El tiempo no pasa

La palmaria diferencia de edad que entre ambos existía parecía ser una barrera insalvable para amarse como deseaban. Cuando, como sin quererlo, ella le rozó con su frágil mano la suya, cargada de experiencia, notó cómo el tiempo se detenía repentinamente. Cumplen mañana, los dos a la par, 53 años.
Escrito por José Antonio Barrionuevo

20 comentarios :

  1. No estoy seguro de si has elegido la fecha a propósito, para que la diferencia de edad entre los dos personajes se iguale, al ser mañana 29 de febrero de este año bisiesto, y el de mayor edad sólo cumpla años cada cuatro. En todo caso, entre dos personas que realmente conectan, detalles como la edad, la estatura, el estatus social y otros muchos no deberían ser impedimento. Los demás que piensen lo que quieran. Siempre se ha dicho que el amor todo lo vence, con lo que el tiempo no afecta a dos que bien se quieren, lo bueno permanece, también los buenos textos como éste.
    Un abrazo, José Antonio

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  2. El roce de dos manos produce la magia, pero no haría falta, el amor no conoce de diferencias, si es verdadero no hace falta nada más.
    Sentimental y bello relato José Antonio, contado con precisión y dulzura.
    Me ha gustado mucho.
    Un abrazo enorme.

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  3. Jose Antonio, que bonito nos has contado un amor que derriba la barrera de la edad y que detiene el tiempo, hasta esperar que se igualen y cumplan a la vez. Bellísimo.
    Que sirva para que de una vez por todas desaparezcan los prejuicios y dejen que el amor tenga la libertad de elegir a quién se ama...
    Enhorabuena!
    Besos

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  4. Dicen que el amor no tiene edad. Si así es, hay que prepararse para luchar, porque nunca faltarán quien los critiquen. Si él es mayor quizá le atraiga de ella la frescura y el deseo de contagiarse de tu juventud y para ella su edad represente seguridad, serenidad y experiencia.
    Me parece muy bonito que uno de ellos deje de cumplir años para esperar al otro.
    Un beso.

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  5. Parece que hubo un momento en que la muerte los separó, pero sólo físicamente. Rechazaron en vida que el tiempo fuera una barrera entre ellos; no iba a ser distinto con la irrupción de la muerte.
    Según mi interpretación, la idea de utilizar al tiempo como cómplice del deseo de estar juntos, dota a este relato de una ternura que empapa cada una de las palabras de esta extraordinaria historia de amor.
    Es un estupendo micro que no deja indiferente. Enhorabuena, José Antonio.
    Un abrazo.

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  6. La edad es un simple número que se debe cumplir desde dentro, sin mirar el frío calendario.
    Este amor ha salvado esa diferencia en el almanaque para igualar el sentimiento de dos personas, que se sienten como una. Excelente, mi querido José Antonio.
    Un fuerte abrazo.
    Pablo.

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  7. Ay, qué bonito. Si es que no hay arma que pueda competir con el amor verdadero...
    También me influye que estoy un poco chocha ya, para qué negarlo.
    A sus pies.

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  8. Tiene muchas lecturas tu relato(yo ya le he dedicado seis, creo), y entre ellas alguna tan distinta e interesante como la que ha hecho Bolant. Yo apuesto por eso que dicen de que la edad está en el espíritu (no sé de qué otro modo llamarlo), y que ese fuerte amor que los une ha obrado el milagro de convertirlos en una suerte de vasos comunicantes, lo que implicaría que antes de conocerse él fuera mayor aún de 53 y ella mucho menor (76 y 30, por ejemplo).
    Magnífico como siempre, amigo José Antonio.
    Va mi "me gusta mucho" y mi abrazo fuerte.

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  9. Un relato maravilloso, José Antonio. La imposibilidad de un amor no debería pasar por el calendario.
    Un beso grande.

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  10. Mucho se ha dicho de que cuando nos enamoramos el tiempo parece detenerse. Lo mismo sucede cuando contemplamos una obra maestra de la pintura, un edificio hermoso o una sublime sinfonía. «Abstraernos» de la escala temporal, como el personaje de tu maravilloso cuento, bien puede ser un requisito de la felicidad.
    Un gran abrazo, José Antonio.
    Vicente

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  11. No sé por qué me daba a mí en la nariz que tu micro del mes de febrero iba a ser romántico... Y debo añadir ..."¡Qué me gusta a mí todo lo romántico!"
    Me parece factible lo que propone Ángel y también lo que dicen Antonio y Enrique, sea como fuere, me gusta el amor entre las personas, da igual la diferencia de edad, el amor todo lo puede ... Y no sé por qué me he ido de repente a esa Carta a los Corintios 13 sobre el amor verdadero ...
    Nos has dejado, mi querido José Antonio, una historia que me ha encantado, eso unido a que soy muy fan de tus escritos, hace que este mes de febrero haya sido especialmente romántico.
    Te mando un beso grande.
    Malu.

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  12. El tiempo es una magnitud física, un estado emocional que el amor y la magia pueden cambiar. Me ha gustado mucho, José Antonio. Un abrazo.

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  13. Entiendo que al producirse ese roce de manos se desvanecieron todos los prejuicios y dudas que podrían generarse por la diferencia de edad. En mi casa hemos vivido muy bien esa experiencia, ya que mis padres se llevaban 19 años. Cuando se casaron, mi madre tenía 26 y mi padre 45. Mi madre, cuando le preguntaban al respecto, decía de mi padre que "era un otoñal muy seductor". La verdad es que les fue muy bien. Pues eso, que si el amor es verdadero, funciona. Muy bonito, José Antonio. Un abrazo.

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  14. Muy buen micro, José Antonio. Saludos.

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  15. Podría haber varias interpretaciones sobre el micro. Yo me decanto más porque los amantes no permiten que esa diferencia existente entre ambos, y que se refleja no solo en los años físicos sino también en su experiencia vital, les separe, y deciden vivir su amor sin que el tiempo les importe por lo que para ellos se ha parado. Creo que cualquier interpretación es buena para este bonito y emotivo micro. Un beso, José Antonio.

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  16. ¡Qué bonito es el amor! Y qué poco fácil es expresarlo con palabras que le hagan justicia a todos las emociones y revoltijos fisiológicos que le subyacen.
    Ese roce de manos es todo un proceso homeostático que no necesita más palabras. ¡Grande, José Antonio!
    Un cálido abrazo

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  17. Solo unas hojas de calendario y unos años no pueden luchar contra ese roce de las manos que son todo piel en los sentimientos. Romántico 50, una delicia leerte.
    Que maravilla José Antonio.
    Un beso grande.

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  18. Y que sea por muchos años más, tantos como relatos tuyos por leer, José Antonio.
    Abrazo.

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  19. ¡Qué bonito ese amor! Y qué bien explicado... El tiempo se detiene y de un soplido se diluye esa "importancia" de la diferencia - y ya están los dos en la misma edad.
    Conozco una pareja con más de 20 años de diferencia, y están estupendamente juntos.
    Un abrazo.

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  20. Muy queridos amigas y amigos cincuentistas:

    Antes de nada, pediros humildemente de todo corazón vuestro perdón por mi enorme falta de consideración hacia cada uno de vosotros y vosotras por no haberos dado respuesta individual, como se merecéis y acostumbro. La falta de tiempo en las últimas fechas y el ir aplazando de hoy para mañana, y así desde hace ya bastantes días, esa respuesta a vuestros comentarios, me ha hecho decidir finalmente daros una respuesta conjunta y que de hoy, además, no pasara. Hubiera deseado que el tiempo se detuviese, como en mi modesta historia, pero aquí no hay roce de manos aunque sí muchísimo cariño.
    Agradezco vuestras más que amables palabras y vuestras interpretaciones sobre mi última aportación a esta fantástica página que día a día crece en microrrelatistas y, sobre todo, en calidad literaria. Son siempre vuestros comentarios, como espero que sean los míos, el acicate que necesitamos para extraer de nuestras vivencias, de nuestra vida, de nuestra imaginación (unos y unas más que otros y otras) esas historias que encandilan los ojos lectores de todos los que de una forma u otra integramos la familia de Cincuenta palabras.
    Por lo tanto, os confieso mi más sincera admiración y gratitud. Y como suelo dejar escrito, va mi me gusta por cada uno de esos comentarios que me dejasteis hace ya tantos días.
    También os quiero decir que mi historia nace de un verso de Pablo Neruda: "(...) te toqué y se detuvo mi vida (...)" (reconozco así mi falta de originalidad), extraído del soneto XXII de su poemario "Cien sonetos de amor", que íntegro dice:

    Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo,
    sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura,
    en regiones contrarias, en un mediodía quemante:
    eras sólo el aroma de los cereales que amo.

    Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa
    en Angol, a la luz de la luna de Junio,
    o eras tú la cintura de aquella guitarra
    que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido.

    Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria.
    En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato.
    Pero yo ya sabía cómo era. De pronto

    mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida:
    frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas.
    Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.

    Os reitero mi gratitud, para finalizar, Ángel, Javier, Pilar, Olga, Antonio, Pablo, Patricia, Enrique, Sandra, Vicente, Malu, Salvado, Juana, Miguel, Matrioska, Margarita, María Belén, Carles y M. Carme. Y como también suelo decir últimamente, nos seguimos leyendo.

    Un abrazo a todos y a todas, amigos y amigas cincuentistas.

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