Para Andrea y Aitana, mis hijas
De pequeña buscaba un trébol de cuatro hojas para así tener mucha suerte. Finalmente mi padre me regaló uno plastificado. Dijo: "Tú eres mi trébol de cuatro hojas". Al tiempo lo olvidé. Hoy sé que no lo necesito porque ustedes son la suerte de mi vida.
Ya lo entendí, papá.
Ya lo entendí, papá.
Preciosas las palabras de tú padre. Precioso el homenaje a tus hijas. Gran final. Tú padre supo explicarte el amor paternal o maternal a la perfección.
ResponderEliminarPablo.
Los hijos siempre son un trebol de la suerte.
ResponderEliminarSentimental y cariñoso relato Emma.
Buen relato.
Besos.
Emma, bonito relato, en el que queda reflejado lo importante que es, toda una suerte, la familia, sobre todo los hijos.
ResponderEliminarEnhorabuena!
Besos
No hay mayor suerte que esa. Un bello y emotivo micro, Emma. Un saludo.
ResponderEliminarEntrañable. Gracias por compartirlo, Emma.
ResponderEliminarMuy emotivo. La felicidad puede ser tan simple como se vea, la suerte es grande, sólo por el hecho de pertenecer a una familia.
ResponderEliminarFelicidades.
Enhorabuena, Emma, por este tierno relato y por saber apreciar lo que verdaderamente importa.
ResponderEliminarSaludos.
Muy emotivo este micro que ensalza la suerte de los que hemos tenido la posibilidad de ser padres. Saludos, Emma.
ResponderEliminarMuy bonito tu relato. A veces deseamos cosas, y no nos damos cuenta de que ya las tenemos.
ResponderEliminarUn beso.
Soy madre de dos niñas, las quiero más que a mi vida y claro que sí, es una suerte tenerlas en mi vida. Aunque haré una confesión, así en bajito ahora que no me oye nadie ... Hay días que las mandaba lejos, lejos, al campo con los tréboles ... Pero luego iría a buscarlas, ¿eh?
ResponderEliminarPrecioso relato Emma, bienvenida.
Malu.
El mejor trébol del mundo, muy bien descrito, Emma. Saludos.
ResponderEliminarSólo quería decirte que me ha parecido un relato preciso, Emma.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
¡¡¡¡Precioso!!!!!
ResponderEliminarHay sentimientos que vinculan sin que importe el tiempo transcurrido, por eso es importante transmitirlos, para que aniden en el pensamiento hasta que el corazón sea capaz de hacerlos crecer. Y cuando lo hacen, son capaces de establecer puentes aún más estrechos con quienes nos rodean y, sobre todo, con quienes nos han dejado.
ResponderEliminarSeguro que con este relato, Emma, algo ha empezado a anidar.
Muy bonito. Enhorabuena.
Saludos.
Hay cosas que de pequeños no entendemos, pero luego al crecer se ven claras.
ResponderEliminarY otras las entendemos perfectamente y compartimos cuando somos padres.
Buen relato Emma. Y bienvenida.