Lo que después aconteció y que nunca fue narrado
Bajo un sol inmisericorde que un día más se ha desperezado ignorando desdichas ajenas, avanza una silueta triste sobre la polvorienta llanura manchega.
Con cansino caminar del asno, Sancho cabalga desnortado, manco por la muerte de su señor y, en grito colérico, recrimina su orfandad a su también manco creador.
Con cansino caminar del asno, Sancho cabalga desnortado, manco por la muerte de su señor y, en grito colérico, recrimina su orfandad a su también manco creador.
Triste, evocador. La presencia de Sancho, el hombre tranquilo, que fue el sosten del Quijote. Todos quisimos ser como el alguna vez. Todos hemos sentido muchas veceslo dura que es la vida sin ideales. Buen micro Isidro. Abrazos.
ResponderEliminarLa pérdida de un compañero y amigo, por muy loco que estuviera, siempre es dolorosa y para una personalidad como la de Sancho, supongo que aún más dolorosa.
EliminarMuchas gracias Carmen por tu comentario.
Me gusta esa idea de Sancho quejándose a Cervantes por la muerte del Quijote, original.
ResponderEliminarBuen relato Isidro.
Un abrazo.
¿Que fue de Sancho tras la muerte de su compañero?...
Eliminar-Continuará-
Me alegro que te haya gustado.
Un fuerte abrazo Javier.
La muerte del caballero ha dejado a Sancho huérfano de señor y, lo que es más grave, de utopías. Entre caballero y escudero se habían trabado unos lazos indestructibles. El propio Sancho se quijotiza en la II Parte de la obra. Y ahora, sin su señor y sin ideales que perseguir, se le queja al propio autor.
ResponderEliminarExcelente y original relato. Un abrazo.
La naturaleza de Sancho hace que, sin su caballero y señor, sus ánimos utópicos, quijotadas y altruistas ideales, se diluyan entre la pena, la realidad y la comodidad natural. Inevitablemente siempre habrá quijotes y sanchos. Ley de vida.
EliminarMuchas gracias Carmen por leerme y comentar.
Isidro, siempre he tenido la curiosidad de ver que ocurrió tras el final de El Quijote. Por lo que veo, Sancho pasa a ser una silueta triste, al perder al Caballero de la triste figura y quedarse solo y sin nuevas locas aventuras que vivir. Por eso se queja a Cervantes.
ResponderEliminarEspero que nos cuentes como sigue la historia...
Besos
Tengo varias teorías sobre la vida posterior de Sancho, pero a ver "quién le pone el cascabel al gato". Incluso Avellaneda se retiró del campo de combate.
EliminarYo sólo sé que, tiempo después, Sancho llegó a tener escarceos amorosos con Dulcinea, que según la crítica y ecos de sociedad de la época, así como grabados, no era tan bella como Alonso Quijano la describía. Tales escarceos, le costaron el matrimonio a Sancho, ya que según las crónicas "amarillas" Teresa -la esposa- lo echó de casa a escobazos, acusándole de traidor a su señor D. Quijote y a ella misma (Y por ese orden!. Ella también respetada a D. Alonso)
Bueno no me enrollo más. Sólo darte las gracias sinceras por leerme y comentar.
Besos Pilar.
Coincido con Javier, gran acierto incluir ese reclamo a Cervantes. Tal vez, para compensar al fiel escudero, el manco de Lepanto le envíe a alguna amiga de Dulcinea para darle consuelo. Ja, ja.
ResponderEliminarGenial, Isidro.
Un abrazo.
Pues efectivamente habrá que hacer algo con Sancho, Cervantes, Dulcinea...
EliminarVicente anímate, yo te regalo el cascabel. Tú se lo pones al gato, que a mí me da risa. jajaja!
Muchas gracias Vicente. Un abrazo.
"... y los molinos detuvieron sus aspas porque aquel que los elevó a la categoria de gigantes dejó de respirar". Isidro, has tenido una idea brillante narrando con mucha maestría esa desoladora horfandad que siente Sancho ante la muerte de Alonso Quijano. Me ha encantado. Un abrazo.
ResponderEliminarNo sólo a la categoría de gigantes, sino a la categoría de todo un símbolo de una región histórica, geográfica, literaria y signo de identidad, elemento pictórico, elemento cultural, testigo histórico de la industria, patrimonio de la humanidad... No sigo porque ¡parezco manchego!
EliminarMuchas gracias amiga Juana.
Un abrazo.
Solo con la imagen de la primera frase de tu relato, ya me quito el sombrero, a riesgo de cogerme una insolación bajo ese inclemente astro.
ResponderEliminarY al terminar, dejo caer el sombrero para aplaudirte sin trabas y como loca, tal como mereces.
Un abrazo, Isidro
Jo, Margarita, me sacas los colores con ese comentario tan adulador. Me honras con con tus comentarios.
EliminarMuchas gracias.
Un abrazo. (Ah! me alegra compartir papel de jurado en ya sabes que concurso)
Me imagino al pobre Sancho desvalido por la manchega llanura, como dice el verso del poeta León Felipe. ¿Cómo vivir sin su señor Don Quijote? ¿Cómo imaginarse a la pareja literaria más famosa de todos los tiempos y lugares el uno sin el otro?
ResponderEliminarYa se lo había dicho Sancho a Don Quijote, cuando éste estaba postrado en su lecho de muerte: “No se muera vuestra merced, señor mío, sino que tomé mi consejo y viva muchos años, porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin que nadie le mate ni otras manos le acaben que las de la melancolía”.
Emotivo homenaje al cuarto centenario de la muerte de Cervantes, y muy cervantino ese grito colérico de Sancho recriminándole a su creador que le haya dejado en tal orfandad.
En cuanto a la vida posterior de Sancho, Andrés Trapiello escribió una novela titulada El final de Sancho Panza –que no he leído-, y, aunque lo desconozco, supongo que más escritores habrán tratado el tema.
Mi enhorabuena por tan buen y acertado microcuento, Isidro, y un saludo.
Yo también desconozco la existencia de novelas sobre la vida de Sancho, pero podrían ser curiosas. Buscaré.
EliminarMuchas gracias por tu gentil comentario.
Un abrazo, Enrique.
Otra genialidad tuya, Isidro.
ResponderEliminarGran título que invita a leer con ganas el relato y relato que muestra el ingenio de la pluma de la que ha salido, que no es manca. Originalísimo tratamiento al mejor secundario de la literatura, reprochando a su padre algo más de protagonismo.
¡Bravo, Isidro!
Un abrazo.
Pablo.
Me alegra que te haya gustado. Eso es lo que se pretende en 50 palabras, pues evidentemente no se puede hacer un ensayo ni un tratado... es como yo digo, un bombón relleno que hasta el final no sabes de qué será o que sabor tendrá el licor.
EliminarUn abrazo no. Dos abrazos fuertes y muchas gracias por tus ambles comentarios.
Cervantes haría una reverencia.. Ahí va la mía. Me ha emocionado relato. A todos nos llega ese momento de seguir adelante sin ese alguien a quien servir, ayudar o acompañar. Enhorabuena Isidro.
ResponderEliminarSí, supongo que habría de ser muy dura la pérdida para Sancho, pero la naturaleza humana y animal, hace que nos aferremos a la vida y continuemos aunque sea en un valle de lágrimas.
EliminarUna reverencia para tí.
Gracias.
El título ya nos adelanta que lo que viene tiene que ser, por fuerza, algo de mucho interés. Y no defraudas, Isidro, al lector, ya que nos cuentas magníficamente los sentimientos de una persona, rural y sencilla pero con un corazón que no cabe en esa llanura manchega, tras haberse quedado sin la compañía de su amigo (al que llama señor por respeto). El grito de rebeldía contra el autor pone el broche final a un cincuenta de categoría.
ResponderEliminarVa mi me gusta y con este mi aplauso y enhorabuena por tu singular y soberbio homenaje a Cervantes y a su obra más destacada, la que no necesita presentación.
Un abrazo y nos seguimos leyendo.
Jo, me has dejado sin palabras.
EliminarMuchas gracias por tus elogios. Me alegro one egg que te haya gustado, amigo José Antonio.
Un abrazo enorme.
Ahora los senderos de la mancha acompañan a otra triste figura, menos alargada pero de orondo perfil, necesario para acoger a tan gran corazón. Huérfano de aventuras pero también de desdichas, ojalá esa magnífica pluma le haga descansar de tantos duelos y quebrantos para la que no estaba hecha su naturaleza sino para una vida más sosegada y apacible, por otra parte bien ganada.
ResponderEliminarMagnífico homenaje al gran Cervantes y a ese personaje que a mí siempre me ha parecido el quijote de D. quijote.
Enhorabuena, Isidro.
Un abrazo.
Todo sea por homenajear a nuestro insigne Cervantes en este IV centenario de los dos grandes. Por patriotismo, ¡viva D. Miguel! (Pero no le digas a nadie que D. Guillermo me encanta. Porfa, No me hagas elegir)
EliminarMuchas gracias Antonio y un abrazo.
A quién intentará ahora insuflar realismo, a quién cuidará de ensoñaciones peligrosas. Sin su contrapunto, el bonachón Sancho se diluye en una, para él ya, monótona vida. Normal, pues, que se queje a su creador. Genial, Isidro. Un abrazo.
ResponderEliminarEso le dije yo, que se quejara. Creo que Cervantes no le hizo caso y prefirió dejar así las cosas para que otros escribieran novelas, hipótesis, ensayos y microrrelatos especulando sobre "Lo que después aconteció y nunca fue narrado"
EliminarMuchas gracias Salvador y un abrazo
Has puesto en el lugar que se merece al personaje secundario por excelencia que siempre mereció mayor protagonismo. No me cabe ninguna duda de que hubiera podido protagonizar su propia historia por sí mismo..Sancho, manco de su señor, pero seguro que tan ingenioso como su amo; Cervantes, manco de Lepanto, pero igual de genial; tú, amigo Isidro, con un solo dedo, o con la nariz si hiciera falta, serías capaz de dibujar las mejores letras, como has hecho con ese sol manchego indiferente a las alegrías o desdichas de los mortales.
ResponderEliminarUn abrazo, artista.
Bueno, bueno... te digo lo que a José Antonio, me dejas sin palabras y me pones los colores.
EliminarCreo que es cierto aquello de "Detras de todo gran hombre hay una gran mujer" pues por añadidura yo creo que detras de todo gran personaje o héroe, hay un gran escudero; o de lo contrario que se lo pregunten a Mr. Watson o al propio Lazarillo de Tormes que acabó superando a su jefe.
Amigo Angel, te mando un abrazo muy fuerte y mi agradecimiento por tus palabras.
Buena propuesta la suya maese Moreno, vive Dios que si Cervantes levantare la testa...
ResponderEliminarUn abrazo Isidro.
Si levantare la testa, iría a su nativo Alcalá de Henares y entonces alli... estarías tú para saludarle y de paso le das recuerdos míos. Le dices que nací a 9 kms. de El Toboso. Se alegrará. jejeje!
EliminarMuchas gracias Paloma y un abrazo.
Ya de entrada, sólo por homenajear al Quijote, tienes todos mis respetos.
ResponderEliminarPero luego, hay que destacar el tono que has utilizado, el vocabulario, cómo no, y el trasfondo de cómo encajar la ausencia del ser querido.
Buenísimo relato, Isidro.
Abrazos.
Contentísimo de que te haya gustado amigo Carles. Muchas gracias por tu alentador comentario.
EliminarDos abrazos. (pues uno me parece poco)
Sin manco que nos de fe, de seguro lo que después aconteció fue un escudero sin señor, desdichado y desnortado. Gran micro, Isidro, mis felicitaciones. Un beso.
ResponderEliminarLa dualidad Quijote - Sancho es similar a Tierra - Luna y tantas otras relaciones que no se entienden la una sin la otra o que de hecho no existirían sin su opuesto. Ambas generan el perfecto equilibrio.
EliminarMuchas gracias Matrioska por tu comentario.
Un beso.
Qué buena pregunta, amigo Isidro, ¿qué fue de Sancho sin Quijote, de Watson sin Sherlock, de tantas y tantas parejas literarias que traspasan las páginas de los libros en nuestra imaginación. Besos y enhorabuena, una perspetiva original y una narración muy bien llevada.
ResponderEliminarEfectivamente, como acabo de decir a Matrioska, hay parejas indisolubles, pues es sabido que su valor es mucho mayor que la suma individual de ambos y esto es más que pura sinergia, creo que forma parte de una filosofía vital.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, amiga Belén.
Un beso.
Me gusta pensar que Don Quijote también se habría sentido incompleto de haberle faltado Sancho tras tantas aventuras juntos. Ya su primera salida en solitario fue mucho menos grata que las otras.
ResponderEliminarEstupendo trabajo, Isidro. Me uno gustoso a tu homenaje.
Un abrazo.
Convencido estoy que si D. Alosno Quijano hubiese sobrevivido a Sancho, hubiese muerto de pena y contrariedad ante el primer percance que encontrase.
ResponderEliminarMe alegra, como siempre, tus comentarios.
Un fuerte abrazo amigo Quique.
¿Cómo se me ha podido pasar tu micro, Isidro? No me extraña nada que un Manchego (o cuasi) como tú haya hilvanado tan bien las palabras para que este homenaje a Sancho sea perfecto.
ResponderEliminarFigura entrañable donde las haya, me gusta el protagonismo que le has dado al fiel escudero y el rapapolvo que le ha echado a Cervantes por dejarle solo en el mundo.
Bravo Isidro, un beso fuerte.
Malu.
Hola paisana. Sí soy manchego y no sé si por paisano o por admiración, he escrito este y algunos otros micros inspirados en la obra de D. Miguel.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por comentar y un fuerte abrazo Malu.