Asesinato en la biblioteca
Primero le sedujo su inteligencia; sus intrépidas caricias hicieron el resto. Se citaban clandestinamente entre los libros hasta esa noche en la que hallaron el cadáver de Agatha Christie. Lo último que oyó fue la voz de Poirot:
—Mi querida Miss Marple, me temo que nuestra relación acaba de terminar.
—Mi querida Miss Marple, me temo que nuestra relación acaba de terminar.
Lógico que los protagonistas de infinidad de novelas de Agatha Christie estuviesen liados, se veía venir, pero claro muerta la escritora se acabó, lastima que ambos no puedan averiguar si su muerte ha sido un asesinato y encontrar al asesino.
ResponderEliminarMargarita original y genial como siempre, cuando no es con personajes de cuento, es con cerraduras personificadas, y hoy con los protagonistas de novelas de misterio.
Me ha gustado mucho Margarita.
Besos.
Ya lo dice el refrán: "el roce hace el cariño", y si de por medio está Agatha Christie limando asperezas, es inevitable que el cariño se convierta en amor.
EliminarYo tengo la suerte de tenerte a ti, que me regalas tinteros rebosantes de colores frescos y actuales, y así es más fácil escribir.
¡Gracias, Javier!
Besos
¡Ay, cuánto quiero yo a esos personajes, Margarita! Me ha encantado tu homenaje cincuentero. Besos y muchas gracias.
ResponderEliminarQué subidón me da cuando me percato de algunas "casualidades nuestras", como relacionar El Principito con el espacio o tener un enano protagonista en un relato. El bajón me viene después. Después de leer lo que tú escribes y compararlo con lo que he escrito yo ;)
EliminarMuchas gracias a ti. No dejo de aprender.
Besos, Belén
Muy bueno Margarita!
ResponderEliminarGracias, Aurora. A ver si alguien se anima y los resucita a los tres.
EliminarSaludos
¡Me gusta mucho! Amo a esos dos entrañables personajes que nos han acompañado a tantos durante incontables horas de lectura, y nos han iluminado los misterios más difíciles de resolver... Aunque, si me permitís Margarita, creo que han sobrevivido a su autora. Bien podrían ocuparse hasta de su cadáver. Te mando un beso, y felicitaciones por el relato.
ResponderEliminarTe permito todo lo que quieras, Silvina, porque no haces sino enriquecer la historia.
EliminarEstoy segura de que, con ese arte que te caracteriza, eres capaz de crear una serie a partir de aquí.
¡Gracias!
Un beso
Menuda pareja, Margarita. Nadie como tú para imaginar esta relación, aunque permíteme que yo siga sin verlos en la cama, sino más bien manteniendo largas y jugosas conversaciones desde sus respectivos sillones orejeros mientras toman té. Si se pudieran adoptar ahora que están huerfanos...
ResponderEliminarEstupenda esta nueva entrega tuya, inconfundible aun sin ver la firma (por cierto que debe de estar preciosa en este mes que estamos).
Un abrazo.
Lo que me he reído con tu comentario, Enrique.
EliminarDebe de ser la edad, o quizá la primavera, que efectivamente me hace reverdecer, pero yo sí los veo acercando posiciones en medio de su conversación. Igual si giro el ángulo de la escena, eso sí, con mucho cuidado para que no se derrame el té...
Piensa seriamente en la adopción, los imagino felices, y conversando, detrás de tu pluma; y a la tetera echando humo, y nunca mejor dicho.
Muchas gracias, por tus palabras y por las carcajadas.
Un abrazo
A pesar de lo dicho por Poirot, creo que estos personajes se encuentran ante un enorme dilema. ¿Qué hacer ahora que sus acciones no dependerán de la fértil imaginación de su autora? Tal vez, incluso, me gustaría pensar que su libertad es el último regalo de la maestra del thriller policíaco. Sólo el tiempo lo dirá.
ResponderEliminarEntrañable, Margarita, como tú y todas tus historias.
Vicente
Reconozco humildemente que no había visto ese matiz liberador en los personajes una vez muerto el autor. Y se me están ocurriendo varias posibilidades, aunque todas muy poco científicas.
EliminarA lo mejor es el momento de que le pongas voz al tiempo ;)
¡Gracias, Vicente! Me encanta que, precisamente tú, que pintas las puestas de sol con garabatos infantiles, por poner solo un ejemplo, me califiques como entrañable.
Un cálido abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBonito e imaginativo homenaje a la escritora que, para muchos de mis amigos y para mí, tomó el relevo de Enid Blyton cuando en nuestros años mozos comenzaba nuestro idilio con la literatura.
ResponderEliminarCuriosamente, a mí las novelas que más me gustaban de ella eran en las que no aparecían ni Poirot ni Mrs Marple (prefería personajes nuevos y al matrimonio Beresford), aunque también las leía con agrado.
Otro relato que tiene tu sello inconfundible y van...
Enhorabuena, mi querida Margarita.
Un besazo.
Pablo.
Mi querido Pablo:
EliminarNuestra infancia ha discurrido entre líneas semejantes, aunque luego hemos tomado páginas y melodías diferentes.
Me ha venido a la cabeza un árbol, ya sabes, tronco común que se expande y diversifica en numerosas ramas, pero todas alimentándose de la misma raíz.
Me alegran siempre tus palabras. Y tu cariño.
Un beso grande
Y Poirot lloró lágrimas negras, teñidas, en realidad por el mejunje que se daba en el bigote canoso... No se ha descubierto aún sin en señal de duelo y luto por doña Agatha o por aquel amor moribundo.
ResponderEliminarTe dejo que voy a tomarme un chocolate caliente en recuerdo de los héroes de mi infancia.
Un beso, Marga.
Nadie mejor que tú para descubrir la composición del mejunje del señor Poirot, Patricia, ¡y que tiemble Coca cola!
EliminarBuen provecho y feliz viaje.
Un beso
Imaginativo, como todo lo que escribes, es este homenaje a Agatha Christie. Sus personajes siguen vivos y podrían hacerse cargo del caso.
ResponderEliminarCada micro que nos regalas es una vuelta de tuerca más a la imaginación. Muchas gracias, Margarita. Un beso.
A falta de tu sensibilidad poética para ablandar y esponjar piedras, no me queda otra que echar mano de personajes ya inventados y cambiarles el traje de faena.
EliminarGracias a ti, Carmen, por tus cálidas y sensibles palabras. Siempre.
Un beso
Una historia de amor entre dos genios de la deducción sólo podía interrumpirse con la muerte de su involuntaria celestina. Esta escena que tan abruptamente cierra esa furtiva historia de amor, seguro que abre el caso más transcendente en la historia de tan ilustres investigadores.
ResponderEliminarEnhorabuena, Margarita, has vuelto a componer un relato atractivo y cautivador con un final novelesco a la altura de la víctima y de la imaginación de su autora.
Un fuerte abrazo
Haciéndome eco de los comentarios anteriores, gana por mayoría la posibilidad de que estos "genios de la deducción" continúen con sus pesquisas y sea este, como bien dices, el caso de sus vidas. Yo, sin embargo, y por llevar la contraria, que ya has comprobado que me gusta, los imagino jubilados, disfrutando de los encantos de la campiña inglesa, saboreando el tiempo libre con los ojos cerrados y las manos unidas, leyendo a los clásicos, pero también a los que acaban de empezar, dando largos paseos en silencio antes de cenar y, en fin, comenzando una nueva vida que dé lugar a innumerables historias más cotidianas y no por ello menos misteriosas.
EliminarLo que no es ningún misterio es la admiración que siento por tus comentarios, Antonio.
¡Gracias!
Un abrazo fuerte
Dos detectives míticos, capaces de resolver los misterios más complicados, pero incapaces de enfrentarse al futuro, privados del alma que los dirigía. Agatha Christie sólo podría despedirse en una biblioteca, que es lo mismo que decir que no morirá nunca, al igual que sus historias y personajes, como lo prueba este buen homenaje que has sabido darle, con tu sello de calidad.
ResponderEliminarUn abrazo, Margarita
Escritores y personajes a veces difíciles de diferenciar, o mejor dicho, inimaginables los unos sin los otros, que son eternos. ¿La eternidad tiene futuro?
EliminarTus comentarios son los que tienen un inconfundible sello de calidad y me siento muy feliz de recibirlos.
Gracias, Ángel.
Un abrazo
Margarita, me encanta que retomes mitos de mi infancia y, más aún, que los sitúes en la biblioteca... ¡dónde mejor pueden estar! Lo digo con conocimiento de causa ;). Enhorabuena y suerte.
ResponderEliminarLa biblioteca es uno de los mejores sitios en los que se puede estar; no se me ocurre nada que no se pueda hacer, salvo hablar muy alto. Y por lo que veo, parece que somos muchos los que hemos coincidido por allí, hasta me atrevería a apostar que tú eras la niña de largas trenzas que leía más rápido que yo y me desvelaba quién era el asesino ;)
EliminarMuchas gracias, María José.
Un saludo
Pues yo me uno al sentir mayoritario, les ha dejado como regalo un crimen por resolver, el último, antes de descubrir la vida juntos. Genial homenaje, Margarita. Un abrazo.
ResponderEliminarOjalá sea el último y, además, lo consigan. Y que todos los que estén por venir sean los que escriban en sus diarios como mero divertimento para mantener ágiles sus capacidades deductivas y para deleite de nosotros, que nos convertiremos en sus nuevos lectores.
Eliminar¡Gracias, Salvador! Encantada de hablar contigo.
Un abrazo
Uno se pregunta a veces qué harán, cuando nosotros no estamos presentes, los personajes de los libros que tenemos en nuestras bibliotecas. Quizás, hartos de que sus historias sean siempre las mismas, decidan pasarse a otros libros, o simplemente, cambien sus historias dentro del libro en el que ‘viven’.
ResponderEliminarDado que sus mundos son los de la imaginación y la fantasía, pueden hacer lo que les plazca, lo que no sé es si necesitan a alguien que reescriba su historia, o lo hacen por sí mismos. La literatura también se nutre, y mucho, de todas estas posibilidades.
En el caso de tu microcuento, Margarita, está claro que Hércules Poirot y Miss Marple, han recurrido a ti para que los lectores quedemos enterados de una parte desconocida de sus existencias, de unos hechos importantes que ocurrían tras las bambalinas cerebrales de Agatha Christie, es decir, que mantenían una relación amorosa, lo que no queda claro es quién sedujo a quién, aunque sí es palmario que lo que más le atrajo al uno del otro, y viceversa, fueron sus respectivas inteligencias. Como dice Enrique, es difícil imaginárselos en la cama; aunque, por otra parte, el sexo, en su versión humana, es decir, erótico-amatoria, es, sobre todo, seso.
Lo que -a pesar de que ninguno de los dos tiene un pelo de tonto-, no han previsto es que la muerte de su creadora no es un impedimento para que puedan seguir con su relación; ya que, como has hecho tú, pueden recurrir a cualquier creador, tal y como hicieron esos seis personajes con Pirandello, y conminarlo a que escriba una historia donde ellos puedan continuar con sus amores, eso si, como he barajado al principio, tal posibilidad no está ya a su alcance.
Mi enhorabuena, Margarita, por estos mundos de fantasía que nos brindas y donde nos sentimos tan a gusto quienes, en muchas circunstancias de la vida, solemos estar pensando en las musarañas e imaginando alguna historia donde ellas son las protagonistas.
Un abrazo.
Estimado señor Angulo: una se pregunta a veces qué habrá hecho para se merecedora del tiempo que le ha dedicado a este comentario.
EliminarAl igual que a usted, también me asalta a menudo la idea de fantasear con estos y otros personajes a los que sus autores han conseguido transmitir cierto halo de realidad y ya parece que tienen vida propia; se descuelgan de la página y se acercan a pedirme un cigarrillo (mal hábito, lo sé) aprovechando un descanso lejos de la tinta inflamable; se reúnen para organizar un viaje de ochenta días al país de las maravillas; preparan en la biblioteca el examen de historia de una escalera; recogen los restos que dejo en el plato para alimentar a los perros que ladran en el sótano; corren a hacer una larga fila con baldes y herradas hasta el río para apagar la hoguera de las vanidades; me desvelan para contarme lo ocurrido en la noche mil dos,...
En definitiva, que a veces en casa somos tantos que tengo que invitarlos a que regresen a sus páginas y se queden quietos y callados para que yo pueda hacer mi vida "normal".
Sin embargo, le confieso que lo que más me gustaría es llegar a crear a uno de ellos y no tener que disfrutar solo de los ajenos. De momento no me va a quedar más remedio que adoptarlos como Enrique, su tocayo, y proyectar en ellos una parte de mí, léase la imposibilidad que tengo de no caer rendida y dejarme seducir por la inteligencia de las personas, y en este punto vuelvo a confesarme, en este caso de ser bisexual, ¿o debería decir, siguiendo su argumentación, "bisesual"?
De las musarañas no voy a hablar. No me gustan nada esos bichos, prefiero "estar en la luna"; tuve una mala experiencia con una rata y no se superado el trauma, me temo; al único roedor que puedo soportar es al ratoncito Pérez siempre que, como es su costumbre, haga su trabajo de noche y cuando no se le pueda ver.
Un placer charlar un ratito con usted.
Un cordial abrazo
P. D. Intento llamarte Enrique y tratarte de tú, juro que lo intento, pero haciéndolo parece que se me escurre entre los dedos la esencia de nuestros orígenes (allá por tuiter no recuerdo cuánto tiempo ha) y la conversación no fluye igual. Confío en que no te moleste, no es nada personal.
Margarita, muchas gracias por tu extensa respuesta. En cuanto al tratamiento, puedes darme el que te sea más cómodo. El que me tratases y me trates de usted, denota tu gran educación y sensibilidad, algo que no suele darse mucho en este piel de toro tan montaraz y atrabiliaria.
EliminarAsí que como gustéis, que diría Shakespeare: usted, tú, Enrique...
Hola Margarita. Buenisimo tu micro, quien hubiera pensado un affaire entre los dos grandes, gracioso tu refinado humor de Novela Negra. Besos.
ResponderEliminarLo guardaban en secreto, Carmen, no en vano son expertos para no dejar pistas. Yo solo tuve que ofrecer una manzana a Ariadne Oliver para que me lo contara; los celos hicieron el resto.
Eliminar¡Muchas gracias!
Besos
Margarita, eres única para imaginar historias y siempre me sorprendes. Después de todos los comentarios solo me queda decirte que lo has conseguido una vez más. De nuevo me haces sonreir.
ResponderEliminarMil besos.
A veces creo es una sonrisa es poca cosa comparado con todas las emociones que transmites tú con tus palabras, pero yo no doy más de sí.
Eliminar¡Gracias!
Un beso grande
Poco puedo añadir a lo expuesto aquí arriba, simplemente que me ha gustado mucho, por otro lado no recuerdo la muerte de la escritora porque imagínate tú si Poirot estuviera basado en un personaje real, jejeje...
ResponderEliminarUn saludo y gracias.
Prefiero no ponerme a imaginar, José Antonio, porque cuando lo hago tengo mucho peligro y lo mismo acabo descubriendo que Poirot es, en realidad, el vecino del quinto, ¿te imaginas? ;)
EliminarMuchas gracias a ti por comentar este asesinato de libro.
Un saludo
Creo que había una carta entre el ropaje de Dª Agatha que decía algo así como (perdón por la traducción): "Señorita Marple, quedamos para el té de las cinco ... (ilegible), en la Estación Central ... (intraducible), lleve una orquídea roja. Siempre suyo Hércules."
ResponderEliminarQuerida Miss MarBrezo nunca sabremos nada de la relación entre los investigadores favoritos de Agatha a no ser que seriamente se lo preguntemos a su confesor o a su peluquera, los únicos a los que decía la verdad la ilustre escritora.
Quedamos para el té de las cinco. Un abrazo.
Oh, Mister Illarguia, kshas kehiea9kn mm, asl8eas ngishti mhasngaoehl kasheial. Kjskh skaytg kshg.
EliminarMi confesor está de viaje de negocios, pero mi peluquera le ha hecho un hueco a las dos y media para darle un corte de pelo y la traducción.
Ah, el té, sin leche, por favor.
Un montón de gracias y un abrazo.
No, hombre, no, es ahora sin su creadora manejando sus palabras y actos cuando tienen la oportunidad de vivir una relación lejos de la clandestinidad. Una ocurrencia y una pareja de lo más interesantes, Margarita. Como siempre, genial. Un beso.
ResponderEliminarMenos mal que me apoyas, Matrioska. Ya estaba casi convencida de que soy un poco rara por empeñarme en jubilar a estos dos personajes y enviarlos una temporada a disfrutar con los de su edad a Benidorm ;)
EliminarComo siempre, ¡muchas gracias!
Un beso
Oouh que encantador relato querida Margarita, es delicioso el juego de personajes de realidad y ficción (leer con acento británico) jajaja
ResponderEliminarAhora en serio, como forofa del suspense, tu relato me ha encantado.
Genial. Mi más sincero me gusta.
Besos,
Qué bien pronuncias el acento inglés, Raquel, suena muy muy británico ;)
EliminarMe emociona tu comentario, en todos los idiomas, porque tú y yo no siempre coincidimos con nuestros gustos, así que valoro doblemente que esta deliciosa pareja haya llamado tu atención.
Mi más sincero agradecimiento.
Besos
Qué buena eres Margarita!!! He estado en la biblioteca imaginando sus momentos de pasión y sus charlas interminables. Me encantó. Besitos
ResponderEliminarMenos mal que tú sí ves pasión, Carmen, me estaba empezando a preocupar.
EliminarMe alegra charlar contigo, dentro y fuera de la biblioteca.
Un beso grande y muchas gracias.
Margarita, ¿qué puedo decir después de todo lo que he leído por aquí arriba? Me sumo a todo lo dicho, porque estoy totalmente de acuerdo y además, propongo que adoptes tú a estos dos personajes y sigas escribiendo historias con ellos.
ResponderEliminarLo que tenía clarísimo sin leer la autoría del micro, era que lo firmabas tú, tienes un sello inconfundible, querida, donde originalidad y calidad van de la mano llevándote siempre a los puestos más altos.
Te mando mis felicitaciones y un beso enorme.
Malu.
Espera, que tomo aire... Ya (es que me emocionan tus comentarios).
EliminarLa adopción se la ha pedido primero Enrique, así que vamos a respetar los turnos. Aunque estoy segura de que cualquiera de nosotros podría crear una historia fantástica, en todas sus acepciones, o casi todas, con estos mismos personajes. Saldrían historias bien diferentes, como diferentes son nuestros estilos. ¿Se lo proponemos a Álex?
Aquí todos volamos alto, mi querida Malu, con los relatos, con los comentarios, como jurado, y, sobre todo, con el buen ambiente que poco a poco vamos creando.
Un montón de gracias y un beso enorme.
Espero que por lo menos asistan juntos al funeral de su autora y le dediquen un ramo de flores en señal de gratitud. Muy imaginativo, Margarita. Me ha gustado mucho. Un abrazo.
ResponderEliminarPues no tengo ni idea de lo que han pensado hacer a continuación, Juana. En mentes tan brillantes como las suyas cabe cualquier posibilidad por insospechada que parezca. Quizá alguien se anime a contárnoslo.
Eliminar¡Gracias por tus palabras!
Un abrazo
¿Y quién resolverá esta vez el crimen? Muy bueno, Margarita. Saludos.
ResponderEliminarA lo mejor le interesa al señor Holmes, quién sabe lo que puede ocurrir en una biblioteca cuando no miramos.
EliminarMuchas gracias, José Ramón.
Saludos.
Me comentan que un primo de un amigo de un conocido se encontró a los tres personajes en la ludoteca de su barrio jugando al cluedo.
ResponderEliminarMe alegro de que hayas decicido emplear las cincuenta palabras de este mes en rendir este bonito homenaje a la reina del suspense y a sus prodigiosos hijos.
Besos, Margarita
Eso de tener conocidos en todas partes que te mantengan informado es un lujo, Carles, casi tanto como leer tus comentarios.
EliminarMe voy a pasar por la ludoteca a ver si los encuentro y se lo cuento.
¡Gracias!
Besos
Amiga Margarita, a mí más que la relación amorosa entre Miss Marple y Monsieur Poirot, lo que realmente me interesa es saber quién fue el asesino de Agatha Christie. ¡Y tengo mi propia teoría, no te vayas a creer! Eso sí, no sé si estaré en lo cierto o en el más reprobable de los errores. Yo creo que fue... ¡James Moriarty!
ResponderEliminarEl criminal profesor actuó como mero brazo ejecutor, porque lo único que hizo fue cumplir con los deseos perfectamente planificados que nacieron de la prodigiosa mente de Sherlock Holmes, a quien le debía ciertos favorcillos. Motivos tenía, por tanto, Holmes, ya que en la biblioteca, todo el mundo sabía que su compañero y amigo -muy íntimo amigo-, Watson, en los últimos tiempos, había comenzado a tontear con la escritora. Ya se apuntaba, incluso, el hecho de que Watson iba a tener un papel relevante en la próxima novela de Christie. Así que los celos del detective de la pipa le llevaron, primero, a desconfiar de la prolífica novelista para, finalmente, desear y planear su muerte. Todo ello se desarrolló, dicen (porque de ello no hay pruebas que lo confirmen), bajo la mirada y la actitud impasibles de Sir Arthur Conan Doyle, a quien aquella había rechazado en varias ocasiones porque afirmaba que Doyle no le hacía ningún tilín.
Bueno, Margarita, bromas aparte y tras pedirte perdón por esta intromisión, por este devaneo sin venir a cuento por mi parte, te comento que la verdad es que no se me ocurría otra manera de decirte, por cierto tardíamente, que me ha gustado mucho (mejor, ¡¡muchísimo!!) tu historia, abierta a tantas interpretaciones entre las que la mía es de pecado capital (o casi).
Va, por supuesto, mi me gusta, acompañada de esta perorata que espero reciba tu venia benevolente. Para redondear y finalizar mi comentario, que ya va siendo el momento, también te doy my enhorabuena por tu texto y te envío un fuerte abrazo. O mejor, un beso.
¡Santo Dios, José Antonio!
EliminarY dicho esto, (que no he podido evitar), te diré que no entiendo yo ese poco interés por el romance plácido, bucólico y reposado de los personajes, ¡con lo fácil que sería! Pues no, hay que buscar al asesino.
Oye, ¿y de verdad eran amigos muy íntimos Watson y Holmes?, oí algún rumor, pero lo dejé correr y como luego pasó lo que pasó entre el Conde Drácula y el Hombre Lobo y Caperucita se paseó de plató en plató contando lo desgraciada que era y el secreto del color de su capucha pues..., vamos, que me olvidé del asunto.
Y aquí voy a parar que como me deje llevar me echáis de la página.
Una corrección, si me permites: lo tuyo, de pecado capital, "ná de ná". Pecado Original, y con mayúscula. Eres grande, José Antonio.
Mil gracias por tu "me gusta" que sabes que me encanta. Y por tu abrazo. Y por tu beso. Me lo quedo todo.
Dos besos.
Margarita, tan original como siempre. ¿Por qué no una segunda o tercera vida para tus personajes, independientes de su autor? Tú ha escrito ya el comienzo de esa nueva novela. Abrazo y mucha suerte.
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