En un velorio
El funeral transcurría normal.
A la vieja usanza, las tías montaban la escena del llanto; algunos parientes, con sonrisas aburridas, se ponían al corriente, café en mano.
Otros oraban por el descanso eterno del tío difunto.
En fin, todo iba como lo dicta la costumbre, hasta que el muerto despertó.
En fin, todo iba como lo dicta la costumbre, hasta que el muerto despertó.
Despertó, y menuda se armaría. ahora no sé quien se asustaría más si los presentes en el velatorio o el presunto difunto al verse allí.
ResponderEliminarBuen relato Cristopher.
Un saludo.
Ja, ja... Si es que ya nadie se toma nada en serio. ¡Ni los muertos!
ResponderEliminarJosué, a más de uno se le atragantó el velorio! Si es que ya uno no se puede fiar ni de los muertos...
ResponderEliminarEnhorabuena.
Besos
¡Vaya tío! La que habéis montado con ese cierre.
ResponderEliminar¿Qué quisieras que la gente dijera en tu funeral?
ResponderEliminar—Mira, parece que se está levantando.
Muy bueno! ����
Hombre. Es que el muerto querría animar un velorio tan normal.
ResponderEliminarMuy ocurrente.
Un abrazo.
Pablo
¿Cuántos se alegraron de que se despertase? ¿Alguien preferiría que hubiese seguido muerto? Excelente relato con un toque de humor negro cuyo final deja volar la imaginación. ¡Fantástico!
ResponderEliminar¿No diría, por un casual, eso de "¡¡SORPRESA!!"?
ResponderEliminarBuen relato con unas cuantas y medidas gotas de humor negro. Y muy buen estreno, Cristopher Josué. Bienvenido a la familia cincuentista.
Van mi me gusta y mi felicitación.
Saludos.
Bienvenido Cristopher, muy buen estreno, con sorpresa al final. Si es que un velorio no puede ser tan normal.
ResponderEliminarBesos.
Malu.
Gracias por la carcajada final en el aburrido velorio. Bienvenido, Christopher.
ResponderEliminarCreo que ese tío se había quedado con las ganas de dar un buen susto a esos familiares que, quizás, no se portaron demasiado bien con él en vida. Buena propuesta, Cristopher. Bienvenido. Saludos.
ResponderEliminarO los médicos que certificaron su muerte eran pésimos, o él es un bromista de los grandes, en todo caso, bien está romper la rutina alguna vez.
ResponderEliminarUn saludo y bienvenido
Muy buen golpe de efecto final. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn saludo Cristopher y bienvenido,
Buen giro contra la verdadera asesina: La rutina.
ResponderEliminarLes agradezco la bienvenida y el espacio.
ResponderEliminarEs un privilegio ver publicado este cuento.
Ojalá que nunca sepan qué pasa En un velorio después...
Un abrazo.
Y eso fastidió el entierro. ¿A quien se le ocurre?
ResponderEliminarMenuda sorpresa nos tenías reservada para el final del microrrelato, Cristopher. Te felicito.
ResponderEliminarEstaba pensando en la socorrida frase " antes muerto que sencillo", pero no, con este hombre es imposible.
ResponderEliminarSaludos, Cristopher, y bienvenido.
Despertó y tuvieron que hacer el velatorio de todos los presentes del susto que les metió jajaja. Me gusta mucho tu texto.
ResponderEliminarParece que al muerto si había algo que le mataba era la monotonía de las costumbres. Buen micro, Cristopher. Un saludo y bienvenido.
ResponderEliminarLa rutina interrumpida por lo inusual. Muy posiblemente muchos seguirían con la rutina solo por automatismo, sin darse cuenta de lo extraño.
ResponderEliminarEnhorabuena Cristopher.
Gracias por sus cálidas bienvenidas. Saludos.
ResponderEliminarFregón micro
ResponderEliminarEs un cuento terrorífico.
ResponderEliminar¿Qué pasó después?