La acusación de la primavera
Tampoco él podía creerlo. Entonces le había sorprendido que la víctima se hubiera desangrado por arrastrarse hasta el parterre.
Ahora, mientras esposaban al jardinero que había heredado el puesto del muerto, se preguntaba si el juez admitiría como prueba las letras recién brotadas en el escenario del crimen: "Fue Fernández".
Detectivesco y con un fino humor negro. Me gusta, que en este caso, el corazón delator sean las flores, abonadas por la sangre del muerto. Interesante micro Patricia. Muy bien resuelto. Abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Carmen. Las flores vengaron a su cuidador. Estoy llorando y creía que por la emoción, pero me temo que va a ser la alergia.
EliminarMuchos abrazos para ti.
Dicen que un cadáver siempre habla, y en tu caso lo hizo, por eso se arrastro para depositar esas semillas delatoras y que con la llegada de la primavera hicieron florecer esas flores acusadoras.
ResponderEliminarGenial y buen relato Patricia, en 50 palabras nos has escrito una novela negra.
Besos con cariño del de verdad.
Qué más quisiera yo que saber escribir novelas negras... Me temo que se me va a aparecer la Sra. Highsmith y me va a quitar hasta el nombre que llevo en su honor.
EliminarCariño pa ti de vuelta y del bueno.
Vaya prueba dejó el muerto. Seguro que su fantasma deambuló por el jardín, con una sonrisa en la boca, esperando pacientemente que florezca la primavera y su mensaje acusatorio.
ResponderEliminarQué ingenio el del asesinado, y que suerte de tenerte para escribir su historia.
Me ha encantado, Patricia.
Un beso.
Pablo.
Gracias, Pablo. Pues sí, ahí estaba yo, atenta a la llegada de la primavera y me vino a ver el jardinero para darme la exclusiva. Y Álex, que es muy bueno, me ha publicado hoy, para que se luzca mi relatico.
EliminarMás besos.
Está tan mal lo del trabajo que somos capaces hasta de matar a alguien por quedarnos con el puesto. En este caso, gracias a la intervención de la primavera, que no estaba dispuesta a que el nuevo jardinero "se fuera de rositas", parece que se hará justicia. Muy ingenioso y apropiado para el estreno de esta nueva primavera. Felicidades, Patricia, y un beso.
ResponderEliminarDi que sí, Juana. El típico trepa al que se le fue la mano para quedarse con el puesto del jardinero jefe. Pero no contaba con su astucia y su conocimiento del medio.
EliminarUn abrazo fuerte.
Se sabe que existe lo que se conoce como el lenguaje secreto de las flores (algunos lo denominan, al parecer, como floriografía) y que ellas siempre nos dicen algo, pero que puedan llegar a ser testigos y acusación de un crimen... ¡Ahí está la magia y la intriga!
ResponderEliminar¡Espléndido relato, Patricia! Va mi me gusta, con olor a primavera, porque una vez más ha brotado de tu mente privilegiada una historia de las que nos dejan con la boca abierta (espero que no me entren moscas).
¡Enhorabuena, compañera cincuentista!
Un beso y nos seguimos leyendo... en cualquier estación del año. ;)
¡Gracias, J.A.! Las flores nos observan, son seres con sus sentimientos y sus penas, y no podían dejar que su querido cuidador quedara sin venganza. Por cierto, son pensamientos azules.
EliminarAbrazote.
Justo el día en que nace la primavera, una oportuna dama de las letras ha vuelto a provocarnos una sonrisa con un relato de fino humor. La conocemos, pero no deja de sorprender con su originalidad y un toque negro, también muy suyo. En cuanto se difunda el suceso del jardinero asesino, ese parque se va a llenar de visitantes para hacerse selfies infinitas y morbosas con esas letras floridas. Verás como algún alcalde avispado te copia la idea, es lo que tienen los genios/as.
ResponderEliminarUn abrazote
Calla, calla, que los de la policía científica lo han dejado todo perdido. Lo malo es que ya no quedan jardineros en el parque, así que me voy a echar un agua a las florecillas y ver cómo las apaño.
EliminarBesicos, Ángel.
Y la tierra reconoció la sangre de quien la cuidaba e hizo florecer la verdad.
ResponderEliminarRelato a la altura de la fantasía de su autora, que se saborea en cada relectura y deja una impronta de inagotable frescura. Seguramente el juez admita la prueba floral cuando compruebe que esas flores perduran más allá de lo imaginable.
Sólo tú puedes componer una historia de género negro a todo color. Enhorabuena Patricia, menudo pedazo de relato.
Un abrazo.
Ay, qué bonito... Historia de género negro a todo color. ¡Mola! La frescura es la de servidora, que tiene la cara dura de mandar tonterías de este calibre y quedarse tan pancha. Pero me voy a enmendar, o, al menos, lo intentaré.
EliminarGracias y un abrazo muy fuerte, Antonio.
Si un día (o, más bien, una noche) un ruiseñor pudo ruborizar a cierta rosa, hoy las flores le devuelven el favor a la justicia.
ResponderEliminarMagnífico. Al más puro estilo de la otra Patricia, la Highstmith.
Un abrazo.
Vicente
La mención me ruboriza a mí, Vicente.
EliminarMe quedo asomada a la ventana, mirando cómo florecen las rosas y las sobrevuelan los niños.
Un beso.
Ojalá la primavera "cantara" siempre así... sería estupendo!.
ResponderEliminarMe gusta tu idea.
Un beso.
Ja, ja, eso no se me había ocurrido, que las flores también cantaran el nombre del asesino.
EliminarAbracicos, Paloma.
Patricia, has conseguido con tu relato, con un trasfondo tan serio como un crimen, que sea menos negro, al decirnos el nombre del asesino con el colorido de las flores de primavera.
ResponderEliminarSolo puedo decir, a sus pies ¡maestra!, ya que no tengo sombrero te doy mi aplauso.
Enhorabuena!
Besos,abrazos y mi admiración.
Pues no me admires tanto, que te voy a contar un secreto. Este relato es producto de la moñez que me provocan los días grises, de nieblas y oscuridad. Hasta nevó hace poco, señores del jurado. Y la cabeza se me llena de burbujas que acaban explotando y me dictan estas tonterías. Necesitaba ya la primavera, señores del jurado. Del criminal, me refiero.
EliminarGracias, Pilar y una camioneta de besos.
Siempre la fantasía se encuentra presente en estos bellos relatos. Sólo una tejedora de ilusiones y fantasías puede hacerlo.
ResponderEliminarUn abrazo y mi admiración.
Muchísimas gracias, Ricardo. Espero que ya me hayas perdonado por no gustarme Bowie.
EliminarAbrazo fuerte.
Bueno, todos tenemos algún defecto, tantas virtudes en sola persona te hacían más parecer a una deidad de las letras. Pero a lo mejor, es probable, Bowie no es querido en universos etéreos.
EliminarTemática negra con una nota fantástica y humorística al final. Qué difícil de conjugar y qué maravilloso relato nos has regalado para comenzar la primavera, Patricia. Mi admiración y un caluroso abrazo.
ResponderEliminarAgradezco mucho tu abrazo caluroso, que aquí aún nos queda algo de fresquete.
EliminarOtro grande para ti.
Las flores sorprenden con esa capacidad tan suya de hacer lo que les da la gana, como brotar entre las piedras y la nieve, romper la monotonía de los extensos trigales, llenar de aromas las noches, arañarte, "urticarte y alergiarte", acompañarte en una noche romántica, aderezar exóticos platos, plegar sus pétalos y soñar, alimentar bellas mariposas, posar para insignes pintores y hasta marchitarse a pesar de prodigarles mimos y cuidados.
ResponderEliminarPero tú no. Tú ya no sorprendes con esa capacidad tan tuya de hacer lo que te da la gana. Tú disfrutas, y eso se nota, y de qué manera, cuando te leemos.
Besos floridos y saludos primaverales a Enriqueta.
¿De verdad se nota? Pues me hace muy feliz que me lo diga una especialista cervantina como tú. Yo esta semana os abandono, que me voy en busca de semillas para mi huerto, que Enriqueta cada vez me come más.
EliminarBesicos, Marga.
Una primavera delatora qu resuelve crímenes. Genial, Patricia. Me ha encantado leerte!
ResponderEliminarMuchas gracias, Belén. Aún sigo impresionada por tu geisha.
EliminarUn abrazo.
Me han dicho que el señor juez es alérgico, pero por lo visto se ha tomado ya todos los antihistamínicos habidos y por haber y va directo al lugar del crimen para comprobar "in situ" lo que dicen esos pensamientos.
ResponderEliminar¡Bárbara (te voy a cambiar el nombre), te has salido (y no del tiesto) con este relato primaveral!
Beso enorme.
Malu.
Ja, ja, si ha servido para sacaros unas risas, ya estoy contenta, que hay demasiados dramas últimamente y también hay que relajarse, con o sin alergia.
EliminarBesote, Malu.
Esta vez tu gallina le ha dado un buen picotazo al asesino robaempleos. Me la imagino cloqueando satisfecha cuando el juez incorpore el parterre a los autos del juicio.
ResponderEliminarAh, esta vez, cómo no, te mando un beso primaveral.
¿Quién te crees que dio el cacareo de alarma? Enriqueta, siempre al acecho, fue la que descubrió el pastel.
EliminarBesos y abrazos, aunque por aquí no termina de llegar la primavera.
Señora Richmond, la primavera, tarde o temprano, siempre llega, solo era cuestión de tiempo que las flores señalasen al culpable. La prueba queda admitida, así que dígale a Fernández que ya puede buscarse un buen abogado. Me ha encantado tu disparatado pero fantástico micro. Te sobra imaginación y talento. Un beso.
ResponderEliminarGracias, Matri. Me reconforta saber que se admite la prueba y que la justicia regará con toda la contundencia al vil asesino.
EliminarAbrazo grandote.
Me encanta!!! Me imagino las caras de quienes ven las flores con su mensaje oculto... Enhorabuena maestra de las letras y el suspense. Reverencia Sra. Richmond Jejeje. Besitos
ResponderEliminarNo, no, que las reverencias las hago yo. Como a ti.
EliminarBesicos, Carmen.
La sangre riega la tierra y la verdad brota en forma de dedo acusador, bueno, en este caso de tallo acusador, jajaja; un relato originalísimo. Genial, Patricia. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Salvador. Algún día la naturaleza aprenderá a acusarnos de los crímenes que cometemos contra ella. Este ha sido un primer paso de prueba.
EliminarBesicos.
No sé qué me gusta más, si el título o el relato, aunque los prefiero así, juntos, formando una obra perfecta.
ResponderEliminarAl final voy a tener que hacerme con un sombrero de plumas...
Besicos, Patricia.
Estoy en la tierra de los mosqueteros y hay cada sombrero... Me dan ganas de comprarlos todos para tener repuestos, que las plumas de la gallina ya están un poco mustias de tantas reverencias que me obligáis a hacer.
EliminarGracias, Enrique, y abrazote se.
El microcuento me ha recordado algunas de esas películas policiacas en las que el asesinado, antes de cascar, escribe con su sangre en el suelo el nombre de su asesino, o, en el peor de los casos, una parte de su nombre para que los detectives tengan algo de curro.
ResponderEliminarAquí han sido las flores las que han hecho el trabajo, pero me temo que con lo fino que hilan los jueces y con las mil argucias con que los abogados defensores intentan que a sus defendidos les caiga la menor pena posible, les va a servir a las flores de poco su revelación; el fiscal tendrá que apoyarse en otras pruebas más consistentes si quiere que enchironen a Fernández. De todas formas, si a Fernández ya le han esposado es porque hay más indicios que le acusan.
Para lo que no hace falta ninguna prueba es para determinar que se trata de un gozoso e irónico microcuento, mi enhorabuena, Patricia, abrazos.
Qué bueno eres, Proto. Este micro se queda en la categoría de patata frita y contenta.
EliminarBesos.
Un 50 con toque detectivesco y aromado en primavera. Todo al final brota y florece. Y ese Fernández me parece que ya no va a llegar a disfrutar del veraneo.
ResponderEliminarGenial Patricia eres una buena jardinera de palabras.
Un beso bien grande bonita.
Todo dependerá de cómo le huela el asunto al juez.
EliminarGracias y besos, M.Belén.
Justicia poética y primaveral. Me ha encantado, Patricia.
ResponderEliminarUn beso grande.
Sí, que cuide tu sombrero, que la justicia se respira en el ambiente.
EliminarMuchos besos, Sandra.
Es que la primavera, la sangre altera hasta a los jardineros que la derraman, pero no la propia, claro.
ResponderEliminarMuy buena idea, Patri.
Besito virtual
Muchas gracias, MJ. Pero reconozco que es una tontería primaveral.
EliminarAbrazos cibernéticos.
Muy redondo este relato de asesinato entre jardineros, y que astuto el jardinero asesinado... Me ha encantado esta inauguración de la primavera sangrienta en cincuenta palabras.
ResponderEliminarMucha suerte Patricia con las votaciones.
Muchas gracias, Raquel. Por aquí, a escondidas, te cuento que estoy pasmada por haber entrado en la final.
EliminarUn beso.
Tenemos multitud de testigos, Monsieur Caracol, Madame Lechuga, la vecina Doña Repollo y una larga fila de hormigas, están dispuestas a declarar que ha sido el mayordomo. Un beso.
ResponderEliminarJa, ja, ja. Con eso y un buen fiscal, el asesino no tiene escapatoria.
EliminarBeso fuerte, Pepe.
Tu micro pertenece al género de "micronegro". La verdad es que me has dejado con ganas de saber más sobre el caso. Deberás hacer "entregas" de 50 palabras.
ResponderEliminarMuy bueno. Un abrazo.
Micronegro... ¡Me gusta!
EliminarMuchas gracias, Isidro.
Excelente micro. Enhorabuena Patricia. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, Miguel Ángel. A ver si viene de verdad la primavera que se nos van a congelar las testigas.
EliminarUn abrazo.
Patricia, esta es la forma de indicar al asesino más original que he oído nunca! (aunque siendo el mismo jardinero, no estaba muy atento al crecimiento de las plantas... ;-)
ResponderEliminarBuena historia nos trae la primavera!
Un beso.
Muchas gracias, M. Carme, y perdona que no te contestara. Ya no esperaba más comentarios.
EliminarUn abrazo grande.
Un final redondo "Fue Fernández" No sólo los "fernández" actuan en la época estival.
ResponderEliminarEncantada de leerte, no te conocía.
Besicos
Muchas gracias, Cabopá. Ahora que ya nos conocemos, ¡a leernos!
EliminarUn beso.