Encrucijada
Caminábamos en silencio. Nunca fue nuestro fuerte la conversación. Al cruzar fugazmente nuestras miradas, sentíamos un interés desmedido por ver cómo nuestros pies cumplían con el cometido de llevarnos a ninguna parte.
En el sendero otoñal y gris dejamos marchitar nuestras ilusiones tempranas. El próximo cruce de caminos será decisivo.
En el sendero otoñal y gris dejamos marchitar nuestras ilusiones tempranas. El próximo cruce de caminos será decisivo.
¿Separarse o seguir juntos por el camino?
ResponderEliminarUn relato lleno de la belleza de lo íntimo. Un andar que puede incluir el último, o tal vez el primero de muchos pasos.
Muy bonito, Rafael.
Saludos.
Una pareja que se plantea si deben seguir unidos o, por el contrario, caminar cada uno por su lado, cansados quizá de la rutina y puede que tocados por el aguijón del desamor. Caben dos opciones: añadir nuevo brío a sus andares, o plegar velas en busca de caminos perpendiculares. En todo caso, está claro que se acercan a la encrucijada del título. Un relato sensible y posible.
ResponderEliminarUn abrazo, Rafael
Qué triste, pero qué adentro me ha llegado...
ResponderEliminarDicen que el sendero invernal está lleno de recodos sorprendentes. Dejemos que sigan el camino que les aconseje su instinto y crucemos los dedos.
Voy a hacerme un caldo de gallina para cenar. Cosas mías, no te preocupes.
Un beso.
Una pareja que se plantea que hacer con su relación, el aburrimiento está acabando con ellos.
ResponderEliminarBuen relato Rafael, me ha gustado.
Un abrazo.
Rafael, has contado de forma preciosa el cansancio y el hastío en una pareja. Espero que tomen la decisión adecuada cuando lleguen a la encrucijada.
ResponderEliminarEnhorabuena!
Besos
Con unas bellas metáforas nos has hecho un cincuenta de una vida en pareja que se va desgastando. Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pablo
El hastío de la vida de esta pareja los lleva inexorablemente a la toma de una decisión. Con qué maravillosa prosa poética está contado. Casi oigo sus pasos sobre la hojarasca. Enhorabuena, Rafael.
ResponderEliminarUn micro muy intimista con un poso de tristeza y, tal vez, de esperanza. Sus pasos serán los que marquen el camino a seguir. Muy bellamente narrado, Rafael, felicidades. Un beso.
ResponderEliminarSea lo que sea aquello que decidan, que les vaya bien. A veces las cosas caen por sí solas como las hojas de los árboles en otoño. Bonito de verdad, Rafa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, gracias, gracias....sois generosos hasta más no poder....Un saludo
ResponderEliminarUn relato impregnado de una melancolía crepuscular, como las hojas marchitas de los árboles que alfombran los bosques en otoño.
ResponderEliminarSaludos cordiales
¡Qué delicado! Me encanta.
ResponderEliminarUn saludo, Rafael