La daga del pasado
En el puño cerrado, su ilusión, derramada entre los dedos de pura rabia contenida. Ni aquella sonrisa calmó un ápice del dolor que le arrancaba las ganas de vivir. Sudorosa y pálida, se desplomó en el charco de mil lágrimas. Cubierta de abrazos imaginarios, soltó el aliento helado al ayer.
Sí, a veces el pasado puede llegar a ser un lastre tan pesado que no sabemos cómo liberarnos de él. Parece ser el caso de la protagonista de tu estupendo relato, que muere sumida en la falta de ilusión, desplomada sobre sus propias lágrimas. Me quedan dos dudas: Una sobre la sonrisa que nombras, no sé si interpretar como que alguien quiere ayudarla. La otra sobre la expresión "Cubierta de abrazos imaginarios". Quizás signifique que al morir sueña estar abrazada por aquel que la abandonó y decepcionó. Buen relato para pensar, Arimike. Saludos
ResponderEliminarHaciendo referencia al título de tu relato, a tu protagonista le ha ocurrido algo en el pasado que le ha marcado toda su vida de forma significativa. Ha llevado una vida sumida en la tristeza que ni las pocas alegrías que ha vivido le han dado fuerzas para seguir viviendo.
ResponderEliminarBuen relato Arimike.
Un abrazo
Arimike muy grande ha sido el dolor que le ocasionó la daga del pasado, imposible recuperarse para seguir viviendo, solo ha podido expulsarlo de su cuerpo con su último aliento.
ResponderEliminarTriste tu micro pero muy bello.
Enhoranuena!
Besos
Cuánto dolor encierra el pasado de la protagonista y cuánta impotencia. Ni una leve sonrisa que se le ofrece puede hacer ya nada por ella. Hasta los abrazos de su final son imaginarios. Cuánta soledad también.
ResponderEliminarBello relato, Arimike. Un abrazo.
Poesía contada en forma de prosa. Bellas palabras para contar un hecho trágico.
ResponderEliminarSaludos, Arimike.
Sus hombros no pudieron soportar la carga de un pasado que alguna vez imaginó bello pero que le robó toda su ilusión. Es terriblemente triste imaginar que una persona pueda llegar al fin de sus días llorando por una vida que no fue más que un camino continuo de lagrimas. A mí también me queda la duda de quién era el dueño o la dueña de esa sonrisa que tampoco consiguió aliviar ni un poco su pena. Una pregunta más de las cientos que este micro plantea: ¿qué le pasó? ¿Cómo llegó a ese punto de hastío? ¿Por qué está tan sola? Nos quedaremos con la duda y con su tristeza. Bello micro
ResponderEliminarLe doy muchas lecturas a tu micro Arimike, de ahí la riqueza del mismo.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Malu.