estoy bailando en tu honor.
Un abrazo inmenso.
Permíteme que me suba al compás de esa mazurca, me agarre a ti y te devuelva el abrazo al ritmo del subidón por tu comentario, aunque tus plumas me hagan cosquillas. Colorín no sé, pero colorado sí me has dejado con tus palabras.
EliminarUn fuerte abrazo.
Me parece que acabas de desvelar algunos de tus grandes secretos, Antonio:
ResponderEliminarUno podría ser que hay unos pequeños seres rondando por tu cama al amanecer que esperan ansiosos a que abras los ojos para colarse en tu fértil imaginación, hundirse hasta las rodillas en ella y recoger a paladas cachos de aquí y de allá hasta tener las carretillas llenas. Ahítos de gozo, estos diminutos le entregan el material a los minúsculos amanuenses que esperan bajo la cama y lo elaboran, condensan, diluyen, descolocan, ahora ponen arriba esto y lo otro, detrás y después lo voltean, lo agitan y ya está.
Más tarde, en el resplandor de la noche, salen a escena los menudos personajes a contarte lo que hubo una vez y tú aplaudes entusiasmado y, apenas sin darte cuenta, recoges una idea del final y aquella otra que se escurre entre las comas, y la que resbala por la página tres. Y te quedas dormido. Y los personajes se acuestan arropados por las páginas cerradas. Y los pequeños seres rondan por tu cama ansiosos esperando que abras los ojos y...
Otro de tus secretos es que ¡eres un niño! ¿o amigo íntimo de Peter Pan? Ahora mismo le escribo a Campanilla para que me cuente la verdad, porque no sé si lo sabes, pero a Campanilla le gusta mucho contar.
Ahora sólo nos falta saber cómo consigues plasmar tus fantasías en un lienzo con esa maestría tan grande. Bueno, tus fantasías y tus comentarios. Ya que que pones a contar...
Ya lo sabes, pero te lo repito: me encanta leerte.
Un beso
Vaya tela, Margarita. Me has colocado en el centro de un mundo fantástico, sobre una cama de hadas repleta de magia y de pequeños arquitectos de la imaginación.
EliminarEs una pasada de comentario. No sé que decir. Es abrumador y emocionante que una reina de la fantasía me dedique esta preciosidad. Sólo por ser el causante de componer este fascinante cuento, ha merecido la pena publicar este micro.
Muchísimas gracias, mi querida Margarita, por este trocito de nunca jamás. Y tú, nunca jamás dejes de escribir.
Un besazo y un fuerte abrazo.
Con el “Había una vez” como comienzo, ya paladea uno el sabor de las buenas historias, al igual que lo hace con un buen café, en el que el primer sorbo ya te trasporta a otro universo mejor y con más estímulos.
ResponderEliminarLuego, ya se mete uno de lleno en un trampantojo literario donde nada es lo que parece, y donde hay un círculo, no sé si vicioso o virtuoso –hay vicios que merece la pena tener- en el que son los niños quienes cuentan sus fantasías al cuento, y el cuento quien se las cuenta a los personajes que pululan por sus páginas para que se duerman.
O sea, es como si la imagen que se refleja en el río se hubiese convertido en la real y la real se hubiese convertido en la imagen del río. ¿En qué lado del espejo estamos? A esto tendrá que respondernos Alicia que en tales lides es mucho más sabia que cualquier lector.
Así que ya tenemos a esos personajes de cuento arropados y al libro con su páginas cerradas, pues se supone que la noche cae también sobre esos mundos de fantasía y que sus habitantes necesitan soñar. Pero no parece que ese sueño sea muy reparador, si es que los personajes de los cuentos necesitan sueños reparadores, pues están en un duermevela a la espera de que amanezca, de que llegue un nuevo día, de que aparezcan los niños y el milagro se repita hasta el infinito o, al menos, supongo, hasta que el mundo sea mundo.
Magnífico el microcuento en todos los sentidos, Antonio, retrotrayéndonos a la infancia y a los inicios de nuestras primeras fantasías. Mis felicitaciones y un saludo de fin de semana. Arrópame bien a esos niños y a esos cuentos para que no se resfríen.
Es un deleite constatar con que minuciosidad te introduces en las historias, no sólo en ésta, y leer cómo las paladeas y enriqueces con tu exuberante gama de sabores.
EliminarPara mí es un orgullo que hayas buceado con tanto acierto en mi historia, no sabes cuánto te lo agradezco.
Y, tranquilo, los niños y los cuentos siempre se han arropado mutuamente.
Un abrazo, Enrique.
¡Oooooh, Antonio! Esto es un relato escrito con polvo de hadas, o al menos de eso se han ido llenando los lienzos de mi corta imaginación desde que he empezado a leerlo. Un planteamiento fantástico, tremendamente original, desarrollado y narrado de un modo sublime, producto sin duda de una inmensa sensibilidad. Espero que obtengas todo el reconocimiento que esta obra de arte merece.
ResponderEliminarEnhorabuena y un fuerte abrazo.
Madre mía, Enrique, vais a conseguir que me quede de por vida con el colorado del final de los cuentos.
EliminarYa te agradezco que te pases a comentar, tú, una de las personas que más aprecio lo que escribe en esta isla de internet, pero que además me dediques estas palabras para mí es tremendamente ilusionante.
Me alegro muchísimo de que te haya gustado. Y créeme, con tu reconocimiento voy más que sobrado.
Un fuerte abrazo.
Antonio, una forma bellïsima de dar vida a los personajes de fantasía. Yo, si fuese uno de ellos también me gustaría vivir en la imaginación de un niño.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Enhorabuena,
Besos
¿Y quién te dice a ti que no eres uno de ellos? porque lo que es seguro es que aún eres una niña repleta de personajes.
EliminarGracias por tu comentario, Pilar.
Un Beso.
Sueño y realidad; personajes y niños en interacción; la fantasía que todo lo hace posible, que fomenta la imaginación, que vivifica en el mejor sentido a esos seres pequeños que son nuestro mayor tesoro. Un ciclo que no deberíamos perder nunca, pues tanto mejores seremos de adultos cuanto más hayamos conservado de esa época mágica dentro de nosotros. Tú debes tener bastante, a la vista de lo bien que has dibujado con palabras un estado tan difícil de describir, identificado con algo tan intangible pero real como la ilusión.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo no sé si tendré imaginación pero cuento ya te digo que sí. Tú lo has dicho, se trata de la historia de una interacción, de dar peso a los sueños y ligereza a la realidad. Tus comentarios son de una cirujana destreza, Ángel; sabes integrarlos tan bien en las historias que comentas que siempre las enriqueces. Me reconforta que te haya gustado el relato, es muy estimulante viniendo de un maestro.
EliminarMuchas gracias una vez más por dejarme tus palabras.
Un abrazo
Y ¿por qué no? En nuestro antropocentrismo, todo ocurre "para" los hombres, incluso la magia de la fantasía tiene como propósito entretenerlos. Pero, ¿y si fuera cómo propones? ¿Y si es nuestra capacidad de imaginar la que da vida en un sentido literal a los personajes de los cuentos? ¿y si el sentido último de nuestra existencia es alimentar a esos seres?
ResponderEliminarSi así fuera, mi apreciado Antonio, ya te habrías ganado con creces el título de filopersonájico mayor del reino.
Saludos cordiales.
Muy interesante tu reflexión, Carles. Nuestra imaginación contiene el poder de dar vida y a la vez es el recipiente donde ésta se desarrolla. ¿Qué son los cuentos si no el reflejo de nuestra capacidad de imaginar?.
EliminarMuchísimas gracias por tu comentario, para mí es una satisfacción cada vez que te pasas a comentar.
Fíjate que no tenía ese título que mencionas. Lo guardaré junto con el que ya tenía de 'cantamañanas oficial de la comarca'.
Una abrazo.
Una imaginación potente. Nunca se me hubiera ocurrido, que fueran los personajes los que nos leyeran a los niños. Muy ingenioso. Me gusta tu fantasía y como la has expresado.
ResponderEliminarUn beso.
Mil gracias por tus palabras Olga, es muy gratificante que te haya gustado.
EliminarUn beso.
Hermoso. Me encanta pensar que los cuentos tienen vida propia, así como sus personajes y no tengo dudas de que cada libro alcanza su mayor felicidad al encontrar a su lector: se completa, se realiza. Una joyita, Antonio. Felicitaciones
ResponderEliminarCierto, un libro no tiene sentido si no se lee. Yo siempre he creído que los libros son 'la otra vida', una que, además, es imperecedera en el tiempo, una especie de ADN cultural.
EliminarGracias Silvina. te agradezco que hayas dejado tu comentario.
Un saludo
Un ciclo que se retroalimenta entre sí; los cuentos no existirían sin la imaginación de los niños, y los niños la alimentan con sus personajes. Precioso y genial relato, Antonio. Un abrazo.
ResponderEliminarCuánto me alegro de que te haya gustado, Salvador. Muchas gracias por pasarte y compartir tus impresiones.
EliminarUn abrazo
Precioso relato, Antonio, lleno de magia y sensibilidad.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un beso grande.
Magia y sensibilidad, ahí es 'ná'. Gracias Sandra. Un besazo.
EliminarUn poético 50 lleno de imaginación. Donde los personajes esperan con impaciencia ser leídos por los más infantiles seres. Un mundo entre las tapas de un libro que cobra vida en cada linea al ser jugada y arropada.
ResponderEliminarToda una fantasía expresada en un maravilloso relato. Un lienzo narrado con gusto y con una gran maestría. Felicidades por ello Antonio.
Un beso.
Has captado la esencia del relato a la perfección, Belén. Es muy estimulante que este pequeño pedazo de fantasía te haya hecho pasarte por aquí y dejar tan halagadoras palabras. Gracias.
EliminarUn beso.
"Había una vez un cuento que relataba las fantasías de los niños para acostar a sus personajes...". Esta idea me parece muy sugerente, imaginativa, mágica y muchísimas cosas más. Imagino a esos personajes, que al mismo tiempo que provocan historias fantásticas en la imaginación de los niños, ellos perciben también las emociones de los niños, como en un continuo diálogo. Preciosísima idea y genialmente desarrollada, Antonio. Felicidades y un abrazo.
ResponderEliminarSugerente, imaginativa y mágica. ¿Qué más se puede pedir? Como bien dices se trata de eso, del diálogo de los niños y la imaginación. Ese flujo de fantasía nos mantiene fértiles y hace más soportable la, a menudo, gris realidad.
EliminarMil gracias, Juana.
Un abrazo.
¡Oh, qué ternura! Un cambio de rol en el que los cuentos hacen creer, soñar y anhelar con mágica ilusión a sus propios personajes de ficción, la lectura y la compañía de unos ojos infantiles. Precioso de verdad y narrado con una delicadeza extraordinaria. Felicidades, Antonio. Un beso.
ResponderEliminarEsa exclamación tuya lo dice todo, Matrioska. Es un privilegio haber podido llegarte al corazón, como así parece. La ilusión mueve montañas, como la que hace 'maldormir' a esos personajes, como la que me estimula después de leer tu comentario.
EliminarMuchas gracias. Un fuerte abrazo.
Precioso Antonio.
ResponderEliminarMuy original el enfoque, y como me gusta mucho la fantasía, me encanta esta visión "desde el otro lado", para tener todo el ciclo.
Además está lleno de expresiones que se degustan, como "arropar entre páginas cerradas" o "lienzos de la imaginación".
Me ha encantado.
Un abrazo.
Me alegra que te haya gustado. Carme. A mí me ha gustado mucho que hayas empleado la palabra degustar porque trato de que el camino que lleva al final de la historia tenga sus pequeños 'sabores'.
EliminarGracias por tu comentario y un abrazo.
Con un "¡¡soberbio relato!!" quiero dejarte manifiestamente claro, Antonio, de manera escueta, sí, pero no menos sincera, que tu historia me ha parecido fantástica (ya lo apuntas en el título), muy imaginativa, ficticia pero buscando la realidad, fabulosa, estupenda, maravillosa, espléndida y, ya termino, magnífica. Solo me queda decirte que va mi me gusta en este comentario y mi enhorabuena.
ResponderEliminarUn saludo muy cordial y nos seguimos leyendo.
Muchas gracias, muchísimas gracias josé Antonio. Tanto adjetivo resulta abrumador. Te agradezco la intensidad con la que siempre comentas mis relatos. Tengo mucha suerte de contar con tus visitas.
EliminarUn fuerte abrazo y, por supuesto, seguiré sin perderme ninguno de tus magníficos relatos.