La fiesta
Después de la fiesta la casa parece un campo de batalla. Por pereza llamo a una empresa para que la limpien. Es cara, pero eficaz. Recogen botellas vacías, vasos sucios, restos de comida, colillas, se llevan el cadáver y pasan el aspirador. No pienso organizar ninguna más. Siempre acaban igual.
Menudas fiestas celebran, con cadáver incluido. Lo cuentas de una forma tan genial, que hasta recoger el cadáver pasa a ser algo habitual, sin importancia.
ResponderEliminarBuen relato, me ha gustado mucho.
Un abrazo.
Gracias, Javier. Sí, son unas fiestas un tanto peculiares vistas las consecuencias. Pero a todo se acostumbra uno.
EliminarUn abrazo.
Ja, ja. Puro Pulp Fiction...
ResponderEliminarParece un negocio en auge, ja, ja.
EliminarGracias por el comentario, Patricia.
Un abrazo.
Lo que más me gusta de este relato es el detalle tan demoledor que esconde entre un conjunto de circunstancias aparentemente simples, que de una forma sutil e instantánea, cambia la perspectiva del relato y te despliega la imaginación como un abanico.
ResponderEliminarUn relato que parece sencillo por bien contado. Enhorabuena.
Saludos.
Gracias por el comentario, Antonio. Esa era la idea. Cambiar de golpe la perspectiva del lector tratando de no perder la "normalidad". Me alegra haberlo conseguido.
EliminarUn abrazo.
Ya lo decían los romanos: Post festum, pestum.
ResponderEliminarBuena relato, Cadillac.
Cualquier día hago otro micro para ilustrar la segunda parte de la cita latina, ja, ja. Si se me ocurre algo, prometo dedicártelo. Gracias por el comentario, Carles.
EliminarUn abrazo.
El cadáver sólo es uno más de los restos a limpiar por una empresa que no hace preguntas, al final de una fiesta salvaje. La clave es que su inserción en el relato parezca una simple rutina, lo que le confiere un toque fino de humor negro y añade estilo.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias por el comentario, Ángel. El humor negro parece que funciona muy bien en los relatos cortos, casi tan bien como las empresas que no hacen preguntas.
EliminarUn abrazo.
Cadillac, en tu micro todo parece tener una naturalidad cotidiana, incluso el cadaver...
ResponderEliminarMuy buen detalle al describirlo con sencillez.
Enhorabuena!
Besos
Muchas gracias por el comentario, Pilar.
EliminarUn abrazo.
¡Qué bueno!
ResponderEliminar¡Gracias, Margarita!
EliminarUn abrazo.
Esos servicios de limpieza son los mejores, con diferencia. Y pasa por invitar a gente que... no son exactamente amigos.
ResponderEliminarPero mira: un asunto menos!!
Aunque son caros, resultan muy cómodos a la larga. Esa idea de invitar a una fiesta no solo a tus amigos... habrá que estudiarla. Gracias por el comentario, Luisa.
EliminarUn abrazo.
Cuando se desbarra una fiesta nunca se sabe que puede llegar a recoger al día siguiente. Divertido y desenfadado 50.
ResponderEliminarGenial. brazos.
Es que hay algunas fiestas... ¡si yo te contara! Gracias por el comentario, Mª Belén.
EliminarUn abrazo.
Cadillac, ya era bueno el relato desde el principio pero al incluir el cadáver, ha subido de nivel. Magnífico.
ResponderEliminarUn abrazo.
Parece mentira, pero mira que dan juego los cadáveres en los relatos. Gracias por tu comentario, Pablo.
EliminarUn abrazo.
Son un poco salvajes tus fiestas ¿no? No me extraña que no quieras realizar más. Estupendo micro. un abrazo. Gloria
ResponderEliminarBueno, hay días y días. Pero, sí, creo que será mejor no organizar más. Gracias por tu comentario, Gloria.
EliminarUn abrazo.
¡Excelente tu micro, Cadillac! ¡Menudas fiestas que organizas! ¡Y además, por lo narrado, todas acaban igual! Solo una cuestión (que no es de orden): ¿El cadáver llegó a los postres o estaba desde el inicio del sarao? ;)
ResponderEliminarVa mi me gusta y con este mi sincero reconocimiento por estas espléndidas cincuenta palabras (más las dos del título).
¡Enhorabuena y un abrazo!
¡Muchas gracias, José Antonio! Pero no voy a organizar más fiestas, ya lo sabes. Los saraos siempre empiezan con todos bien vivos. Luego se nos va todo de las manos. Como siempre.
EliminarUn abrazo.
Si van a recoger los de la empresa de siempre, no hay problema, seguro que van preparados con bolsas de las grandes. Me ha gustado la sutileza con la que nos has plantado un cadáver en una escena en la que no debería aparecer. Felicidades por el micro, Cadillac. Un beso.
ResponderEliminarLa empresa está preparada para todo. Por eso es tan cara, pero eficaz. Muchas gracias por tu comentario, Matrioska.
EliminarUn abrazo.
Que fiestas tan intensas!! Espero que no todas acaben igual.
ResponderEliminarUn beso.
Ese es el problema, Olga, que todas acaban igual... o ¡peor! ¡Y da una pereza recoger...
EliminarMuchas gracias por pasarte por aquí y comentar.
Un abrazo.
Cincuenta palabras que se quedan en la memoria en forma de imágenes, al tiempo que transmiten una idea de total decadencia, y de un buen sentido del humor... negro, por supuesto.
ResponderEliminarMe ha gustado, Cadillac. Un abrazo.
Hola, Enrique, y muchas gracias por tu comentario. Me gusta cómo has visto el micro, con imágenes y con esa idea que te transmite de decadencia y humor negro.
EliminarUn abrazo.
Ya me invitaras a alguna fiesta de esas la marca amarilla. Yo soy muy del lema:"Sexo, drogas y rock and roll "
ResponderEliminarUn abrazo y suerte finalista
Va a ser difícil que organice más fiestas, pero si me vuelvo a animar, quedas invitada, por supuesto. Preparo una con tu lema, y a vivir, que son dos días. Ten cuidado de todas formas, no vayas a ser tú la "elegida".
EliminarUn abrazo, y muchas gracias por comentar y tus deseos.
Fantástico! Como han dicho antes, todo muy "Pulp Fiction".
ResponderEliminarEl cadáver como un "deshecho" más producto de los excesos de la noche, pero bueno, como siempre acaban igual no es novedad. (Me los imagino girando al muerto diciendo "y quién es esta vez?" ;-)
Un abrazo.
Muchas gracias por el comentario, M. Carme. Lo importante en estas fiestas es poder preguntar ¿quién es esta vez? Es una buena señal: por lo menos uno sabe que puede acudir a la siguiente.
EliminarUn abrazo.