Espejo
El toro se quedó viendo al hombre. La gente gritaba, pero ninguno de los dos podía oír los gritos. Todo estaba resuelto, tenía que matarlo.
¡Silencio!
Tenía que matarlo, todo estaba resuelto. Ninguno de los dos podía oír los gritos de la gente. El torero se quedó mirando al animal.
¡Silencio!
Tenía que matarlo, todo estaba resuelto. Ninguno de los dos podía oír los gritos de la gente. El torero se quedó mirando al animal.
Original relato José Luis, tal como pone el título es un espejo, mismas palabras para indicarnos la visión que tienen cada uno de los personajes.
ResponderEliminarBuen relato José Luis
Un abrazo.
Gracias Amigo!
EliminarJosé Luis, tu relato nos muestra la visión del animal y del hombre que, cada uno con sus armas, está librando una lucha a muerte.
ResponderEliminarLa palabra silencio hace que las imágenes se entrecrucen dejando un relato especular (esto me suena a mí de algo).
Un relato que es complicado de cuadrar pero que tú lo has redondeado a la perfección.
Un abrazo.
Pablo.
Gracias Pablo!
EliminarUn micro en espejo muy bien resuelto y un enfrentamiento entre animal y hombre creado con tensión narrativa.
ResponderEliminarMe ha gustado, José Luis. Un abrazo.
Gracias!!!
EliminarJose Luís, original forma de presentar la visión de la misma escena, pero desde el punto de vista de cada uno de los personajes, toro y torero.
ResponderEliminarBuen relato.
Besos
Gracias! me gusta que le guste!
EliminarMe gusta cómo mueves al lector alrededor de la escena, circular como una plaza de toros, y el contraste entre los gritos de la gente y ese silencio sepulcral que deja en el aire quién es el muerto.
ResponderEliminarSaludos, José Luis
Tu comentario me gusta mas que mi cuento jejejejej
EliminarMe ha gustado este espejo, José Luis.
ResponderEliminarTengo que confesar que no soy nada taurina, aunque respeto tanto las personas aficionadas a la tauromaquia, como a todos aquellos que viven del mundo del toro. Dicho esto, solo añadir que me da mucha pena que muera el toro o el torero, ya que es un final que queda abierto a la interpretación, lo cual hace que resulte mucho más interesante.
Besos.
Malu.
a mi tampoco me gustan, y aqui queria decir que el toro y el torero son igual de animales no racionales, odio las corridas
EliminarCreo que es un gran relato, ya no solo por la arquitectura que muestra, sino también por los dos puntos de vista que se tienen en el ruedo, y que bien queda ese silencio por ahí en medio.
ResponderEliminarUn saludo.
me gusta mucho tu comentario muchas gracias!
EliminarMás allá de los debates acerca de la tauromaquia en el siglo XXI, lo cierto es que has retratado un momento dramático como pocos, lleno de angustia y tensión, resumido en ese SILENCIO central.
ResponderEliminarBuen ejercicio, José Luis.
muchisimas gracias!
EliminarTres párrafos, dos de ellos reflejo mutuo, separados ambos únicamente por ese contundente "¡Silencio!", a modo de mediana, sirve para conducirnos a un debate muy actual como es el de la lucha entre toro y torero en una plaza llena de griterío, siendo ambs protagonistasfiguras idénticas con unos mismos objetivos: espectáculo y acabar con el de enfrente. Porque de eso se trata, ¿no?
ResponderEliminarVa mi me gusta, José Luis, por tu atrevido plantemiento narrativo que también se merece mi modesta enhorabuena.
Un saludo cordial.
Muchas gracias! me honra que le guste.
EliminarMuchas gracias a todos! me dan animo a seguir escribiendo, tengo poco tiempo en esto , pero muchas satisfacciones en tan poco. En españa me has dado un primer premio en un concurso de relato breve, y llevo tres menciones especiales y varias publicaciones, todo en lo que va de este año. Con la Universidad de Carabobo aquí en venezuela también publicamos un libro y ustedes con sus comentarios que también son un premio para mí. De verdad muchas gracias nos seguimos leyendo! Gracias!
ResponderEliminarEl DESTINO enfrenta en tu microrrelato a dos personajes (el toro y el torero). Qué sugerente la imagen que aportas del espejo.
ResponderEliminarLas CIRCUNSTANCIAS que marcan y condicionan trágicamente el encuentro entre ellos lo son todo.
Como en las guerras donde la "hazaña bélica" consiste en que el AZAR te permita matar al que está en la trinchera de enfrente antes de que él acabe con un tiro de fusil en la frente, tu frente. Acaso un tiro perdido.
El que sobrevive es aquel al que le ha tocado la buena suerte.
Pero al que su arma mató no era sino un desconocido (en una novela se dice que casualmente era su hermano...).
Ambos luchaban con la misma música de fondo de las detonaciones, griterío de furia y miedo, y la muerte. Recuerda al griterío de la gente, al que te refieres, el mismo llega a los oídos de tus dos personajes.
Un ruido tan vacío de significado que la inspirada alusión al silencio en medio de las imágenes del espejo, me encanta.
Tu relato de aquel día (9/04/2016) apareció antes de que yo me incorporara a "Cincuenta Palabras". La magia del mundo digital permite que, aunque tarde, pueda hoy, con agrado (¿"retrospectivamente"?), comentarlo.
Recibe un cordial saludo!