Homo homostático
Repartí porque no tenían. Les di porque me lo pedían. Dos docenas de claveles por su cumpleaños. Le cambié mi día libre al malaje de la oficina para que fuese a la piscina con su querida. Sociología mínima, o lo que yo llamo: homo homostático.
Firmado: San Martín de Tours.
Firmado: San Martín de Tours.
Hola, Dipandra.
ResponderEliminarVeo que no tienes ningún comentario. ¿Es posible que sea porque no entendemos bien tu relato? Lo pongo a modo de pregunta, porque este es mi caso, no tiene porqué ser el del resto de compañeros.
No comprendo que tiene que ver el Santo, con los claveles, el hacerle un favor a un compañero, que como parece que dices que es como un autómata o una persona demasiado estable...
Ya nos contarás. Un beso.
Ahí estamos, sumergidos en un proceso de regulación constante que nos mantiene en el nivel adecuado de sociabilidad, aunque a veces me entran unas ganas de entrar en estado de descomposición y... pero vamos a dejarlo y a recuperar el equilibrio.
ResponderEliminarSaludos, Dipandra
Hola Dipandra,yo la verdad estoy como Olga.
ResponderEliminarUn abrazo y que tengas buena semana.
Creo entender que lo que subyace en el microcuento es el abuso que la gente hace de las buenas personas y, así mismo, una crítica sobre la debilidad de carácter.
ResponderEliminarEl narrador, trata de justificar su modus operandi en sociedad, es decir, reparte de lo suyo entre los demás porque están necesitados y da porque le piden -y lo de pedir es algo que el común de los mortales utiliza de maravilla, tal es así que existe esa máxima que dice que contra el vicio de pedir la virtud de no dar-, pero, en ese aspecto, se muestra pusilánime ante los abusos de los caraduras, lo cual, lo trata con unas pinceladas de ironía: el regalo de esos claveles a alguien que, quizás, no se los merecía; y sobre todo, con lo de cambiarle el día libre al malaje de la oficina para que vaya a la piscina con su querida. O sea, hacerle un favor a un jeta que, además, engaña a su mujer. Aquí el narrador entra ya de lleno en la autocrítica y se llama a sí mismo idiota por ceder sus derechos a alguien que en absoluto lo merece.
El colofón del microcuento es la firma: San Martín de Tours, el santo cuya anécdota más famosa es que partió su capa por la mitad para dársela a un pobre. Lo cual es rubricar esa autocrítica y esa crítica hacia la sociedad. Es decir, bien está la caridad, bien está hacer favores, pero dejar que la gente abuse de ti ya es debilidad y el que te impongan siempre la ley del embudo clama al cielo.
También el título es una referencia más al tema del microcuento: bien está que haya una autorregulación de favores dentro de la sociedad, que unos nos ayudemos a otros, que cada cual intente ser lo mejor posible, pero contra mayor sea el número de individuos actúen sólo por su propio interés, mayor es el peligro de que el sistema se desequilibre y se colapse.
Muy elaborado el microcuento y con un tema que da mucho de sí, un tema con el que uno lucha cada día para desvelarse a sí mismo si es justo con los demás, o si se ha dejado llevar por el egoísmo, la ira, la envidia, o cualquier otra de las ‘virtudes’ que nos adornan; pero también, el de tener la inteligencia y el carácter suficientes para decirle no a quien quiere engañarnos y abusar de nosotros.
Mi enhorabuena, y un saludo afectuoso.
Gracias Enrique Ángulo por tu explicación. Pues antes de comprender al 100% que tu relato iba sobre ser asertivo pasivo, ya había captado mi atención y me gustaba. Debe ser que además de contenido, tu micro tiene cierta musicalidad.
ResponderEliminarUn saludo Dipandra.