Eclipsados
El Sol se escondió. La Luna, tímida, se acurrucó tras Él. Las Estrellas cerraron sus ojos, deslumbradas. Se hizo el silencio y todos permanecieron de pie, con la boca abierta, formando un círculo, admirándola embelesados.
Su imponente presencia, su belleza y su sonrisa, tan fascinantes, los había eclipsado a todos.
Su imponente presencia, su belleza y su sonrisa, tan fascinantes, los había eclipsado a todos.
¿Quién los ha eclipsado Maest? ¿Una nueva estrella, un nuevo niño? ¿La esperanza de la vida que cada día nace en cualquier lugar del universo?. Me ha dejado pensándolo largo rato. Me gustan los relatos que dan qué pensar. Es hermoso. Abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias Carmen.
EliminarLa verdad, no te puedo responder del todo. En principio ‘ella’ era un él’, y lo fui cambiando hasta llegar a la versión definitiva. Así que... lo dejo a tu elección.
Abrazos Carmen.
Maest a mí me pasa igual que a Carmen, ¿quien es ella?
ResponderEliminarMe has dejado la duda y el sin saber.
Buen relato.
Un abrazo.
Pues te digo lo mismo que a Carmen: que cada lector se imagine un 'alguien' femenino fabuloso. Real o inventado.
EliminarMuchas gracias por la visita, Javier.
Saludos.
Tanto si se trata de un eclipse provocado por la propia luna, que capte la atención de las gentes de medio planeta, como si se trata de una persona, hay que irradiar mucha energía para eclipsar a tantos a la vez. En todo caso, se trata de algo o de alguien especial, no sólo hermoso por fuera, sino con un interior digno de toda atención.
ResponderEliminarSaludos, Maest
Ojalá nos encontráramos a muchas y muchos así en la vida. Que nos iluminaran con su presencia y su energía positiva.
EliminarGracias Ángel.
Saludos.
Maest, no se quién será la protagonista, pero debe ser espectacular para eclipsar al sol, la luna y las estrellas. Espero que nos saques de dudas.
ResponderEliminarLo has contado muy bonito.
Enhorabuena!
Besos
Encantada con que te guste mi mini historia, Pilar. Pero siento dejarte con la duda.
Eliminar¡Gracias!
Besos
Yo sí que sé quién es la eclipsadora. Es alguien que nos tiene un poco abandonados, pero que cuando aparece, nos deja con una sonrisa y con la admiración que provoca su estilo inconfundible, impregnado de polvo de estrellas.
ResponderEliminarPrecioso y cinematográfico relato, Maest.
Un beso.
Uy, cuántas flores me mandas.
EliminarNo soy yo ni de lejos. Más quisiera tener tanta luz alrededor.
Mil gracias Patricia.
Besos.
¿Quién, porque yo creo que es alguien, será ella? Intuyo que tendrá que ser alguien exageradamente espectacular, ya que ha conseguido dejar boquiabiertos al Sol, a la Luna, a las Estrellas... ¡¡A todos!! Y eso no es nada fácil.
ResponderEliminarEclipsado incluso he quedado yo, si no tanto por Ella (¿?), sí por tus palabras y por tu preciosa historia, Maest.
Va mi me gusta y junto a este mi sincera enhorabuena por tu nuevo relato.
Un abrazo.
Mis sinceras gracias a ti, José Antonio.
EliminarElla es un misterio. Alguna musa o hada o simplemente una buena persona que está a nuestro lado cada día.
¿Quién sabe?
Abrazos.
Alguna vez leí que cuando una mujer da a luz, conoce por un instante todos los secretos del universo. Yo me he imaginado, gracias a tu hermoso cuento, a una linda mujer embarazada haciendo acto de presencia.
ResponderEliminarExcelso, Maest.
Un gran abrazo.
Vicente
EliminarQué bonito Vicente. Tal vez podría ser esa la explicación. Daría para otro relato.
¡Gracias!
Eclipsados nos has dejado a todos Maest, por cierto, no tardes en volver.
ResponderEliminarBesos.
Malu.
Gracias Malú.
EliminarEspero volver, si las Musas me ayudan en el camino de ida y vuelta.
Besos.
¡Qué cosa tan bonita!
ResponderEliminar¡Muchas gracias Margarita!
EliminarQuizás la bella que ha dejado patidifusos a los cuerpos celestes sea la misma Venus montada en una gran concha y flotando sobre las aguas del mar, tal y como la pintó Botticelli.
ResponderEliminarLo cierto es que, como escribió Rilke, en la primera de su Elegías del Duino: “La belleza no es nada sino el principio de lo terrible”. Él personificó esa belleza en un ángel.
Así que esa bella del microcuento quizá pueda causar una catástrofe cósmica si los planetas y las estrellas se salen de sus órbitas al olvidarse que están sometidos a la ley de la gravedad, y dedicarse tan sólo a la contemplación de esa hermosura enajenante.
Sea como fuere, creo que existe un gran peligro de fondo con ese eclipse, con ese apabullamiento y si la poseedora de esa hermosura tiene buenas intenciones, pues la cuestión se diluye bastante, pero si lo que la mueve es la perfidia, el peligro es máximo.
En lo que no veo peligro alguno es en el microcuento, así que mi enhorabuena, Maest, y un saludo.
¡Vaya explicación filosófica! Yo no había llegado a tanto. Ni lo pretendía. Mis ideas son caprichosas pero a la filosofía creo que nunca se acercan.
EliminarMe has dejado impresionada y eclipsada :)
Gracias Enrique por leerme y tomarte la molestia de indagar hasta ese punto.
Saludos.
Todos somos un poco filósofos y un poco políticos, no nos queda más remedio, aunque puestos a elegir es mejor ser un poco poeta, aunque eso no dé ni un euro.Un placer leerte y no te sientas eclipsada en absoluto. Saludos.
EliminarEclipsada por la belleza del relato, yo he imaginado a una diosa, un ser sobrehumano de extraordinaria bondad y belleza. No la temo. Espero boquiabierta una segunda parte.
ResponderEliminarUn abrazo, Maest.
Todos dejan espacio a una nueva estrella que eclipsa a las demás.
ResponderEliminarMuy poético tu relato. Muy bonito. Besos
Imponente y fascinante ha de ser para dejar eclipsados al sol, la luna y las estrellas. Eso es amor a primera vista. Bello micro, Maest. Un beso.
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