La guerra y el subcomandante
El subcomandante nos reunió en el claro y a voz en grito nos dijo que aquella guerra acabaría si cada uno de nosotros mataba a un enemigo. Lo repitió una y otra vez hasta que logró convencerme. Levanté mi fusil y le disparé al subcomandante.
La guerra acabó para mí.
La guerra acabó para mí.
Buen relato Juan Pedro, con un final que sorprende.
ResponderEliminarEl soldado tuvo una manera especial de terminar la guerra, aunque imagino que no los problemas.
Un saludo Juan Pedro.
Juan Pedro, se me olvidó, bienvenido a 50palabras.
ResponderEliminarJuan Pedro bienvenido a la familia cincuentista.
ResponderEliminarHas dejado muy claro quién era su enemigo.
Buen relato!
Enhorabuena!
Besos
Muy bueno. Me gusta el mensaje y la forma. Enhorabuena
ResponderEliminarMuy bueno Juan Pedro. No son las guerras, sino los hombres que intervienen en ellas, y creo entender con tu relato que, hasta el soldado más raso, tiene la capacidad de decidir hacia dónde apunta con su fusil.
ResponderEliminarBrillante forma de recrear tan difícil reflexión. Enhorabuena.
Saludos y bienvenido.
Como dice el manual de instrucciones de un extintor:
ResponderEliminar«Es necesario dirigir el chorro a la base de las llamas». En este caso, el soldado ha decidido terminar la guerra desde su origen.
Muy bueno, Pedro.
Saludos.
Si hubieren más soldados decididos como él, las guerras serían menos dolorosas, pues, el soldado supo a quien apuntarle y soltar la bala.
ResponderEliminarMe encanta!
Un abrazo.
Realmente me parece un relato lleno de ingenio con un final muy bueno. Un soldado que obedeció a su superior.
ResponderEliminarEn cuanto a cómo está escrito, me parece impecable tu forma de narrar.
Bienvenido y que vengan muchos más tan buenos como este.
Un abrazo, Juan.
Pablo.
La guerra acabó para ambos, para el subcomandante y para el soldado, al que seguro que no dudaron en acribillar sus propios compañeros. Disparar siempre tiene consecuencias. Lo mejor sería negarse en masa a empuñar un fusil, aunque suene a utopía.
ResponderEliminarUn saludo y bienvenido
Un relato que apunta con tino al origen de las guerras. Otra cuestión es cómo evitarlas. Muy bien contado, Juan. Un abrazo de bienvenida.
ResponderEliminarUn relato redondo.
ResponderEliminarMuy buen relato que recoge la rebelión por parte del soldado. Bienvenido a la familia. Un abrazo de Gloria
ResponderEliminarEn el infierno de los subcomandantes habrá un arrepentido más.
ResponderEliminarBuena denuncia de la guerra, Juan Pedro. Y bienvenido.
En primer lugar, mi bienvenida a la familia cincuentista, Juan Pedro. Espero que te sientas a gusto y nos regales nuevas historias. Y luego, reconocerte que tu relato me parece sencillamente genial y espléndidamente narrado. Las órdenes están para cumplirlas y el soldado fue disciplinado y obediente ante un superior. Pero su manera de actuar, seguramente, tuvo algunas consecuencias. Esa frase final nos deja que intuyamos algo sobre lo que pudo suceder tras acatar la orden dada.
ResponderEliminarVa mi me gusta y mi enhorabuena.
Un abrazo, que espero que no sea el último.
Excelente, Juan. Aplaudo de pie.
ResponderEliminarUn beso.
Genial sorpresa final. Bueno, genial micro todo él. Al subcomandante le salieron mal las cosas. ¿Cómo iba a esperar que uno de sus subordinados lo considerase un enemigo? Entiendo al soldado, seguro que a los del bando contrario no los conocía de nada, por tanto no le habían dado motivos para considerarlos enemigos; en cambio el subcomandante, está claro que sí. Un tiro muy certero y un micro muy acertado. Felicidades y bienvenido, Juan Pedro.
ResponderEliminarCon las primeras palabras ya nos pones en situación y nos haces sentir ese estado de ansiedad y excitación que vive tu protagonista y que justifica su acción. La última frase es la guinda de este magnífico micro. Felicidades, Juan Pedro, y bienvenido. Un saludo.
ResponderEliminarTu relato me recuerda mucho a otro que creo haber leído en "El mundo en cincuenta palabras", aunque no exactamente igual, claro.
ResponderEliminarSaludos
Es cierto. A veces los que se merecen el tiro, son los que empiezan las guerras, los que nos obligan a matar para sobrevivir.
ResponderEliminarMuy bueno, me ha gustado mucho.
Un beso.