El precio del éxito
Infancia de horas de estudio de partituras en la soledad de su habitación.
Ahora, en la cumbre de su carrera, regresa al hogar para encontrar en su alma en ruinas su infancia perdida y al niño que quedó atrapado, junto a las partituras, entre las cuatro paredes de su habitación.
Ahora, en la cumbre de su carrera, regresa al hogar para encontrar en su alma en ruinas su infancia perdida y al niño que quedó atrapado, junto a las partituras, entre las cuatro paredes de su habitación.
Hermoso relato, Pilar. Deja el misterio sobre qué pudo pasar al protagonista, pero seguro que ese niño atrapado tiene la clave. Siempre he pensado que hay padres que, queriendo que sus hijos compitan para ser los mejores en algo, les hacen muy desgraciados porque les obligan a dejar de jugar, derecho básico de los niños.
ResponderEliminarAbrazo grande.
Patricia, el protagonista sigue buscando entre las partituras a ese niño que no pudo ser...
EliminarMil gracias por pasarte y comentar con tanto cariño!
Besos!
Muy buen relato Pilar, narras a la perfección en esas 50 palabras la infancia perdida de tu protagonista, como la de muchos niños que por interes de sus padres se olvidan de ser eso, niños. Esa frase del niño atrapado entre las partituras ea genial.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho Pilar, enhorabuena.
Besos.
Javier, ha vuelto para liberar a ese niño atrapado y recuperar su niñez.
EliminarMuchísimas gracias por valorarlo tan bien.
Besos mil!
Ese niño al que no le dejaron ser niño. Ese adulto que regresa a la infancia, todos lo hacemos, para intentar recuperar esa ingenuidad, esa ilusión, que perdimos por el camino. Tu relato rezuma tristeza pero también esperanza, pues su protagonista, consciente de sus carencias, decide bucear en los orígenes de su vida buscándose a sí mismo. ¿Se encontrará? Creo que es la primera vez que te leo por aquí, Pilar, y me ha encantado tu micro de corazón.
ResponderEliminarUn abrazo
Raquel, con tu comentario engrandeces mi humilde micro. Muchas gracias, de verdad. Con cada comentario crezco un poquito más. Puedes leer mis micros anteriores, si te apetece.
EliminarBesos Raquel!
Te ha quedado diáfano y bonito, Pilar, aunque tu relato narre una historia llena de claroscuros. Me vienen a la memoria la célebre película «Black Swan», las penurias de Beethoven o de los mismos Beach Boys como otros ejemplos que nos invitan a analizar al artista más allá obra.
ResponderEliminarEstupendo micro.
Te aplaudo y te envío un afectuoso saludo.
Vicente
Vicente, siempre aprendo algo nuevo con tus comentarios, me encanta. Si te ha gustado significa que lo has visto con mis ojos.
EliminarMuchas gracias por tus palabras.
Besos a pares.
El título, muy a propósito, ya nos deja entrever que algo que se tiene ha costado lo suyo. A tu protagonista, por lo que nos desvelas, le ha supuesto perder la infancia, una parte de la vida que si no se difruta se hace irrecuperable. Y de ahí, creo, la cierta tristeza que nos deja tu historia, Pilar.
ResponderEliminarVa mi me gusta y también mi enhorabuena por estas cincuenta palabras tan bien seleccionadas, más las cuatro del título que, como te digo, lo veo fundamental.
Un abrazo.
Jose Antonio, leer un comentario tan maravilloso, me motiva a seguir aprendiendo de cada uno de vosotros y viniendo de un maestro como tu, más.
EliminarGracias por pasarte y dejarme tan bellas palabras.
Besos mil.
El éxito se paga muy caro, querida Pilar, como muy bien lo dejas reflejado en tu micro.
ResponderEliminarVeo a diario niños que no pueden ejercer como tales por las exigencias de los padres y no te puedes imaginar la pena que me da. En su gran mayoría son niños que están pagando el NO éxito de sus padres, haciendo todo lo que sus progenitores no pudieron hacer.
Debate largo el que se abre con tu historia, muy bien seleccionado el tema sobre el que hay tanto que decir y sobre todo, hacer.
Te mando un beso fuerte junto con mi enhorabuena.
Malu.
Malú, realmente lo has visto con mi mirada y te lo agradezco enormemente.
EliminarHay que dejar a los niños que sean niños.
Muchas gracias Malú por pasarte y dedicarme tan buenas palabras.
Besos mil.
Extraordinario relato,Pilar, sobre la pérdida de la infancia. Si los exitosos estudios musicales fueron impuestos, habrá que revisar las expectativas de los padres. Pero, a pesar de la tristeza del micro, defenderé la importancia de la formación musical en la educación. Sepamos conjugar formación y juego en nuestros niños. Enhorabuena, Pilar. Un gran micro y un gran abrazo.
ResponderEliminarCarmen, cuanto me alegro que te haya gustado. Estoy totálmente de acuerdo contigo, los estudios musicales son muy importantes en la educación de los niños. Les ayuda en el aprendizaje de otras materias. El problema es cuando se convierte en una obsesión para los padres y les impide ser niños. Todo en su justa medida es beneficioso.
EliminarMuchas gracias amiga por tan buenas palabras que le has dedicado a mi micro y por pasarte a hacerme esta visita.
Besos mil
Creo que la mayoría de los padres queremos para nuestros hijos lo mejor. El problema es saber qué es lo mejor. En este caso que nos cuentas parece que el éxito conseguido no compensa al protagonista que, a cambio, se quedó sin infancia. Espero que intente perdonar a esos padres, y que le sirva de lección para no hacer lo mismo con sus hijos si los tiene. De todos modos, como todo lo concerniente a la educación, un tema difícil. Muy interesante, Pilar. Saludos.
ResponderEliminarJuana, ya sabes que dicen que "en el equilibrio está la virtud". Espero que los padres sepan elegir lo mejor para sus hijos.
EliminarMuvhas gracias por pasar y comentarme.
Besos mil
Difícil tarea recuperar algo que nunca se ha tenido. El precio del éxito tal vez pueda compensar si se ha alcanzado el objetivo marcado pero seguro que será a cambio de estar perdidos e incompletos, como tu personaje.
ResponderEliminarGran relato, Pilar. Un abrazo.
Jose, es cierto que es dificil pero al menos hay que intentar reconciliarse con su pasado y así liberar a ese niño atrapado que nunca pudo salir.
EliminarMuchísimas gracias Jose por tus palabras.
Besos mil
Que hermoso amiga, a veces perdemos instantes valiosos que no sabemos su significado, hasta que descubrimos que el tiempo se nos pasó, ojalá en la memoria jamás perdiéramos esos sentimientos de cuando niños, ojalá amaramos, perdonáramos, lucháramos siempre como niños, ojalá.!!
ResponderEliminarMuy bonito abrazos Pily
Karla, que duro para un niño no poder jugar y disfrutar con los demás, pero a veces los padres solo ven el futuro y no el presente. Hay que vivir cada edad plenamente.
EliminarMuchas gracias amiga por pasar y comentarme.
Besos mil.
Nada se consigue sin esfuerzo, pero siempre hay que hallar un equilibrio y, si llega el caso, plantarse y cruzar los brazos si el precio es demasiado alto. Uno de los mayores crímenes es impedir a un niño serlo, pero también no darle la oportunidad de que conozca las bondades de la música, el arte, o las letra. Difícil tarea siempre la de padres y educadores.
ResponderEliminarUn abrazo, Pilar
Angel, coincido con tus apreciaciones. Lo dificil para los padres es acertar con lo mejor para sus hijos. En el caso de mi protagonista no lo hicieron bien y llegó muy alto en su profesión pero destruido como persona.
ResponderEliminarTe agradezco tu visita y tan amable comentario.
Besos mil
Que buen relato y que pena de violín, lástima que la musica se apague.
ResponderEliminarSaludos.
Jose María, muchas gracias por tu comentario!
EliminarBesos mil
Interpretas con tus palabras una triste melodía, pero no por eso deja de ser bella. Tu protagonista aprendió a seguir el ritmo, pero nadie le enseñó a bailar. Sin embargo, aún está a tiempo de cambiar el tono de la banda sonora de su vida.
ResponderEliminarDelicada como siempre, Pilar.
Un beso
Margarita, me ha encantado bailar contigo esta bella melodía. Ya me parece todo un lujo que me hayas dedicado un baile tan bonito. Gracias por hacerme sonreir siempre.
EliminarAgradezco mucho tu visita y tu comenrario siempre amabls.
Besos de cuento.
Bellísimo micro, Pilar. Me gusta lo que dices y cómo lo dices.
ResponderEliminarSe supone que el niño fue obligado por sus padres a recorrer ese camino. Pero el relato no lo dice y también pudo haber sido su elección. Siempre queremos lo que no tenemos. Si hubiese abandonado la música para llevar una vida normal, tal vez sería la carrera musical lo que ahora añoraría.
Cordiales saludos.
Georges, la música es una profesión muy sacrificada, de largos años de estudio. Lo ideal es poder compaginar la música y la vida normal de un niño. Siempre debe ser un placer y núnca una imposición.
EliminarMil gracias por pasar y dejarme tan bello comentario.
Besos mil
Para Pilar Alejos
ResponderEliminarDe marfil y ébano
Yo estudiaba ocho horas diarias y sé que se siente, creo que no crecí por eso, creo que llevo ese niño, que no creció, dentro, y de vez en cuando lo dejo que salga a tocar el piano para mí.
JLuisTroconisB
9-3-2016
Jose Luís, tu mejor que nadie has podido sentir lo que siente mi protagonista. Deja que salga a menudo ese niño que llevas dentro y que disfruta tocando el piano por placer.
EliminarGracias por la visita y por tan buen comentario.
Besos mil
Qué bonito amiga!!! Se nos va la infancia en un suspiro, también dejamos que se le escape a nuestros niños. Hace reflexionar y emociona. Enhorabuena. Besitos
ResponderEliminarCarmen, si he conseguido emocionarte, ya me siento bien. Dejemos que nuestros niños aprendan música y la disfruten junto con su niñez.
EliminarMuchísimas gracias amiga por tu visita y tus palabras.
Besos mil
El precio a pagar por el éxito, muchas veces, es demasiado elevado, es como venderle el alma al diablo, hay algo fáustico en esa obsesión por el éxito en la que vivimos inmersos. Un ejemplo palmario sería el del cantante Michael Jackson, un triunfador, un número uno en el mundo de la música y de la riqueza, pero un ser lleno de carencias que no se aceptaba a sí mismo, que se empecinó en borrar los rasgos de su rostro y que murió en oscuras circunstancias.
ResponderEliminarPor otra parte, la otra cara del éxito es la del fracaso, que, según las prioridades de las sociedades modernas, es lo que les espera a la inmensa mayoría de los seres de este planeta, si es que se dejan llevar por esa concepción de la vida, dado que sólo pueden triunfar unos pocos.
Así que, a mi entender, en su mayor parte, la educación, con la multitud de matices y de apreciaciones que quieran hacerse, ha ido siempre por el camino equivocado, no priorizando la formación integral del individuo y el aprendizaje de la convivencia y el respeto hacia los demás, y así nos luce el pelo.
El protagonista de tu historia perdió su infancia para triunfar, como sin duda la perdió Michael Jackson, y de ese trauma es difícil recuperarse, porque, como dijo el poeta Rainer María Rilke: “La verdadera patria del hombre es la infancia”.
Muy buen y emotivo microcuento, mi enhorabuena y mis saludos, Pilar.
Enrique, totalmente cierto. Vivir la infancia es muy importante para la formación posterior del individuo. De lo contrario le marcará negativamente para siempre.
EliminarMuchas gracias por valorar tan bien mi micro y por la visita.
Besos mil.
Muy bello tu relato. Una infancia vacía de juegos, perdida entre sueños de otros que, una vez logrados, reclama un espacio que nunca volverá a ocupar. Me ha encantado, Pilar. Enhorabuena y un beso.
ResponderEliminarMatrioska, muchísimas gracias por tan bonitas palabras para mi micro.
EliminarTe lo agradezco mucho. Y me alegra tu visita.
Besos mil.
El camino del éxito; un regalo envenenado del talento que sitúa el foco de nuestra vida en una pequeña parte de ella. Dejando experiencias vírgenes, momentos a medias e infancias muertas. Seguro que la música le colmó, pero sólo un pedazo del todo.
ResponderEliminarQué bien reflejado ese mundo perdido descrito en este magnífico puñado de palabras, Pilar. La infancia no se puede recuperar, pero aún está a tiempo si consigue entender que las palabras de las voces que te quieren, también son música.
Enhorabuena.
Un abrazo.
Antonio, efectívamente, cuando ya algo es irrecuperable, mejor valorar lo que tienes y seguir adelante reconciliándote con elpasado.
EliminarAgradezco tu visita y tu bello comenrario.
Besos mil
El título nos adentra en ese rescate pagado: esa inocencia perdida que hace especiales a los niños y la pérdida de la imaginación coaccionada por la responsabilidad del estudio. Muy bueno, Pilar. Un abrazo.
ResponderEliminarSalvador, el precio que hay que pagar por el éxito a veces es demasiado alto. Lo malo es que no nos damos cuenta hasta que ya es demasiado tarde o no podemos oponernos a la exigencia que conlleva.
EliminarMuchas gracias por pasar, leerme y dejarme tu comentario.
Besos mil
Pilar, tú micro está lleno de tristeza. Siempre la pérdida de la infancia, el hecho de que los niños pasen a ser adultos porque así lo exija una disciplina, es lo más difícil que un ser humano puede llevar. Recuerdo a las niñas de gimnasia chinas, o a los jugadores de ajedrez. Tanto tiempo dedicado al estudio, tanto tiempo quitado a los juegos. Hasta que la infancia se ha marchado para siempre. Déjemos a cada niño gozar de su infancia. Abrazos.
ResponderEliminarCarmen, coincido contigo, hay que disfrutar de la infancia. Espero que los padres sepan elegir lo mejor para sus hijos.
EliminarGracias por comentarme.
Besos mil
Lo que te digo... Los niños tienen que salir a la calle, jugar, correr, mancharse de barro... Para mi llevar las rodillas llenas de "mercromina" era un orgullo. Ese orgullo de haber sido valiente montando en bici o a la carrera con alguien, aunque me hubiera caído mil veces.
ResponderEliminarMe ha gustado "tu infancia sin infancia".
Besos
Olga, coincidimos en lo importante que es vivir la niñez. También es muy importante la formación musica. Los padres tendrán que buscar un equilibrio entre ambas cosas, que haga felices a sus hijos.
EliminarMuchas gracias Olga por pasarte y comentar.
Besos
Sabio relato, Pilar. En nuestras manos está el intentar despertar la curiosidad y las ganas de aprender de nuestros hijos, pero son ellos los que deben elegir siempre. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Enrique, así es, siempre podemos aconsejarlos y orientarles, pero la elección debe ser suya. Nunca forzarlos. Menos aún privarles de ser niños.
EliminarMil gracias Enrique por tu comentario.
Besos.
Pese al éxito, un halo de tristeza envuelve el relato y la vida del protagonista. Nada es perfecto ni completo.
ResponderEliminarMucha suerte, Pilar
Maria Jesús, lo triste es tener que elegir entre ambas cosas. Lo ideal es poder compaginarlas.
EliminarMuchas gracias por tu amable comentario.
Besos mil.
Difícil permanecer siempre niño, complicado hacerse adulto, uno no se despoja de sus recuerdos ni abandona sus sueños, aunque cuando se mira hacía atrás, tal vez se ve diferente.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho Pilar.
Un beso.
Leire
Cuanto me alegro Leire que te haya gustado. La niñez es muy importante en nuestra formación como posteriores adultos. Hay que vivirla y gozar con la música a la vez.
EliminarGracias por la visita.
Besos
Es imperdonable que se me haya pasado comentar tu relato, Pilar. Gran historia del precio que pagan algunos por el éxito.
ResponderEliminarMuy bien escrito.
Me ha gustado y mucho.
Un beso.
Pablo.
Pablo, muchas gracias, más vale tarde y que me digas cosas tan bonitas sobre mi relato.
ResponderEliminarGracias por pasarte!
Besos mil.
Creo que tu protagonista siente el fracaso de haber perdido su niñez entre esas partituras que hoy lo hacen, a los ojos de los demás, un artista exitoso.
ResponderEliminarMuy bueno, Pilar.
Un beso.
Sandra, así es. Ha pagado un precio muy alto por el éxito, su infancia perdida.
EliminarMuchas gracias por pasar y comentar.
Besos mil.