Matrículas de honor
El último mes de aquel curso conseguí sacar matrícula de honor en todas las asignaturas.
Junio, hace tres años.
Mis compañeras de clase me cambiaron el acento. Desde entonces fui Mari-á. Mi hermana menor nunca consiguió superarlo. Yo tampoco. En su carta de despedida escribió:
Epitafio: "En memoria de Mari-b".
Junio, hace tres años.
Mis compañeras de clase me cambiaron el acento. Desde entonces fui Mari-á. Mi hermana menor nunca consiguió superarlo. Yo tampoco. En su carta de despedida escribió:
Epitafio: "En memoria de Mari-b".
Los celos, el querer ser mejor que... no superarlo y luego un adiós, desaparecer, quitarse del medio.
ResponderEliminarMuy buen relato, me ha gustado mucho.
Un saludo.
Desgraciadamente vivimos en una sociedad en la que desde pequeñitos los padres enseñan a competir a los hijos para presumir ante otros padres jugando creando complejos de superioridad e inferioridad, tan malos unos como otros.
ResponderEliminarEsa competitividad es destructiva al final.
Buen relato. De los que hace meditar.
Un abrazo, Gil.
Relato ingenioso, para contarnos los celos entre hermanas.
ResponderEliminarMuy bueno el final de "En memoria de mari B"
Felicidades y suerte.
Un relato muy imaginativo sobre una de las mayores debilidades humanas. Su autor merece, sin duda, ingresar en el aula de excelencia.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo, Gil.
Soy de los que cree que cada persona dispone de una serie de aptitudes distintas a las de los demás y que, en principio, todos tendríamos la oportunidad de desarrollarlas y sobresalir a nuestra manera. El relato ejemplifica los nocivos efectos de la envidia.
ResponderEliminarMuy bueno, Gil.
Saludos.
Condenado mundo en el que todo es competencia. Si damos esa importancia a la "A" por ser la primera, qué será de la pobre "Z". Partir de un detalle minúsculo para plantear un tema tan complejo y profundo es un planteamiento original, como su autor.
ResponderEliminarUn abrazo doble (para repartir, ya sabes)
Como digo mas abajo ahora no tengo tiempo de entrar en el 50 por razones personales, pero siempre queda un hueco para darte la enhorabuena por quedar finalista con dos relatos. Ya se que tarde, pero la realidad es esa y a buen seguro que yo no llegare a tu altura aunque cambie de lápiz. ¡MUnabrazo de los dos.
EliminarMuy imaginativo, gráfico y triste este relato de envidia entre hermanas. Felicidades, Gil. Saludos a los dos.
ResponderEliminarEs un comentario especial porque no responde ala estructra de tres partes.
EliminarGracias.
Un abrazo de los dos
No es mi estilo, pero voy a hacer un comentario para todos dado que por razones personales no dispongo de tiempo.
ResponderEliminarEs supongo una cuestión puntual pero llevo varios dias. ME GUSTAN SOBRE TRODO LAS SEGUNDAS PARTES DE LOS COEMNTARIOS.
Estos suelen tener tres partes. Uno se comenta el tema, el segundo se hace un juicio de valor y en la tercera parte se dan las gracias y los saludos.
Me gusta la segunda parte.
Son muy buenos.
Un abrazo a todos, de los dos.
¡Que mala es la competitividad a veces! Una competitividad mal sana es una tentación en la que pueden incurrir con facilidad las familias. A veces son los mismos padres quienes transmiten una obsesión por las calificaciones, todo lo que no sea obtener unas buenas notas es vivido como un pequeño fracaso por el estudiante, y si además se les compara con sus hermanos o hermanas, peor.
ResponderEliminarPeliagudo tema el que has tocado. Muy bueno.
Un beso.
Ya lo dijo el poeta: lo que en otros no envidiaban... pero entre hermanos, la envidia se coagula, se espesa, y nacen caínes o se elige el suicidio, como la protagonista de tu micro. Enhorabuena y saludos.
ResponderEliminarUn relato que cuenta muy bien el problema de los celos entre hermanos.
ResponderEliminarBesos
Sobresaliente para el autor.
ResponderEliminarY un saludo.
Tener tan cerca el modelo a seguir no debe ser nada, nada fácil. Me gusta la historia y cómo nos la has contado. Un beso, Jose Marí-a. ;-)
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