Ayer y hoy
Coldplay de fondo, las gafas puestas e hilo y aguja en mano. Concentrado, cose un botón. Ha hecho un curso de corte y confección y hoy se entretiene practicando. Cuerpo y mente disfrutan con la labor. Se relaja y sonríe recordando que en un tiempo lejano era un reputado cirujano.
Tu protagonista se nota que disfruta al coser, le sirve como terapia de relajación y además le hace recordar su profesión, y ya que por los motivos que sean no la puede ejercer ha buscado algo que le permite aún ejercitar sus manos.
ResponderEliminarYo también me pondría Coldplay, me gusta.
Buen relato Eva.
Besos.
Llega un momento en la vida en la que, creo, no puedes detenerte. Hay que buscar herramientas o fórmulas que nos permitan estar en paz con nosotros mismos y con todo lo que nos rodea. Si lo conseguimos, podremos atesorar esos escasos momentos como felicidad.
EliminarMuchas gracias Javier
Eva, cada detalle de tu micro es fundamental. Hasta la canción de Coldplay.
ResponderEliminarQué buen planteamiento desde el principio con un gran final que da sentido a ese sastre de piel.
Un beso.
Pablo.
Muchas gracias por tus bonitas palabras Pablo.
EliminarQué buena terapia para un cirujano jubilado. Siempre hay que aprender cosas nuevas y el hilo y la aguja son su pasión.
ResponderEliminarUn beso, Eva.
Mantenerse activo tanto físicamente como mentalmente es una actitud que admiro mucho. Cuando somos pequeños, es fácil, la dinámica de un niño es el movimiento. Cuando se paran es porque se quedan sin energía y necesitar recuperarla. Cuando se es joven, la propia juventud propicia el movimiento, pero a partir de, digamos cierta madurez, tenemos que buscar el tiempo para ese movimiento, que el día a día y las obligaciones nos quitan. Por eso, aquellos privilegiados mayores, ya jubilados, que mejor forma de continuar moviéndose que haciendo aquello que les gusta. Terapia para una vida.
EliminarMuchas gracias Carmen
Un cirujano jubilado puede hacer un curso de corte y confección, porque nunca es tarde para aprender, y mucho menos lo más básico. Voy a ver si me apunto yo también, aunque a coser un botón creo que todavía llego. Un relato positivo y amable
ResponderEliminarUn saludo, Eva
Muchas gracias Ángel. La costura es una asignatura que yo también tengo pendiente, y que al paso que voy me pasará como al protagonista. En cualquier caso poner un botón ya sé, pero coserlo bien y que ese revés quede como Dios manda, ya es otro cantar.
EliminarLa resiliencia, o capacidad de adaptarse a las nuevas situaciones, de este personaje es maravillosa. Antes sonaba Coldplay en su quirófano. Ahora suena en el salón de su casa. Ha cambiado el bisturí por la aguja y sigue disfrutando de la vida. ¡Me ha encantado!
ResponderEliminarUn saludo
Muchas gracias Raquel por sus generosas palabras. El efecto de la música es terapéutico, sobre todo cuando la música que se escucha ofrece recuerdos agradables. Ensimismarte en una tarea que te apetezca, con una música de fondo que te provoque buenas vibraciones, es el coctel fabuloso para disfrutar de pequeños instantes de la vida.
EliminarPuede ser que tu protagonista, como dice Carmen, esté jubilado. Puede que por otros motivos fuera retirado o abandonó su trabajo de cirujano. Lo cierto es que la profesión la lleva muy adentro y se ha buscado una afición que en cierto modo se parece un poco a lo que perdió. Es un buen recurso. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias Juana. Tengo que contarte que a mi me ocurre lo mismo que al protagonista, creo que en cierto modo nos repetimos a nosotros mismos. De alguna forma, buscamos aquello que hicimos, aprendimos o nos gustaba en momentos pasados y lo recreamos en algo parecido y a la vez diferente.
EliminarComo dice el refrán: «La aguja sabe lo que cose y el dedal lo que empuja». Tal vez no conozcamos los pormenores de la situación del protagonista pero su felicidad es evidente.
ResponderEliminarBuen micro, Eva.
Si señor, muy bien acertado el refrán. El sosiego, la calma, la tranquilidad de la labor, repetida infinitas veces pero, ahora diferente.
EliminarUn abrazo Vicente.
Apostaría a que sacó una buena nota en el curso de corte y confección y todavía mejor en el curso de los acontecimientos ya que parece que sabe adaptarse a ellos con maestría y elegancia.
ResponderEliminarSaludos, Eva
Me consta que otro que no es este, se atrevió a remendar una zapatilla de casa con mucha paciencia y esmero.
EliminarMuchas gracias Margarita.
Me encanta!!! Qué buena forma de adaptar la vida y las circunstancias. Un abrazo grande.
ResponderEliminarDe una forma u otra, todos lo terminamos haciendo. A algunos nos cuesta más adaptarnos que a otros, pero que la adaptación es una capacidad innata al ser humano.
EliminarUn abrazo, Carmen
Eva, hermoso relato nos traes. Me encanta como tu protagonista se adapta a su nueva situación recreando su anterior forma de trabajar en el quirófano en la intimidad de su hogar y haciendo lo que mejor sabe, coser.
ResponderEliminarEnhorabuena!
Besos
Muchas gracias por tus palabras Pilar.
EliminarMuy bonito micro, Eva. Ojalá todos hiciésemos lo que tu protagonista, adaptarnos y asumir de buen grado lo que nos toca. Siempre se le puede dar al cuerpo y a la mente satisfacción. Me ha gustado mucho cómo nos lo has contado. Felicidades. Un beso.
ResponderEliminarAsumir de buen grado lo que nos toca, es muy difícil. A mi me gustaría perder el inconformismo, no sentir que me resigno a las circunstancias y ser capaz de encontrar siempre el lado bueno de lo que nos pasa. Seguiré trabajando en ello.
EliminarUn abrazo Matrioska.
Tu historia, Eva María, transmite positividad porque nos anima a no resignarnos cuando, por el motivo que sea, no podamos hacer aquello que antes hacíamos. El título ya nos refleja esa situación: ayer y hoy, antes y ahora.
ResponderEliminarVa mi me gusta y también con este mi enhorabuena por tu relato.
Un saludo.
El otro día escuche un comentario muy interesante entre dos personas. Estaban hablando de hacer running. La primera le decía a la otra que ella odiaba andar. Que solo quería correr.
EliminarLa segunda, le respondió: "No desprecies el andar, porque algún día es lo único que podrás hacer"
Y cierto es, que volviendo al tema de la edad, ayer (antes) podíamos hacer cosas que hoy (ahora) no podemos hacer y que nunca deberíamos de despreciarlas sino acogerlas de la mejor forma posible.
Muchas gracias José Antonio.
Creo que con la música de Coldplay de fondo, el botón ese le va a quedar que ni bordado al antiguo cirujano, vamos que esa práctica va a ser para él coser y cantar, quizá hasta imagine que está cerrando una tripita de la que acaba de extraer un apéndice o una vesícula.
ResponderEliminarY por si fuera poco, el individuo en cuestión se ha preparado concienzudamente haciendo un curso de corte y confección. En un futuro le veo dedicado a grandes tareas, quizá hasta se convierta en un modisto famoso.
Microcuento con mucha retranca, tirándoles una puntadita a los varones, tan poco hábiles y predispuestos para esas tareas. Pues bien, señores, no es tan difícil ni traumático, ahí tiene ustedes a todo un excirujano dándole a la aguja, relajado porque ya no tiene la responsabilidad de la vida de los pacientes a quienes abría con el bisturí. Ahí está descubriendo nuevos horizontes y el placer de las pequeñas cosas, Dios está entre los pucheros, decía Santa Teresa de Jesús.
Mi enhorabuena por este microcuento tan saleroso, Eva, y un afectuoso saludo.
Buenas Enrique. Si al protagonista del micro, le hubieran dicho hace veinte años que se iba a ver en estas lides y por motu proprio no se lo hubiera creído. Él, que es de la vieja escuela y de llegar a casa y tener todo hecho. Pero, la vida, cual titiritero, a veces nos da un par de volteretas y nos mete en unos telares de los que, como le pasa a él, ya no queremos salir porque, mira tu por donde, él hacia lo mismo pero de otra forma.
EliminarCada una de las palabras del relato es como una puntada con hilo. Todas aportan algo. Como suele decirse, lo has bordado, Eva María.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Muy generoso por tu parte, Carles.
Eliminarбольшое спасибо
Toda una clase magistral sobre cómo disfrutar de la vida según esta se nos va mostrando, engranada en una bella y reveladora historia. Enhorabuena, Eva María. Saludos.
ResponderEliminarA veces las tareas más sencillas son las más agradables.
EliminarMuchas gracias Enrique.