Traidor
Y corrimos bajo la lluvia con nuestras manos entrelazadas. Cuando ella tropezó y miré hacia atrás, vi que cada vez se acercaba más y más.
Supe que los dos no podíamos salir de ahí.
Tomé una decisión.
Dos millas más adelante aún podía escuchar sus gritos. Pero yo seguí corriendo.
Dos millas más adelante aún podía escuchar sus gritos. Pero yo seguí corriendo.
Tú protagonista no solo es un traidor como pone el título, es sobre todo un cobarde, aunque otros pensaran que más vale uno vivo que los dos muertos.
ResponderEliminarBuen relato JM.
Saludos.
Por desgracia hay mucho traidor suelto por el mundo.
ResponderEliminarMuy bien reflejado este sentimiento en tu microrrelato, JM.
Un saludo.
Desde luego que a la distancia la ruindad del personaje es evidente y su conducta nos parece más que reprobable pero, reflexionándolo un poco, quién sabe cuál sería nuestra reacción en una situación así de extrema.
ResponderEliminar«Antes de juzgar a alguien, camina en sus zapatos por tres lunas».
—Proverbio Persa.
Muy bueno, JM.
Saludos.
JM, has elegido muy bien el título. Es un traidor sin paliativos. Las situaciones extremas, donde está en juego la supervivencia saca lo peor o lo mejor de las personas. Tu protagonista ha tomado una decisión muy cobarde.
ResponderEliminarMuy bien contado.
Enhorabuena!
Besos
Una decisión pragmática, puede que hasta correcta si se mira fríamente, con la cabeza fría, analizando pros y contras, pero habría que preguntarse si este personaje dormirá con la conciencia tranquila a partir de ahora. Quizá hubiera sido mejor una acción desesperada, con independencia del resultado, que arrastrar un continuo remordimiento.
ResponderEliminarUn saludo
Parece que nunca sabremos si ha tomado la decisión correcta; de lo que no hay duda es de que tendrá que vivir con sus consecuencias.
ResponderEliminarUn saludo, JM
Veremos si el instinto de supervivencia es tan fuerte como para acallar las voces de la consciencia.
ResponderEliminarUn relato técnico que funciona muy bien, JM.
Saludos cordiales.
Traidor y cobarde, pero superviviente al fin y al cabo. No sabemos qué o quién los perseguía, pero uno de los dos, parece, salió adelante. Eso sí, a costa de dejar atrás a su compañera de huida. Con ello tendrá que vivir (¿Merecía la pena?) a partir de ahora.
ResponderEliminarBuen relato, JM. Va mi me gusta y con este además mi enhorabuena.
Saludos y bienvenido de nuevo.
Nada más acabar de leerlo me ha salido un ¡Qué cabrón! (con perdón). Luego he leído el título y he pensado... ¡Qué fino!
ResponderEliminarMuy buen relato Jotaeme. Un abrazo
Muchísimas gracias por tomaros la molestia de comentar mi relato. Es verdad que hay mucho traidor suelto, es verdad que nunca sabremos si ha tomado la mejor decisión o no y es verdad que nunca sabremos si vivirá con esa decisión en su conciencia para toda la vida... Pero son realidades que se pueden dar y cada uno hace aquello que cree que mas le convienen o no.
ResponderEliminarMuchas gracias. JM.
Este traidor lo que trae es un dilema moral. De entrada, hay que imaginarse la situación: alguien, animal, persona o personas persiguen con criminales intenciones a los dos protagonistas del microcuento.
ResponderEliminarEs una situación que puede extrapolarse a muchas situaciones, por ejemplo, dos personas en el mar, una de ellas sabe que si deja que la otra se ahogue ella podrá salvarse, y si no lo hace se ahogarán juntas.
Así que todo depende del grado de amor existente entre esas dos personas y de la integridad moral de la que puede salvarse.
Desde luego, una madre o un padre no abandonarían a su suerte a un hijo o hijos, ni el amado a la amada o viceversa, tampoco el amigo al amigo, creo, aunque ya se sabe que la excepción confirma la regla.
Sabido es el gran sentimiento de culpa de los supervivientes a las grandes catástrofes, pues no cesan de preguntarse: ¿Por qué yo estoy vivo y muchos otros que pasaron por mis mismas circunstancias están muertos? ¡Y qué decir si han tenido que enfrentarse a una situación como la que se describe en el microcuento!
En definitiva, no me atrevo a dar un veredicto, el tal traidor no sé si merece ese nombre, de entrada, habría que saber la relación que une a esas dos personas. Pues, en circunstancias extremas, pienso que todos podríamos ser héroes o villanos.
Saludos y enhorabuena por el microcuento.
JM, tu relato deja no deja indiferente. Parece un político de la mano del país y cuando ve venir la crisis, lo suelta de la mano y echa a correr para salvarse.
ResponderEliminarUn abrazo.
En las situaciones límite sabemos de qué estamos hechos. Cuando se huye de cualquier jauría, el instinto de supervivencia puede tomar el control de la situación para al poco tiempo dejarnos abandonados y desnudos ante los más caníbales remordimientos.
ResponderEliminarMuy buen relato, JM, en el que reflejas a la perfección que a menudo somos lo que nos persigue, sean personas, sueños o fantasmas.
Un saludo.