Los otros
Desde hace días sueñas con la estación de tren donde te abandonamos. Algo falló después del accidente. Hoy te quedas mirando con otros ojos, atrapado en la cama del hospital, mientras nos alejamos con la promesa de volver para despertarte, en este planeta donde unos seres nos sueñan cada noche.
Buen relato Miguel.
ResponderEliminarEstá claro que no era el momento del protagonista para abandonar este mundo.
Saludos.
El destino es el destino, si no está tu hora, hagan lo que hagan contigo, no servirá de nada.
ResponderEliminarLo has expresado con claridad.
Suerte, Miguel
Al terminar de leer este relato sólo queda una acción, aplaudir, y celebrar que uno puede sumergirse en tu escenografía. El sueño de la vida y la muerte se entrelazan.
ResponderEliminarMuy bien.
Todo puede cambiar en un momento. Una persona puede pasar de una dimensión a otra, o quedar atrapada entre dos mundos, ni dormido ni despierto, en un coma entre la vida y la muerte, un espacio onírico que igual podría ser lo que se conoce como purgatorio, con sus propios pobladores.
ResponderEliminarUn saludo, Miguel
El título ya es de por sí una declaración de lo que nos espera en el relato. Magníficamente expresado lo que tu imaginación ha creado.
ResponderEliminarMe ha gustado, Miguel.
Un abrazo.
Miguel hasta en el momento de abandonar este mundo se producen errores. Tendrá que seguir esperando tu protagonista.
ResponderEliminarBien contado.
Besos
Gracias, Javier. Nunca es el momento, no?, aunque el micro, creo, admite otras interpretaciones. Un saludo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Totalmente de acuerdo, pero esos "otros", digamos, fantasmales, están ahí y regresan cada noche, en los sueños. Y el protagonista se quedó atrapado ahí, precisamente. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ricardo, veo que has echo una interpretación que se ajusta a lo que quería hacer en este micro. Sueño, vida, otra dimensión, seres desnortados en este planeta, objeto de nuestros sueños. Bueno, por ahí, creo, va la cosa. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Ángel, siempre aciertas con tus comentarios. Sí, el protagonista queda atrapado en esa cama, en ese limbo del sueño y la vigilia. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Pablo. Bueno, el título podría recordar a Amenábar y dudé en cambiarlo, pero creo que ayuda a volver sobre el micro y entender su naturaleza fantástica. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Pilar. Esperemos que en la próxima cometa menos y sufra menos cárcel del sueño. Saludos.
ResponderEliminarCreo que es una de las peores cosas que te puedan pasar, el quedarte atrapado entre el "más allá" y el "más acá".
ResponderEliminarMuy bien narrado.
Un beso, Miguel.
Enigmático relato, Miguel. ¿Abandono? ¿accidente? ¿promesas? ¿Mundos de sueños ajenos?
ResponderEliminarDesde luego, da que pensar.
Saludos cordiales
Me gusta el título que has escogido y el planteamiento que encierra: probablemente algunos difuntos soñaran que “los otros” (los vivos) son los que están muertos. Buen micro, buena historia.
ResponderEliminarSaludos.
Unos y otros separados por una línea tan difusa que no se sabe quién es quién.
ResponderEliminarSaludos, Miguel
De entrada veo una referencia a la película de Amenábar, y no sólo en el título. En el microcuento hay dos mundos, el del narrador y sus desconocidos acompañantes que abandonaron al personaje que está atrapado en la cama de un hospital, y el mundo donde hay unos seres que sueñan el mundo de los protagonistas del microcuento.
ResponderEliminarPor cierto, ¿cómo sabe el narrador que existe ese mundo? El personaje que fue abandonado en una estación, ¿lo fue para que un tren lo atropellara? ¿Consistió el fallo de después del accidente en que ese personaje no murió?
Entre los personajes del microcuento hay una relación, pues el narrador dice que les mira con otros ojos, es decir, que ya los conocía de antes. ¿Por qué prometen volver para despertarle si es que de verdad querían su muerte?
En fin, veo muchas interpretaciones posibles, muchas fronteras entre relaciones humanas complejas, sueño y realidad, muerte y vida, mundos paralelos y quizá alguna cosa más que se me ha escapado.
Magnífico y laberíntico entramado el que has organizado con sólo cincuenta palabras, Miguel, enhorabuena.
Un alma a caballo entre una vida, que ya no es tal, y una muerte que, parece, no termina de llegar a esa cama de hospital. Un cuerpo abandonado a su suerte, a la espera de que esos otros dejen de soñarlo para que, por fin, pueda marcharse a otros mundos.
ResponderEliminarVa mi me gusta por lo bien narrado que está y porque puede interpretarse de muy diferentes maneras (seguro que la mía es la menos acertada).
¡Enhorabuena, Miguel! Un saludo.
Muy buen micro, Miguel, me gustan especialmente las imágenes imprecisas que creas, como el abandono tras el accidente, o esa promesa de volver para despertarle. Me ha gustado mucho. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, Olga, por tu comentario. La verdad es que me interesa siempre lo onírico, el mundo de los sueños que se vierte en la realidad, todo lo que nos parece tan real del otro lado. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, Carles. Me interesaba crear un atmósfera y tal vez de ahí la ambigüedad del micro, que es intencionada. Lo no explicado alimenta la imaginación. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, Beto, tu interpretación es posible, aunque ya digo que me importaba sobre todo crear una atmósfera, un ambiente para el micro, más que la anécdota, que se reduce tal vez a un accidente y un coma hospitalario. Saludos.
ResponderEliminarMuy acertado tu comentario, Margarita. Sí, vivimos desde lo racional y parece que tenemos clara esa frontera, esa línea que en el micro, como tú dices bien, es difusa, y para mí, muy real. Saludos.
ResponderEliminarGracias, Enrique por tu comentario que sin destripar el micro ofrece alternativas posibles, bueno, sí, un poco todo eso que dices, pero mi intención era dejarlo deliberadamente oscuro, como en los sueños. Algo que recordamos con nitidez, pero muchos arrabales difusos, clarooscuros como en los sueños.
ResponderEliminarEl protagonista habla desde un nosotros, desde el mundo en que viven para habitar los sueños de otros. La idea, ya expresada por otros, de que alguien nos sueña, en fin, todo eso y mi intención fantasmal en el estilo. Saludos.
Gracias, José Antonio, la tuya es una interpretación tan buena como la mía, que no la tengo, porque el micro nace de una idea, el sueño de otro, el sueño de la vida y la muerte, y está apuntado ahí. Tal vez nos dejen esos otros con nuestros sueños cada noche, hasta que nos despierten definitivamente. Saludos.
ResponderEliminarGracias, Matrioska, ese era mi propósito, imágenes imprecisas como las de un sueño, con bordes de realidad. Saludos.
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