Retazos
Llegan en cometas multicolores, en tiras de telégrafo, en cintas de ramos de novia. El librero compone con estos retazos obras maravillosas: el octavo tomo de Proust, la Poética perdida de Aristóteles, nuevas andanzas del Quijote. Pero por ahora sueñan polvorientas, en un callejón de Toledo, a su imaginado lector.
Pues me voy a esa calle de Toledo. Magnífico homenaje al mundo de los libros y libreros.
ResponderEliminarUn beso, Belén.
Pablo
Supongo, Belén, que el microcuento lo escribiste hace un tiempo, pues la casualidad ha querido que el día en que se publica en Cincuenta palabras, hayamos tenido la noticia de la muerte de Umberto Eco, en cuya novela El nombre de la rosa, el segundo libro de la Poética de Aristóteles es uno de sus temas centrales.
ResponderEliminarA Paul Auster, que en alguna de sus obras cuenta coincidencias extraordinarias que le han acaecido, supongo que le hubiese gustado ésta.
Por otra parte, tu microcuento expone un tema de lo más interesante, y es el de la dependencia que nos dejan ciertas obras literarias, ciertos autores, de los que querríamos siempre más, pero quedó lo que quedó –y perdón por la tautología-, y sentimos como un regusto amargo por las obras inacabadas, por esas obras que no pudieron escribir porque les llegó la muerte, o por esas obras que se perdieron debido a algunas de las atrocidades con las que nos tiene acostumbrados la historia de la humanidad.
También aparecen por ahí los libreros, las angostas calles de Toledo, ciudad literaria y pictórica donde las haya, los lectores imaginarios...
En fin, un memorable microcuento, un homenaje al mundo del libro y, por casualidad, un homenaje también a Umberto Eco.
Mi enhorabuena y un abrazo.
Belen bonito relato dedicado a los libros, los libreros y hasta a los imaginarios lectores. Al leerte uno se traslada a Toledo buscando esa mágica librería.
ResponderEliminarMe ha gustado Belen.
Un beso.
Belen, bonito homenaje a los libros, siempre esperando al lector que les saque de su encierro.
ResponderEliminarBien contado.
Besos
Retazos que asaltan la imaginación cuando menos se espera y que nos hacen soñar en poder escribir como aquellos que admiramos.
ResponderEliminarMuy bonito, Belén.
Mientras alguien como tú tenga la feliz idea de recordar esos libros (que engloban a muchos otros), aunque sea con retazos imaginarios, no caerán en el olvido. 50 palabras realmente afortunadas. Felicidades, Belén. Un beso.
ResponderEliminarA mí me gustaría imaginar que tan hermosos retazos se encuentran en alguna humilde librería de viejo, en Toledo o en la luna misma.
ResponderEliminarEstupendo, Belén.
Saludos.
Precioso homenaje al mundo de los libros en un día en el que, como señala Enrique, nos deja Umberto Eco, uno de los grandes. Yo también quiero perderme en esa librería de Toledo. Un beso, Belén.
ResponderEliminarEn quince días estaré en Toledo con Eloy Moreno, haciendo una ruta por los rincones de la ciudad donde se desarrolla la historia de Lo que encontré bajo el sofá. Estoy segura de que encontraré esa librería y prometo traer algún retazo como recuerdo.
ResponderEliminarCréeme que me han entrado unas ganas locas de ponerme a escribir.
Un beso fuerte Belén.
Malu.
Qué exquisito brindis a esas obras que son, pero sobre todo, a esas que están esperando ser creadas. Lo has envuelto en una atmósfera delicada llena de solera y autenticidad. Me ha encantado, Belén. Un beso.
ResponderEliminarEl relato transpira amor por los libros y la palabra, y nos dice que la simbiosis se cierra con el lector. Muy bueno, Belén. Un abrazo.
ResponderEliminarLibros, libreros, Proust, Aristóteles, Don Alonso y Toledo... retazos afortunados, reunidos en tan solo cincuenta palabras; si además las ha escrito Belén, qué más se puede pedir.
ResponderEliminarUn abrazo grande
Un derroche de belleza, Belén. Toda una declaración de amor que tiene la virtud de ser contagiosa. Me pongo en la cola para comprar el primer tomo de Sáenz.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo.
Procedencias mágicas para alinear sueños y ordenarlos por autor o título, géneros u orden cronológico. Tu librero seguro que nos descubriría textos maravillosos, como el tuyo.
ResponderEliminarPrecioso relato, Belén. Un abrazo.
Hermoso, Belén, como esas obras maravillosas que compone el librero con aquellos retazos.
ResponderEliminarUn beso.
Y cómo no va a existir esa librería en Toledo, ciudad quijotesca y albergue de lazarillos tormesianos.
ResponderEliminarBonito homenaje a la Literatura, Belén.
Besos.
Muchas gracias a todos, como bien habéis señalado algunos es una bonita casualidad que la publicación haya coincidido con el fallecimiento de Umberto Eco y que haya servido de humilde homenaje a este gran señor de los libros. Y también, por qué no, a todos los que amamos los libros y las librerías. ¡Hasta la próxima!
ResponderEliminarA ver si alguien se puede acercar a Toledo a soplar y hacer volar ese polvo, para que luego también vuele nuestra imaginación.
ResponderEliminarUn beso Belén.
Por suerte a ti no tenemos que soñarte, Belén.
ResponderEliminarUn abrazo
Todo un 50 engalanado de literatura y belleza. Vamos a despertar a esos lectores dormidos para que sueñen en la fantástica calle que es la lectura.
ResponderEliminarUn placer leerte siempre. Haces arte y yo encantada con ello.
Un beso inmenso tocaya.