Interrupción
—En la inmensidad de la oscuridad aparecerá una pequeña luz que iluminará el estrecho camino que me llevará a la puerta que accederá fácilmente para recibir el premio al mejor...
—Papi, deja ya de soñar tonterías y acompáñame a la puerta del baño que tengo miedo de hacer pipí solo.
—Papi, deja ya de soñar tonterías y acompáñame a la puerta del baño que tengo miedo de hacer pipí solo.
Antonio, el padre se ha quedado paralizado cuando rozaba con los dedos el Oscar. Me he imaginado a Leonardo Di Caprio en pleno éxtasis tras tantas nominaciones sin éxito. Quizá mañana lo consiga.
ResponderEliminarUn abrazo. Me ha gustado tu relato.
Pablo.
Antonio, siempre nos quedarán los sueños aunque luego haya que volver a la realidad...
ResponderEliminarBuen relato.
Besos
Lástima nos hemos quedado sin saber que premio le iban a dar. Pero bueno siempre ganará el premio al mejor padre.
ResponderEliminarBuen relato Antonio.
Un abrazo.
...al mejor padre, que se levanta a unas horas intempestivas para acompañar a su hijo al cuarto de baño. Es verdad que habría que darles un premio.
ResponderEliminarMe gusta como lo expresa el padre. Besos, Antonio.
Tener aspiraciones, no cerrar la puerta a nada es natural al ser humano, algo que ha hecho posible, desde lo abstracto, materializar grandes logros. Una cualidad que nos acompaña y que no es incompatible con valorar lo que tenemos. Un hijo que nos necesita también es un premio, aunque a veces parezca que interrumpe nuestros sueños.
ResponderEliminarUn saludo
Tal vez ambas puertas son la misma, la luz, la del pasillo y el premio sea para el mejor padre.
ResponderEliminarMuy bonito, Antonio.
Saludos.
Gracias a todo/as por los comentarios. He leído vuestros micros y puedo decir que son magníficos, propios de unos experto/as en la materia. Saludos desde Uganda. Antonio Ortuño
ResponderEliminarSon muchas las interrupciones para los padres, que justo cuando estamos haciendo algo interesante, aparecen los hijos pidiendo algo de lo más absurdo o no tanto. Mi lectura es que no debemos desaprovechar ni un solo momento con estos pequeños que nos interrumpen tanto, ya que dentro de no muchos años, aquellas interrupciones nos sabrán a gloria.
ResponderEliminarUn beso Antonio, hasta Uganda.
Malu.
Ese sufrido y desvelado padre se merece mi me gusta, modesto pero a la par sincero (es el premio que le puedo otorgar). Y ese niño meón debería dejar que su padre siguiera soñando, tonterías o no, y que aprendiera ya a ir al cuarto de baño solo, sin necesidad de compañía y sin interrumpirles a los demás sus fantasías nocturnas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Antonio.