El día D
Estábamos alcanzando la playa. El ligero vaivén del agua balanceaba la lancha.
Un sonido sordo primero, después, el estruendo fue ensordecedor. Las caras de aquellos hombres, agazapados, no debía de diferir de la mía. Comprendí que moriría lejos de mi hogar; el patriotismo de algunos me había condenado a morir.
Un sonido sordo primero, después, el estruendo fue ensordecedor. Las caras de aquellos hombres, agazapados, no debía de diferir de la mía. Comprendí que moriría lejos de mi hogar; el patriotismo de algunos me había condenado a morir.
Los grandes hechos, los discursos y reconocimientos posteriores que hablan de entrega, sacrificio y heroísmo, han de alimentarse de aquellos que han venido en llamarse carne de cañón, con sus inevitables pérdidas, que se asumen como si fuesen las piezas de un juego en el que la vida de algunos apenas vale nada. Mejor pasar a la Historia por otros motivos.
ResponderEliminarUn saludo
Normandía, 6 de junio de 1944 y muchos..., muchos muertos.
ResponderEliminarTriste y evocador, Antonio.
Un cordial saludo.
Bienvenido a 50palabras Antonio.
ResponderEliminarUn relato histórico de un día muy especial.
Buen relato Antonio.
Un abrazo.
¡Enhorabuena por tu desembarco, y nunca mejor dicho, en la familia cincuentista, Antonio! ¡Bienvenido tú y bienvenida tu historia de héroes anónimos que son siempre los sacrificado en nombre de la patria!
ResponderEliminarVa mi me gusta y con este clic va también mi enhorabuena po tu primer relatoque, seguramente, no será el último (espero).
Saludos cordiales.
Antonio, me encanta este relato de la batalla de Normandía de la que solo se cuenta la parte positiva y, quitando algún historiador como Beevor, se olvida de las miles de víctimas inocentes y anónimas.
ResponderEliminarMuy bueno.
PUn abrazo.
Pablo.
Antonio, te doy la bienvenida.
ResponderEliminarBuen relato de un momento de la historia que permanecerá siempre en nuestra memoria.
Enhorabuena.
Besos
Bienvenido a esta familia cincuentista, Antonio.
ResponderEliminarNos traes un recuerdo histórico, el del Desembarco de Normandía, para denunciar una de las mayores injusticias de las guerras y de la Historia: la muerte de los inocentes que sirven a los intereses patrióticos. Tu denuncia tiene carácter político y humanitario.
Un abrazo.
De cómo las guerras las planean unos pocos y las luchan todos los demás. El desembarco de Normandía es otra carnicería más en las espaldas de la humanidad, pero de recibo es reconocer el sacrificio de quienes allí lo perdieron todo. Bienvenido y felicidades por este estreno. Un saludo.
ResponderEliminarDebe ser angustioso confrontar tu propio destino sin poder decidir sobre él. Si además lo haces en la antesala de la sinrazón del tablero de una guerra en la que sólo eres un peón, resulta ciertamente surrealista. Sólo quien ha vivido una guerra, sabrá hasta qué punto llegan los límites del dolor físico y del alma. La guerra es el cénit de la putrefacción moral de la humanidad, la prueba de que el infierno se encuentra sobre la tierra de los hombres.
ResponderEliminarUn buen relato, Antonio. Muy intenso.
Un saludo.
Muy buen desembarco el tuyo en Cincuenta palabras, Antonio. El otro desembarco, el que nos cuentas en tu micro, con este "Día D", no fue tan bueno. Me gusta el tono que usas, haciendo crítica sobre lo injusto y absurdo de las guerras.
ResponderEliminarBienvenido.
Malu.
Cruel y absurda situación reflejas, Antonio: morir lejos de la patria en nombre de la patria.
ResponderEliminarBienvenido.
Gracias por vuestros comentarios.
ResponderEliminarLlevo un mes alejado de la escritura.