Al despertar
El primer sol que entre los encontrará en la misma cama pero en distinto lugar.
Son sombras que conviven, que se cruzan sin tocarse y se ven sin mirarse.
Lo peor vendrá ahora. Sonará el despertador, tendrán que ponerse la máscara, darse la vuelta, mirarse y decirse: "Buenos días, cariño".
Lo peor vendrá ahora. Sonará el despertador, tendrán que ponerse la máscara, darse la vuelta, mirarse y decirse: "Buenos días, cariño".
Javier, preciosa manera de relatar la incomunicación entre una pareja, que finge normalidad cada amanecer.
ResponderEliminarMuy bien contado.
Enhorabuena Javier!
Besos
Muchas gracias Pilar por tu comentario, muy acertado.
EliminarLa pareja protagonista se debería dar cuenta que solo se engañan a ellos mismos.
Muchos besos.
Javier, muy bien contada la convivencia estéril de esta pareja que ya no se ama, pero no tiene el valor para afrontar la realidad y quitarse las máscaras.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el sabor a tristeza que emana. Enhorabuena y un beso.
Hola Carmen, gracias por tu comentario.
EliminarLa cobardía les hace mantener esas mascaras para parecer que no pasa nada.
Besos.
Javier, en tu línea. Gran relato en el que explicas a la perfección, la relación de esas parejas que dejaron el amor aparcado hace años, pero que por rutina siguen su vida juntos, y quizá por comodidad.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, amigo.
Pablo.
Hola Pablo, muchas gracias por tu comentario.
EliminarTienes toda la razón, la comodidad, la cobardía, el que dirán, les hace mantener una apariencia que no es la verdad.
Un abrazo enorme.
Cuánta soledad, cuánta mentira.
ResponderEliminarVa a ser mejor mirar el sol, pensar un poco y quitarse la máscara.
Gracias Luisa por tu comentario.
EliminarSí, soledad, mentira, autoengaño, todo menos afrontar la realidad, el amor se ha acabado.
Besos.
Cuando la pasión y la comunicación han desaparecido de la vida en común de una pareja, lo único que queda es la máscara y como testigo el sol de cada día.
ResponderEliminarBuen relato, Javier. Va mi me gusta y con este, además, mi enhorabuena.
Un abrazo.
Gracias José Antonio por tu comentario.
EliminarCuantas parejas se autoengañan y mantienen una realidad ficticia, y esa máscara con la cual lo quieren ocultar todo.
Un abrazo enorme.
¡Qué difícil es tomar decisiones que van a provocar un giro de 180° en nuestra vida! Es más fácil acogerse bajo el caparazón del "más vale malo conocido que bueno por conocer". La cobardía, la esperanza de que "todo al final se arregle", el ponerse una máscara para mirar al otro. Todo está magistralmente reflejado en tu relato, corto pero muy profundo e intenso. Excepcional, Javier. Un gusto leerte
ResponderEliminarRaquel te agradezco tu comentario, poco más me queda por decir, has reflejado todo lo que quería decir con mi relato.
EliminarY me alegra que te guste leerme, con eso ya soy feliz.
Besos.
Personalmente, le tengo mucha manía al término "cariño". Cosas mías, que soy un cardo curtido por el cierzo, pero es que no soporto a las parejas que se lo dicen constantemente en público y es sabido que no se soportan. Que hay muchas en esta vida. El movimiento se demuestra andando y buena muestra es este espléndido relato, Javier.
ResponderEliminarUn abrazo con mucho cariño, del verdadero.
Hola Patricia, gracias por tu comentario.
EliminarTienes razón, hay mucho "cariño" de cara a la galería, que todos vean que todo es normal, pero todo es una mentira.
Por cierto yo también durante 12 años conviví con el cierzo. y menudas mañanas de ir al cole con el pasamontañas, eso ya no se estila, que mayor soy.
Creo que ese cierzo nos hace buenas personas.
Yo te mando besos con mucho cariño del bueno.
Besos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMáscaras para la representación del peor engaño, el que hacen consigo mismos.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias por tu comentario Ricardo.
EliminarSi con todo ello a los únicos que se engañan es a ellos mismos.
Un abrazo.
Una realidad de muchas parejas Javier. Muy bien expresado en pocas palabras. Un abrazote
ResponderEliminarHola Carmen, gracias por tu comentario.
EliminarTienes razón una realidad y que los protagonistas no quieren ver.
Besos.
Estos personajes están prisioneros en una celda construida con sus propias manos. Cuánto silencio...
ResponderEliminarEnhorabuena, Javier.
Un abrazo.
Gracias Vicente por tu comentarios.
EliminarTienes razón una celda construida a base de silencios y mentiras.
Un abrazo.
Es un relato real muy real para ser lejano.
ResponderEliminarMe gusta el juego de sombras, y la luz que les devuelve a la realidad, aunque no sean buenos dias.
saludos de los dos.
Gracias José María por tu comentario.
EliminarEl amanecer les hace ver que tienen que seguir engañándose.
Un abrazo.
Tu micro describe muy gráficamente una situación demasiado común: la desolación que queda cuando se termina el amor y la relación sólo se mantiene sobre rutinas, intereses y mucha hipocresía.
ResponderEliminarExcelente relato muy bien narrado.
Enhorabuena, Javier. Un abrazo
Georges muchas gracias por tu comentario y valoración.
EliminarLo has descrito tal cual es, no tengo nada que añadir.
Un abrazo.
Qué decirte sobre el contenido que no te hayan dicho ya, Javier. Creo que es una de estas historias en que el mensaje está bastante claro, sin menoscabo de su dramatismo, algo que has logrado sobradamente desde la primera palabra, retratando una situación tan desalentadora de una de las más bellas formas posibles.
ResponderEliminarUn abrazo.
Enrique muchas gracias por tu comentario.
EliminarSí, creo que el mensaje ha quedado claro, y el envoltorio lo he intentado hacer lo mejor posible que sé.
Un abrazo.
Nos falta saber, cuánto tiempo llevan juntos, si tienen hijos, etc... Pero aún así, lo que me queda claro es que son sombras inertes, sombras de lo que un día fueron esos cuerpos. El sol como testigo de la realidad día tras día y los cuerpos, junto con sus almas, culpables por no arreglar esta situación. Lo maquillan camuflándose con unas máscaras que debieron comprar en el chino de al lado y mucho me temo que al ser tan baratas, no tardarán en romperse. Quizá ahí se den cuenta de que deben salir de ese engaño y afrontar la realidad, tomando una decisión determinante.
ResponderEliminarMuy bien contada esta historia de desamor, rutina y aburrimiento Javier.
Enhorabuena y besos.
Malu.
Malu muchas gracias por tu comentario.
EliminarPreciosas y precisas palabras que has utilizado. Y pienso como tú, por el bien de ellos dos deben afrontar la realidad y tomar una decisión, o tendrán que volver a bajar al chino a comprarse caretas nuevas.
Besos muchos.
La costumbre y la rutina pueden crear un entorno donde muchas parejas se encuentran confortablemente asentadas pero tus personajes bajan varios peldaños más y nos muestran una relación deteriorada y sin ninguna esperanza.
ResponderEliminarMuy bien contado, Javier. Saludos.
Gracias por tu comentario José.
EliminarSi es una relación sin futuro, directa al precipicio.
Un abrazo.
Yo lo llamaría monotonia, esa que erróneamente se disfraza con mentiras, como haz expuesto acá Javi, en ocaciones queriendo tapar el sol con un dedo, se preparan espectáculos mayores a esa mentira, fingiendo armonía con viajes o cenas fuera de casa, la esencia de la pareja es la que existe dentro de esas cuatro paredes donde hambientas tu relato, tan exacto...
ResponderEliminarEl amor por supuesto es más que eso, pero sin la armonía esencial como pareja, no tiene sentido pretender el resto de los argumentos para el amor..
Me parece increíble cómo lograste exponer tan claramente en tu realato, este factor común de muchas parejas.
Muy bonito tu trabajo /abrazos Javi
Muchas gracias Karla por tu comentario, veo que rapidamente te has integrado en esta familia de 50 palabras.
EliminarEn cuanto a tu comentario lo has dicho todo perfectamente, no tengo nada que añadir.
Besos.
El desamor es el tercer habitante de esa casa, que difícilmente puede ser llamada hogar. No sabemos cómo fueron sus inicios, pero esta claro que lo suyo sólo fue un capricho que el tiempo, ese gran juez, ha desmentido. Una cosa es que cada uno tenga su espacio propio, lo que sería positivo, y otra que se comporten como dos extraños durante todo el día. La cobardía es el nexo que les mantiene bajo el mismo techo, porque sin duda piensan que la soledad sería una realidad aún peor. Un retrato con miga, Javier. Qué malo deber ser perder la ilusión, sea la que sea.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias por tu comentario Angel.
EliminarMe encanta eso que has dicho que la cobardía es el nexo que los mantiene unidos, que junto con las mentiras forman un cóctel tremendo.
Abrazos.
Tu pareja parece que es incapaz de despertar, como dice tu título; bien al contrario está dormida, mustia, apagada, rendida, hastiada, aburrida,... Que tengan cuidado esas sombras no se les vaya a ir el último rayo de luz que mantiene su existencia.
ResponderEliminarMuy logrado, Javier.
Un beso
Hola Margarita, gracias por tu comentario.
EliminarTodos los adjetivos con los que has calificado a esta pareja son perfectos, no sobra ninguno.
Si por casualidad un día no amanece van a tener difícil mantener tanta mentira.
Besos muchos.
Una pareja que ha dejado de ser tal y que se ha convertido en una multitud de sombras, silencios e hipocresía. Lo has narrado de una manera muy efectiva. Felicidades, Javier. Un beso.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Matrioska.
EliminarA lo dicho por ti solo añado "y muchas mentiras"
Besos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSombras que se acompañan sólo porque el miedo a la soledad les empujó a ejercer la prostitución de los sentimientos. Una muy buena historia que retrata situaciones de resistencia, donde la convivencia se dejo engañar por una pasajera pasión tantas veces disfrazada de amor.
ResponderEliminarFelicidades, Javier; me ha gustado.
Un abrazo.
Gracias Antonio por tu comentario.
EliminarMe gusta esa frase con la que defines la relación de esta pareja "la prostitución de los sentimientos"-
Un abrazo.
Cuando las sombras se interponen en una relación hay que dar paso a la palabra sincera. Excelente relato, Javier. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Salvador.
EliminarEsta pareja desde hace tiempo solo conoce la mentira
Un abrazo.
Una historia terrible la que pergeñas, Javier, la de esas parejas que viven juntas pero en las que ya no existe ni un ápice de amor entre ellos. Hay que imaginarse el deterioro que los años han traído a esa relación, cómo todas las ilusiones puestas un día en esa convivencia se han ido marchitando hasta pudrirse y llegar a un estado de momias que están juntas pero ni se ven, ni se hablan, ni se oyen, pues las palabras que cambian son fórmulas gastadas, convencionalismos para seguir con la farsa diaria.
ResponderEliminarLo deseable sería que se separasen, que cada cual intentara buscar una nueva oportunidad, o vivir con dignidad una vida en soledad, pero detrás puede haber miedo, dependencia, unos hijos en común, convenciones sociales...
En fin, tantas cosas que, como las ligaduras que los liliputienses le pusieron a Gulliver, les impiden cambiar de posición, la vida nunca es fácil y no es lo mismo juzgar a los demás que ponerse en su pellejo y vivir sus circunstancias.
Mi enhorabuena por el microcuento y un saludo.
Gracias Enrique por tu comentario, me encanta la manera que tienes de ver los relatos con tus comentarios, siempre muy acertados.
EliminarUn abrazo.
El amor se fue y sólo queda la tristeza de ya no ser. Muy buen micro, Javi, Felicitaciones!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario Renate.
EliminarBesos
Me ha gustado como ves el tema del desamor y la incomunicación de la pareja. Es tan difícil convivir cuándo faltan las palabras, cuando no sabemos expresar los sentimientos. Buen micro Javier. Besos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario Carmen.
EliminarLa incomunicación y el engaño llevan al fin del amor.
Besos.
Las sombras que les ciernen tejen un velo que ni la luz puede atravesar. Me ha gustado tu cincuenta.
ResponderEliminarGracias Paloma por tu comentario.
EliminarBesos.
Cáscaras vacías, corazones vacíos, vidas vacías. Buen retrato de esa vacuidad que llena las vidas de tantas personas.
ResponderEliminarSaludos, Javier.
Gracias por tu comentario Carles.
EliminarEntre ellos pese a vivir en la misma casa hay un inmenso vacio.
Un abrazo.
Una lástima que al final sean sombras oscuras y que no haya ni un ápice de luz entre ellas.
ResponderEliminarTambién una realidad más de las distintas clases de soledad.
Un beso Javier.
Perdón por el retraso, muchas gracias por tu comentario.
EliminarBesos.
Tu micro refleja la tristeza de esa soledad que uno no elije y que se puede experimentar incluso acompañado.
ResponderEliminarMuy bueno, Javier.
Un beso.
Gracias por tu comentario Sandra, y perdona el retraso en contestar.
ResponderEliminarComo tu dices la soledad se puede sufrir también en compañía.
Besos.